Razones probadas para sumarse al reto del «enero seco»

Lois Balado Tomé
Lois Balado LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

El concepto de Enero Seco se popularizó en el Reino Unido en el año 2013.
La Voz de la Salud

Fue en plena Segunda Guerra Mundial cuando por primera vez se llamó a la población a pasar el primer mes del año sobria, pero el llamado «Dry January» se popularizó en Gran Bretaña en la década pasada

03 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Allá por el año 1942, Finlandia y la Unión Soviética estaban en guerra. Era, de hecho, el segundo conflicto consecutivo entre ambas naciones, ya que tan solo habían transcurrido un año y tres meses desde el final de la Guerra de Invierno y el comienzo de la llamada Guerra de Continuación. Fue en este contexto bélico cuando, por primera vez, una nación llamó a su población a la abstinencia del alcohol instigado a pasar un «Enero sobrio» —Raitis tammikuu, originalmente en finés—, que tenía como objetivo evitar distracciones de sus habitantes de cara a la contienda.

En el año 2015, más de siete décadas después, el sistema de salud británico abrazaría la iniciativa Dry Januaryenero seco— de manera oficial, un proyecto que había sido impulsado en el país por primera vez en el 2013 por la organización benéfica Alcohol Change UK. En resumidas cuentas, animaban a no probar ni gota de alcohol durante el primer mes del año. El objetivo no era ya contar con una población sobria siempre disponible para centrarse en una guerra, sino concienciar de los riesgos del consumo de alcohol. Razones para sumarse a esta iniciativa sobran.

Por nuestra cartera

Suelen mencionar los expertos que nada hay más efectivo para cambiar los hábitos de una población que tocar los bolsillos. Fue la técnica utilizada para reducir la siniestralidad en las carreteras con el carné por puntos y más de lo mismo con el tabaco, aumentando la presión fiscal y las multas por incumplir las normativas de espacios sin humo. Y funcionó.

Con el alcohol, se sigue siendo permisivo, pero poder ahorrarse lo que cada año nos gastamos en bebida supondría un buen pellizco para nuestras economías. El Instituto Nacional de Estadística (INE) cifró en más de 470 euros lo que cada hogar de España se deja al año en «bebidas alcohólicas y tabaco». Es la cantidad más baja de toda la serie histórica, pero está impulsada por el hecho de que en el país existen menos fumadores diarios que nunca.

Si atendemos únicamente al gasto en alcohol, el último informe de Eurostat concluyó que el total del gasto de los hogares españoles fue de más de 9.700 millones de euros, destinando un 1,4 % del total del gasto a este uso. Una porción importante. Y eso que España es el cuarto país de la Unión que menos dinero gasta en alcohol.

Porque no existe un consumo seguro

Está dicho por activa y por pasiva, pero sigue siendo necesario repetir que no existe el consumo seguro de alcohol. «Es nocivo desde la primera gota», es el mantra que se ven obligados a repetir los expertos. Porque en el alcohol ha habido, históricamente, mucha confusión científica y muchísimos intereses monetarios.

Si hubo un tiempo en el que caló el mensaje de que «una copa de vino diaria es buena», fue porque a la comunidad investigadora se le pasó lo que hoy se conoce como el «sesgo del exbebedor». En resumidas cuentas, si en las gráficas se apreciaba que aquellas personas que tenían un consumo moderado de una copa de vino al día vivían más años, era porque muchos de los que no bebían absolutamente nada no lo hacían por problemas de salud previos relacionados, precisamente, con el consumo, lo que les obligaba a la abstinencia. Es decir, esos «no bebedores» declarados habían bebido demasiado en el pasado.

Por evitar el cáncer

En el año 2021, la revista científica The Lancet Oncology estimó que más del 4 % de los nuevos casos de cáncer diagnosticados en el año anterior estaban ligados al consumo de alcohol. Según los datos recopilados en España por Sanidad en la Monografía sobre alcohol 2024: consumo y consecuencias, editado y publicado por el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, 13.887 muertes en España fueron atribuibles al alcohol en el año 2021 —último período estudiado—. De todas ellas, 5.805 fueron por cáncer.

Se sabe que el consumo de alcohol está relacionado con la aparición de, al menos, siete tipos diferentes de tumores (de cavidad oral, de faringe, de laringe, de esófago, de mama, de hígado y colorrectal), siendo el de colon y recto el más frecuente.

Por lo que no es cáncer

Por si casi 6.000 muertes al año a consecuencia de tumores no fuesen suficiente motivación, súmenle 5.303 muertes por enfermedades digestivas, más de 400 por enfermedades del sistema circulatorio o las más de 2.600 que caen en ese cajón de sastre llamado «causas externas», donde caben desde las lesiones por peleas a los accidentes de tráfico.

Por nuestra dieta

De entre todos los efectos del alcohol, su impacto calórico no es una cuestión menor. Su consumo conlleva una ingesta de calorías vacías, es decir, aunque su metabolización produzca energía, estas calorías no aportan nutriente alguno—. «El exceso de energía se transforma en ácidos grasos que se acumulan en el tejido adiposo», señala la endocrinóloga Katherine García Malpartida en un documento de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición. Esto puede contribuir al aumento de peso. Un mes de enero alejados de este tóxico, no solo hará que nos sintamos mejor, también puede ayudar a que nos veamos mejor.

Por dar ejemplo

La última Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España (Estudes) deja datos esperanzadores porque, pese a cierto repunte con respecto al 2021, el porcentaje de estudiantes de entre 14 y 18 años que probaron el alcohol en el último mes representa la segunda cifra más baja en veinte años. Pero también deja conclusiones para la reflexión.

Solo un 25,9 % de los jóvenes en esta franja de edad no han visto a su padre consumir alcohol en los últimos 30 días —el porcentaje sube hasta el 38,6 en madres—. Además, más de un 15 % de los encuestados declara ver beber a su padre a diario —el porcentaje de madres que lo hacen es del 6,3 %—. Enero se presenta como una gran ocasión para dejar de normalizar actitudes nocivas. Y nada como que el ejemplo empiece por las figuras de referencia en la crianza.

Por nuestro descanso

Un enero seco se presenta como una gran oportunidad para testar un sueño libre de alcohol. «El alcohol es, por encima de otros fármacos que pueden inducir su aparición, lo que provoca más pesadillas. Sobre todo si lo has tomado a última hora. Cuando lo tomas, te duermes, pero muchas veces te despiertas con pesadillas», explica Francesca Cañellas, coordinadora del grupo de trabajo de la Sociedad Española de Psicología y Salud Mental (SEPSM) sobre Trastornos del Sueño. Sin un buen sueño, no hay bienestar mental. Además, el alcohol es un potente depresor.

Por Galicia

Galicia era, entre el año 2001 y 2009, uno de los territorios del estado donde más muertes se asociaban directamente al consumo de alcohol. Entre el 2010 y el 2017, a la espera de nuevos datos, lo sigue siendo. Preocupa porque es también uno de los territorios que menos han logrado reducir ese porcentaje entre períodos. Si bien se logró un descenso porcentual del 14 % , la comunidad se encuentra lejos de la bajada del casi 20 % registrada en el País Vasco, que provocó un sorpasso en la clasificación y el triste ascenso gallego al cuarto lugar, solo por detrás de Asturias, Andalucía y las ciudades autónomas.

Por verlo normal

Pero quizás la principal motivación sea la de empezar a ver normal no consumir alcohol ningún día del mes. Si lo ven como una meta excéntrica, como un imposible, ¿no debería ser esa la mejor invitación a reflexionar?

Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.