¿Estás pensando en ponerte implantes mamarios? Esto es todo lo que tienes que saber

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

La colocación de prótesis mamarias es el procedimiento quirúrgico estético más demandado en España.
La colocación de prótesis mamarias es el procedimiento quirúrgico estético más demandado en España.

En esta guía repasamos los tipos de cirugía de aumento mamario, los riesgos de cada una de ellas y el mejor momento de la vida para hacerlo

16 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La cirugía mamaria es la intervención estética más realizada en España a nivel quirúrgico. Según el último informe de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre), este tipo de procedimientos suponen más del 50 % del total de 204.000 cirugías estéticas que se realizan anualmente en el país. Entre ellas, el aumento de mamas con implantes es la operación más demandada y entre las mujeres más jóvenes, la cirugía de mama representa un 62,1 % de todas las intervenciones plásticas.

Se trata, en definitiva, de una cirugía a la que muchas personas en algún momento de su vida se van a plantear someterse, y los números confirman que no serán pocas las que acaben haciéndolo. Pero más allá del resultado deseado, existe una serie de consideraciones que debemos tener en cuenta antes de un procedimiento de estas características. Hoy respondemos a todas las dudas sobre la cirugía con implantes mamarios junto a la doctora Concepción Lorca García, cirujana plástica y Vocal de Comunicación de la Secpre.

Cuándo se utilizan los implantes mamarios

La decisión de colocar implantes mamarios puede tener diversas causas detrás. En términos de cirugía reconstructiva, puede ser una opción para aquellas personas que se han sometido a mastectomías, por ejemplo, a raíz de un cáncer de mama. En otros casos, se busca el aumento del tejido mamario o la corrección de una asimetría de tamaño o forma entre una glándula y otra.

«Los implantes se pueden utilizar en el aumento mamario simple, en la reconstrucción mamaria y también se utilizan en conjunto con la elevación mamaria. En cualquiera de las tres opciones podría entrar la corrección de la asimetría en la que también se utilizan implantes», explica la doctora Lorca. En este sentido, la colocación de implantes puede responder a diferentes necesidades y no solo se realiza como procedimiento único o por sí solo, sino que puede ir acompañado de otras técnicas para mejorar los resultados cuando sea lo más adecuado.

Así, en principio, «cualquier persona que quiera realizarse una corrección de una asimetría, un aumento simple o una elevación puede ser candidata a colocarse implantes. Si la paciente que se hace una elevación quiere rellenar bien la parte superior, sí que se utilizan, porque el tejido propio nunca va a esculpir como un implante. No es lo mismo una elevación simple con tu propio tejido que una elevación combinada con el uso de implantes», detalla la experta.

¿Cuál es la mejor edad para hacerlo?

Aunque cualquier persona puede realizarse el procedimiento si no hay otros motivos que hagan que esté contraindicado, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) señala que, «dada la posibilidad de un desarrollo mamario tardío, se aconseja no realizar la intervención antes de los 18 años. Además, la mayor estabilidad emocional de las personas que han alcanzado la mayoría de edad permite tomar esta decisión con mayor seguridad». «Esta intervención puede mejorar su aspecto y aumentar la confianza en sí misma, pero puede no corresponder a sus expectativas ideales ni modificar sus relaciones con los demás», añaden desde el organismo.

Asimismo, hay que tener en cuenta el contexto y la etapa de la vida en la que se encuentra la paciente. «Siempre pregunto si estás pensando en tener hijos en el corto o medio plazo. Porque los embarazos y la lactancia van a influir muchísimo en la forma del pecho. Si estás intentando quedarte embarazada, te voy a recomendar hacerlo y después de la lactancia plantearte la cirugía, porque si tú te operas el pecho y menos de un año después te quedas embarazada, es muy probable que tu resultado se vea alterado. Por eso, la edad recomendada para hacerlo es o bien bastante joven, con 20 o 22 años, o bien después de tener hijos», explica Lorca.

¿Qué tipo de prótesis mamarias elegir?

