Yolanda Gilaberte, dermatóloga: «Hay ciertos tipos de cáncer de piel que son más frecuentes en los hombres»

Lucía Cancela
Lucía Cancela LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Yolanda Gilaberte, presidenta de la Academia Española de Dermatología y Venereología, en el Congreso Nacional de Dermatología que se está celebrando esta semana en Madrid.
Yolanda Gilaberte, presidenta de la Academia Española de Dermatología y Venereología, en el Congreso Nacional de Dermatología que se está celebrando esta semana en Madrid.

La presidenta de la Academia Española de Dermatología y Venereología explica que hay poca diferencia «entre un factor de protección solar de 30 y otro de 50»

23 may 2024 . Actualizado a las 16:36 h.

La piel es nuestro órgano más grande y la primera barrera de defensa con la que cuenta el cuerpo. Muchas veces relegada a la estética, Yolanda Gilaberte, presidenta de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), recuerda la importancia de su cuidado, especialmente, en hombres a partir de la mediana edad, que normalmente lo dejan más de lado. Lo hace en el marco del 51 Congreso Nacional de Dermatología que se celebra esta semana en Madrid y reúne a más de 2.000 profesionales de la especialidad. 

—¿La piel preocupa más de lo que lo hacía antes? En redes sociales, vemos que las rutinas de cuidado son tendencia. 

—Creo que la población joven ahora está, demasiado en ocasiones, preocupada y obsesionada con la imagen y, en consecuencia, con el cuidado de la piel. Pero es cierto que si nos vamos a población de más edad, ese grupo necesita una atención mayor porque la piel, como todos los órganos, con el tiempo va perdiendo su barrera, sus ácidos grasos, proteínas y defensas. En este conjunto es en el que mayor insistencia tenemos que hacer para compensar la pérdida que cada uno tiene, aunque sea algo variable ya que viene determinado por la genética. Más allá de la población mayor, y si nos ponemos exquisitos, también tenemos que incidir en los hombres.

—¿Ellos se cuidan menos?

—Hay una encuesta de fotoprotección que se ha publicado hace poco, en la que se ve que el 65 % de las mujeres entrevistadas se ponían fotoprotector cada día, mientras que los varones la utilizaban muchísimo menos. Es cierto que, en este caso, es fotoprotección y no cuidado en general, pero es una muestra. Con esto quiero decir que habría que incidir más en varones de mediana edad y mayores. Y luego, pedir a la gente joven que tenga una rutina sin necesidad de que sea tan exhaustiva como las que a veces se ven, pero que sí les ayuden a cuidar su piel. 

—Menciona al grupo de población masculina, entre los cuales, a partir de los 60 años, se ve un aumento de la incidencia del cáncer de piel. ¿El menor cuidado puede ser una de las causas que lo explique?

—Probablemente. Los hombres no tienen tan incorporado en su vida diaria, en primer lugar, la hidratación, que siempre preserva la barrera de la piel; y en segundo lugar, la fotoprotección, que ayuda a prevenir el fotoenvejecimiento y el cáncer de piel. Por ello, es verdad que hay ciertos tipos, como el carcinoma escamoso, que son más frecuentes en ellos, y que los diagnósticos más avanzados les corresponden. De ahí que la población masculina de mediana edad o de avanzada sea diana. El objetivo es que adopten hábitos saludables del cuidado de la piel. 

 —A menos de un mes para que llegue el verano y empecemos a ver cómo se broncea la gente. ¿Qué pasa en el organismo cuando uno se pone moreno?

—El bronceado se produce porque la radiación ultravioleta, especialmente la B, causa daño genético. Y este, activa al melanocito para que fabrique melanina. Luego hay otras radiaciones que producen pigmentación, pero la que comento es la fundamental. Si entendemos que hay que tener este deterioro genético para que se induzca al bronceado, nos daremos cuenta que el moreno que podemos ver en la gente ya implica que ha existido un daño en la piel. 

—¿Qué sucede cuando nos quemamos, el mecanismo es el mismo?

—Me centro en la radiación B aunque la A también produce eritema. Primero se produce síntesis de vitamina D, que es buenísimo. Pero para sintetizarla solo necesitas unos minutos. Si pasas este límite, por mucha exposición que tengamos ya no se produce nada. Y lo segundo que produce es inflamación, que se manifiesta como eritema. Esa inflamación depende, en parte, de nuestra capacidad para sintetizar melanina, porque si lo hago esta actuará de filtro y esa radiación ya no producirá eritema.

