Theresa Miskimen, presidenta de la Asociación Americana de Psiquiatría: «La calidad social que hay en España es muy importante para la salud mental»

SALUD MENTAL

La psiquiatra estadounidense alerta del alto consumo de tabaco entre personas con trastornos mentales
17 jun 2025 . Actualizado a las 13:02 h.En un momento crucial para la salud mental a nivel global, Theresa Miskimen, actual presidenta de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), repite más de una vez a lo largo de esta conversación que «no hay salud sin salud mental». Una especie de mantra mientras habla de los grandes desafíos de la psiquiatría, cómo los fenómenos actuales están influyendo en nuestro bienestar psicológico y sobre la importancia de abordar el tabaquismo en pacientes con trastornos mentales. Precisamente este último tema es el que la ha traído hasta España donde participó en el el 27º Congreso de la Sociedad Española de Patología Dual celebrado en Madrid.
Antes de comenzar, la doctora Miskimen, recuerda que la Asociación Psiquiátrica Americana es la asociación médica más antigua de Estados Unidos. «También somos la asociación psiquiátrica más grande del mundo, con aproximadamente 38.900 miembros de alrededor de 100 países. Tenemos muchos compañeros en España que también son miembros de la APA. Nos especializamos en diagnóstico, tratamiento, prevención e investigación de enfermedades mentales y de uso de sustancias», explica.
—Cada vez fuma menos gente, todos los datos lo confirman, pero la situación cuando pasamos a hablar de pacientes de salud mental es muy distinta. Más del 70% de las personas atendidas en unidades de salud mental cumplen criterios de trastorno por uso de tabaco. ¿Cómo interpreta usted esta prevalencia?
—Llevo años trabajando, junto con un grupo de investigadores, en cómo entrenar a profesionales de salud mental para que puedan ayudar los pacientes con trastornos mentales a dejar de fumar. Hace años pensábamos que este tipo de pacientes no estaban interesados en dejar de fumar, pero nos hemos dado cuenta de que sí que lo están, si quieren abandonar el hábito pero, muchas veces, no tienen herramientas para hacerlo.
—El 73% de estos pacientes nunca habría recibido tratamiento para reducir o abandonar el consumo de tabaco, ya sea psicológico, farmacológico o combinado.¿Cómo debería ser el abordaje en estas personas?
—Una de las cosas que muchas veces se piensa es que el tratamiento es distinto, pero el tratamiento para la adicción al tabaco no varía, no importa si se tiene una enfermedad psiquiátrica o no. La clave es poder tener acceso a recursos tanto en las clínicas donde se atiende al paciente psiquiátrico, como por parte de los médicos de atención primaria que tratan con pacientes con algún tipo de problema de salud mental.
—Es crucial recalcar la importancia de que estas personas dejen de fumar, porque los problemas del tabaco no entienden de perfiles.
—Exacto. Las consecuencias del tabaco a corto, medio y largo plazo son las mismas, tanto en personas con desorden psiquiátrico como sin él. Causa los mismos problemas cardíacos, pulmonares... Las personas con trastornos y enfermedades psiquiátricas tienenun riesgo incrementado de mortalidad. Se ha determinado, por los datos en Estados Unidos, que estos pacientes con desórdenes psiquiátricos mueren de 15 a 25 años antes que la población general. Eso es un problema serio y el tabaco es uno de los principales factores de riesgo prevenibles.
—Desde que asumió la presidencia de la APA, ¿cuáles considera que son los grandes desafíos de la psiquiatría a nivel mundial?
—Mi misión como presidenta de la APA es garantizar el acceso a un diagnóstico y tratamiento psiquiátrico de calidad. Hay que avanzar, en Estados Unidos y a nivel global, para que las enfermedades mentales se traten como cualquier otra enfermedad, ya que lo más importante es que no hay salud sin salud mental. Hay que entender que los desórdenes psiquiátricos tienden a influenciar en otras enfermedades médicas. Por ejemplo, una persona con diabetes que también tiene depresión, tiene más dificultad para seguir su tratamiento.
—Estará de acuerdo conmigo en que a nivel global, y aquí en España por supuesto, en los últimos años cada vez se habla más de salud mental, tiene más visibilidad. ¿Cómo cree que esto nos beneficia o si de algún modo también nos perjudica?
—A nivel mundial, la pandemia hizo que aumentara considerablemente la prevalencia de ansiedad y depresión. Pero la pandemia también propulsó que nos diéramos cuenta de la importancia que tiene nuestra salud mental y eso es muy positivo.
—¿Cómo se puede evitar caer en la medicalización excesiva de problemas que quizás tienen raíces sociales o existenciales?
—En Estados Unidos, para tratamientos psiquiátricos, se requiere de una evaluació completan. Hay que identificar ué es lo que está pasando, cuál es la raíz del problema. Y si esa raíz del problema tiene que ver más con la parte ambiental, con un trauma, en muchas ocasiones no se necesita fármaco. También estoy aquí porque quiero ver qué está pasando en otras partes del mundo.
—Lo que está pasando aquí se sostiene con datos claros como que España está a la cabeza en el consumo de psicofármacos.
—Nosotros en Estados Unidos también tenemos desafíos y sabemos que no hay suficientes psiquiatras para la demanda que tenemos. Por eso, hay que avanzar en esto buscando soluciones y siempre teniendo en cuenta que vamos con el modelo biopsicosocial. Esa es la raíz, y entonces tenemos que ver la parte biológica, la parte psicológica, la parte social. Hay que ver al ser humano como un todo y promover cosas como el modelo de cuidado colaborativo (collaborative care model) que consiste en integrar psiquiatría dentro del cuidado primario.
—Dra. Miskimen, siempre terminamos nuestras entrevistas con un consejo personal para cuidar nuestra salud mental en el día a día. ¿Qué consejo daría a nuestros lectores?
—Evitar el aislamiento. Si tuviera que decir una sola cosa sería eso. Estos días estoy viendo en España cómo la gente se sienta a comer y tienen tiempo para hablar. Esa calidad social es muy importante y no se puede perder. Hay muchos estudios que se han hecho en los últimos años que muestran claramente como la soledad hace que las personas tengan muchos más problemas de salud. Así que, no nos aislemos y busquemos ayuda y apoyo donde lo podamos encontrar.