Como indica la Aemps, en España únicamente se pueden comercializar y colocar implantes mamarios que cuenten con marcado CE y que cumplan con los requisitos de la legislación de productos sanitarios. En términos generales, las prótesis de mama autorizadas más utilizadas son de dos tipos en función de su contenido, que puede ser suero salino o gel de silicona de distintos grados de cohesividad. «En la mayoría de las prótesis de mama la envoltura es de silicona elástica cuya superficie puede ser lisa, rugosa/texturada o de poliuretano», detalla la Aemps.

¿Qué ventajas y riesgos tiene cada tipo de prótesis? Si hablamos de las de gel de silicona, hay que saber que pueden filtrarse cantidades minúsculas de gel a través de su cubierta. Esto puede provocar síntomas como inflamación, fiebre o enrojecimiento en determinados casos, aunque la incidencia es baja. Cuando se usan implantes de suero salino, esto no ocurre; sin embargo, es posible que sufran deflacción (disminución del volumen) con el paso del tiempo.

Todas las prótesis están recubiertas de silicona vulcanizada, un material inerte, bien tolerado por el cuerpo y que causa escasas reacciones. También se utiliza para recubrir marcapasos y para la fabricación de prótesis auriculares, prótesis de oído e implantes peneanos, entre otros productos que se implantan a nivel interno. Por otro lado, «la introducción de cualquier implante, aunque sea biocompatible, hace que el organismo genere una envoltura aislante de tejido conjuntivo que recibe el nombre de cápsula», apunta la Aemps.

¿Por dónde se colocan los implantes?

«El aumento se puede hacer por vía submamaria, a través del surco submamario; o vía areolar, haciendo una incisión en la mitad de la areola en la parte inferior; o por vía axilar, con incisión en la axila. La decisión se toma a partir de la experiencia del cirujano, pero cada día se tiende más a usar la vía submamaria o la axilar. Porque la vía areolar, como se tiene que atravesar la glándula, es un corte que va a dejar cicatriz en todo el tejido glandular, mientras que si entras por la axila o por el surco, la glándula no se toca», explica Lorca.

Esencialmente, la colocación puede realizarse de tres formas distintas:

  1. Entre la glándula mamaria y el músculo pectoral (colocación subglandular o suprapectoral).
  2. Debajo de la fascia del músculo pectoral (colocación subfascial).
  3. Debajo del músculo pectoral, sobre la pared costal (colocación retropectoral).

¿Cómo se elige el tamaño adecuado?

En general, la decisión se toma según las proporciones del cuerpo de la persona. En otras palabras, se suele buscar un aspecto natural y evitar forzar la piel, ya que tampoco es bueno estirarla demasiado. «Es como un zapato. Tú tienes un número y te puedes poner un zapato un poquito más grande o un poquito más pequeño, pero no puedes pasarte. A veces vienen pacientes que piden algo exagerado, pero si el volumen es inadecuado respecto de sus mediadas, hay que explicárselo», señala Lorca.

«Cada persona tiene unas medidas determinadas que los cirujanos plásticos tomamos cuando viene a evaluarse a consulta. La base, la altura de la paciente, el contorno. Dependiendo de las medidas, se decide qué implante es el adecuado. Tú tienes unas medidas de base en tu pecho que nos orientan para saber qué tamaño de implante es el adecuado para ti», explica.

¿Cuánto dura el posoperatorio?

La recuperación tras una cirugía de aumento mamario dependerá de distintos factores, fundamentalmente, del tipo de cirugía que se haya realizado, que incidirá en el tiempo y tamaño de cicatrización. «De manera general, el aumento mamario es diferente de una elevación o mastopexia. En el aumento, las cicatrices suelen ser mucho más pequeñitas y no hay prácticamente herida, mientras que en una mastopexia pueden ser de mayor tamaño, la conocida T invertida o ancla», explica Lorca.