En cualquier caso, en una piel fototipo 3, que es la más frecuente en España, con 20 minutos ya se empieza a producir eritema. Eso no tiene límite como la vitamina D. Es decir, si yo estoy veinte minutos tengo un eritema derivado de ello, y si estoy cuarenta, tengo el doble. Ahí se produce inflamación, destrucción de queratinocitos, daño en el ADN. Todo eso es la quemadura solar. Nuestra piel tiene mecanismos reparadores fenomenales, pero si esas quemaduras y daños son muy repetidos llega un momento en el que el daño genético se produce también en los genes de las proteínas reparadoras. Y si estas no funcionan bien, el daño se acumula y se puede producir el cáncer de piel.

—Se dice que la piel tiene memoria. 

—Eso es. Y mira que tenemos buenos mecanismos reparadores, pero claro, si los agotamos y se deterioran, aparece el problema. 

—Entiendo que como hábito de prevención entra la fotoprotección. ¿Recomienda escoger la fotoprotección más alta? 

—Lo que se recomienda mundialmente es que, como mínimo, la población se ponga un SPF 30, que es la protección frente a la radiación ultravioleta B; la que produce más cáncer y quema. Si alguien tiene un fototipo más claro y se quema con mayor facilidad, se recomienda factor 50. No hay tanta diferencia entre uno de 30 y otro de 50,  pero esas personas se benefician del extra. 

Yolanda Gilaberte, presidenta de la Academia Española de Dermatología y Venereología.
Yolanda Gilaberte, presidenta de la Academia Española de Dermatología y Venereología.

—¿Hasta qué punto actúa la fotoprotección oral?

—Está compuesta, fundamentalmente, por sustancias antioxidantes, aunque también hay algunas que presentan otros mecanismos como la reparación del ADN. Con ello, aportamos más mecanismos reparadores al daño que tenemos en la piel y que, al tomarlos orales, llegan a través de la sangre, por decirlo de alguna manera. Ahora bien, no muchas de las sustancias que hay comercializadas para ello han demostrado, realmente, que prevengan al completo.

Lo que hay que tener claro es que siempre va a ser un complemento al tópico. Hay bastantes estudios que demuestran que pueden ayudan a prevenir queratosis actínicas (mancha áspera y escamosa en la piel que se presenta después de la exposición solar), en el caso de personas que tengan una predisposición a cáncer. Es decir, nos van a ayudar, pero no son sustitutos, por lo menos por ahora, de la fotoprotección tópica. 

 —¿Erramos cuando vamos a comer a la playa? 

 —Si uno se lleva una buena sombrilla o un toldo, no está tan mal. Es verdad que la cultura de nuestro país es la ir a comer y luego echarse a dormir, que no sería lo ideal. Dentro de que uno quiera ir a pasar el día a la playa, porque todos tenemos vacaciones y sabemos que es algo agradable, si nos llevamos nuestras sombrillas, nuestros toldos, ropas, sombreros, fotoprotector, está bien. Eso sí, no hay que utilizar la crema solar para que, en lugar de estar dos horas expuestos al sol, estemos cuatro. Es una crema, no es un abrigo o neopreno que uno se pone. Por eso hay que verlo como un complemento para proteger nuestra piel, pero no como una forma de estar más tiempo al sol.

—El año pasado se alertó de un brote de tiña capilar. ¿En qué situación se encuentra ahora?

La tiña de cuero cabelludo atribuida a esos brotes no era transmisión persona a persona, sino al material utilizado y a cortes muy rasurados que permitían que el hongo se metiese por los folículos. Como se debía a una tendencia estética, una vez que se conoció, se pusieron las medidas suficientes de desinfección de los materiales. Por eso ahora ya no hay brotes similares. 

—La doctora Isabel Belinchon comentó en la rueda de prensa que somos un país cálido y, como tal, siempre tendremos tiña. 

—Claro. Son, sobre todo, hongos dermatofitos. Tenemos varios tipos y algunos tienen como reservorio a los animales y, en un medio que no es demasiado frío, los hongos proliferan. Siempre hemos tenido tiñas en España pero no creo que ahora tengamos más que en otras ocasiones. Por el contrario, sí que han aumentado los hongos antropofílicos importados, sobre todo de África o América Latina, en cuero cabelludo con una transmisión persona a persona. 

—¿En qué situación se encuentra la sarna? 

—Respecto a la sarna, no sabemos todavía por qué están aumentando los casos. Una de las ideas que se tiene es que el ácaro se ha vuelto resistente al tratamiento que utilizábamos, la permetrina. Ahora ya hemos escogido otras opciones. Incluso las cremas de azufre, que las habíamos dejado de utilizar porque son un poco desagradables, pero resultan muy eficaces, especialmente en los niños. Así que, pese a desconocer el motivo del aumento de sarna, confío en que si seguimos tratando los brotes pueda disminuir en los próximos años. 

Lucía Cancela
Lucía Cancela
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Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.