En todo caso, señala la experta, «el tamaño y el tipo de curación de la herida va a ser diferente, pero, en general, en dos semanas la herida está cicatrizada y se pueden mover los brazos. Hoy, la mayoría de los profesionales intentamos que la recuperación sea lo más rápida posible y por eso la movilidad se aconseja, pero sin realizar esfuerzos con los miembros superiores, evitando el deporte intenso y coger peso durante más o menos cuatro semanas. Si tú practicas boxeo, por ejemplo, y te haces un aumento mamario, recomendaríamos esperar unos dos o tres meses, pero en general, para hacer vida normal y deporte, como correr, es un mes».

Durante este período posterior a la intervención, las pacientes pueden notar una sensación de tensión y dolor en la región mamaria que puede requerir la toma de analgésicos o relajantes musculares. «Es normal que se produzca cierto edema (hinchazón) y cambios de coloración de la piel a nivel de la región operada. Suelen desaparecer en unas semanas. La mama recién operada se verá al principio en una posición más alta y con un volumen mayor del que adoptará definitivamente», describe la Aemps.

¿Cuánto dinero me puede costar la operación?

Aunque Lorca asegura que no es posible dar un rango de precios porque estos no se encuentran regulados sino que «el precio es libre y lo decide cada clínica y cada cirujano», advierte que las opciones «low cost» no son las más fiables, ya que muchas veces se trata de clínicas donde los profesionales carecen de experiencia específica en este procedimiento. De manera general, el coste puede variar entre unos 3.500 y unos 8.500 euros, según el centro y la persona que realice la cirugía.

Riesgos y complicaciones

«Una de las complicaciones más frecuentes, aunque hoy en día está disminuyendo muchísimo por la evolución de los implantes, es la contractura capsular. Generalmente aparece a medio o largo plazo», apunta Lorca. La contractura capsular ocurre cuando se endurece la cápsula, el tejido que crece alrededor del implante tras la colocación. Este tejido, que en circunstancias normales es blando y no se nota, puede volverse grueso y rígido, aunque las causas que llevan a esto se desconocen. Una contractura capsular puede provocar dolor e incluso llegar a deformar la prótesis.

«Se estima que alrededor de 10 de cada 100 mujeres pueden desarrollar cierto grado de contractura capsular a los diez años de la implantación», detalla la Aemps. La buena noticia es que estas contracturas se pueden tratar con fármacos, masajes, ultrasonido o a nivel quirúrgico. Si notas síntomas de rigidez o dolor en los implantes, acude al médico para que te dé un tratamiento.

Otras complicaciones están relacionadas con la cicatrización, que puede ser patológica en algunos casos. Un implante también se puede romper, aunque esto no es algo frecuente. Por otro lado, están las complicaciones inherentes a toda intervención quirúrgica: hematomas, infecciones, intolerancia a los materiales de sutura o reacciones alérgicas.

«Las complicaciones graves son muy, muy excepcionales. Hay un linfoma anaplásico en células grandes asociado a implantes, que tampoco tiene clarísima la etiología, pero es un tumor que puede aparecer, aunque es muy raro», dice Lorca.

¿Quedan cicatrices permanentes?

La respuesta es que depende. «Dentro del aumento mamario, que se puede realizar por diferentes vías, la cicatriz es pequeña y no suele tener mayor repercusión. Las que son más importantes son las cicatrices de la elevación mamaria, pero no las elegimos nosotros, sino que es una indicación quirúrgica dependiendo del grado de caída que tenga la mama. Cuanto más caída esté la mama, más grandes van a ser las cicatrices», aclara Lorca.

¿Se pierde sensibilidad al tacto?

En algunas ocasiones, como consecuencia de la cirugía de aumento mamario puede producirse una disminución o incluso pérdida de la sensibilidad de areolas, pezones y áreas circundantes mamarias, debido a las incisiones y el proceso quirúrgico. «Actualmente, en el aumento mamario, no suele ocurrir. Puede haber un período de alteración de la sensibilidad que dura unos meses, por el acto quirúrgico, pero normalmente se recupera. En los casos de mastopexia, sí que se puede alterar la sensibilidad. Porque, dependiendo del grado de caída de la mama, si hay que desmontar la glándula, es más fácil que haya una alteración en ese sentido», explica Lorca.

Según explica la Aemps, también puede darse el caso opuesto. «Ocasionalmente hay un aumento temporal de la sensibilidad del pezón e incluso de la mama en su totalidad, exacerbada por el roce de la areola y el pezón con la ropa, debido bien a la mayor proyección de la mama, o bien como consecuencia de una estimulación nerviosa por la cirugía».

¿Se puede amamantar con implantes?

«En los casos de aumento no tiene por qué haber problemas. En la mastopexia sí que hay hasta un 30 % de posibilidades de que luego no puedas lactar, porque esa sección de la glándula y la posterior cicatriz puede que interfieran luego en la lactancia», dice Lorca.

«La capacidad de amamantar varía en función de la cantidad de glándula mamaria de la paciente, la permanencia de la sensibilidad en el complejo areola-pezón tras la cirugía de aumento y de la posibilidad de no recanalización de los conductos galactóforos en determinados procedimientos de aumento de pecho. De las vías de abordaje, la vía periareolar es la más susceptible de producir la perdida de lactancia, ya que se pueden seccionar algunos conductos galactóforos», detalla la Aemps.

En cuanto al bebé, no existen evidencias de aumento de enfermedades en los lactantes de mujeres portadoras de implantes mamarios con respecto a los de madres sin implantes.

¿Cuánto duran los implantes?

«Los implantes que ponemos hoy pueden durar 15 o 20 años. Pero para toda la vida, no. Si te operas con 20 años, tienes que saber que los tendrás que cambiar como mínimo una o dos veces. El implante sufre un desgaste. Es un dispositivo que puede romperse o, en muchos casos, la glándula mamaria sigue evolucionando y el implante no se queda en su sitio. A veces, la glándula cae y el implante no, entonces, muchas veces, se produce una deformidad», explica la vocal de la Secpre.

En este sentido, la recomendación de la Aemps es hacer revisiones anuales tras la implantación de las prótesis, para descartar problemas y detectar cambios. «No se sabe cuánto pueden durar en cada caso, pero más o menos a los diez años, el 90 % de los implantes están bien. Pasando ese tiempo, van empeorando. A los 15 años, ese porcentaje ha disminuido y a los 20, todavía más. Lo fundamental es llevar un seguimiento y hacer un control ecográfico de los implantes. Si hay signos de rotura en la ecografía, aunque no haya síntomas, hay que cambiarlo», señala Lorca.

¿Cuándo debo ir a consulta por problemas con mis implantes?

Hay que acudir al médico en caso de notar en la zona de los implantes alguno o varios de los siguientes síntomas: dolor, inflamación, enrojecimiento, calor, supuración, pérdida de volumen, alteración de la forma, asimetrías o galactorrea. Si estos síntomas se acompañan de fiebre, se debe acudir con carácter urgente a un profesional sanitario.

¿Se pueden quitar los implantes?

Retirar los implantes es posible, aunque no siempre es una buena opción. «Hay que evaluar cada caso individualmente, porque depende del volumen de implante que lleve, el tejido mamario que tenga y otros factores. Si una ha llevado veinte años un implante muy grande, su tejido estará adelgazado y probablemente, además, tenía poco tejido antes. Entonces, cuando se quita el implante es como desinflar un globo. Una vez que se quita el implante, el tejido mamario se expande. Pero es, como mucho, un 30 % y, si una tenía un volumen mamario pequeñito, que es lo que suele pasar cuando se decide hacer un aumento, va a quedar un pecho muy pequeño», advierte Lorca.

Sin embargo, retirar los implantes puede ser la decisión adecuada en determinados casos. «Pasa a veces con la menopausia, en la que muchas mujeres experimentan un aumento del tejido mamario, por su componente graso. Eso puede permitir que se retire el implante, aunque en muchos casos hay que combinarlo con una elevación, porque el pecho puede estar caído. Pero puede que quede un tamaño de pecho adecuado y que no conlleve ninguna secuela retirarlos. En algunos casos se puede combinar la extracción del implante con un injerto de grasa de la paciente en ese tejido para aumentar su volumen un poquito», detalla la experta.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.