Paloma Cornejo, dermatóloga: «Una dieta escasa en proteínas y en antioxidantes puede hacer que la persona tenga más arrugas»

Lucía Cancela
Lucía Cancela LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Paloma Cornejo, dermatóloga y miembro del Grupo GEDET de la Academia Española de Dermatología y Venereología.

La experta está especializada en diferentes tratamientos estéticos para la piel y recuerda que tener líneas de expresión es normal porque siempre hay fruncimiento

11 feb 2025 . Actualizado a las 13:20 h.

El envejecimiento comienza desde el mismo momento en el que uno nace, aunque, durante la niñez, la adolescencia y la primera juventud los mecanismos de reparación, a todos los niveles, hacen muy bien su trabajo. Un órgano visible que permite ver cómo el paso del tiempo afecta al cuerpo es la piel. En ella se suele observar cómo, a partir de una cierta edad, la dermis ya no es la misma. Por regla general, este cambio parte de la treintena —aunque pueda darse antes— y el ejemplo más claro son las arrugas. Así, en general, aunque existan diferentes tipos y zonas.

Paloma Cornejo, miembro del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica de la Academia Española de Dermatología y Venereología, profundiza en estas finas marcas cutáneas. Directora del centro Más que Derma, lleva desde 1997 tratando el envejecimiento cutáneo. Un proceso que si bien es inevitable se puede reducir diciendo que no a una mala vida.

—La pregunta más básica de todas, ¿qué es una arruga?

—Una arruga es una fractura cutánea que queda marcada alterando la apariencia uniforme de la piel. Es imposible no tener arrugas, porque nos doblamos. Y ese fruncimiento hace que, con el paso de los años y la pérdida de elasticidad, se vaya marcando una línea que afecta tanto a la epidermis como a la dermis.

—¿A qué edad suelen aparecer?

—Ya desde niños se pueden marcar arrugas, porque nos plegamos en diferentes zonas, como por ejemplo, de las articulaciones de la muñeca, las de las manos, que son las líneas entre las falanges. Eso ya se podría clasificar como tal. Pero a lo que solemos llamar arrugas son las que nos afectan a la cara, al escote, a zonas un poco más implicadas en la estética. Y podemos ver a adolescentes que ya fruncen mucho el entrecejo y empiezan a insinuársele una línea entre ambas cejas.

—¿Por qué se producen?

—La arruga se va a producir por una doblez de los músculos que arrastran a la piel haciendo que se doblen, y también pueden aparecer por falta de elasticidad, de colágeno, de una piel que va perdiendo su capacidad elástica. A veces aparecen en zonas que no hay tanto fruncimiento, pero que tienen degeneración del colágeno. Por ejemplo, cuando has tomado mucho el sol, o cuando te haces mayor y las hormonas, como los estrógenos, desaparecen. Son más estáticas.

—¿Son todas iguales?

—No. Podemos clasificarlas en arrugas dinámicas, en las que se han implicado los movimientos y expresiones, y las arrugas estáticas, en la que no hay implicado movimiento, sino que es más bien la calidad de la piel.

—¿Hasta qué punto importa cómo sea mi piel?

—La calidad de la piel es muy importante en todo tipo de arrugas, una piel que es más fina, menos elástica, menos hidratada, va a marcar mucho más las líneas que una piel más gruesa, o una más joven. ¿Qué se arruga más una camisa de lino, que es un tejido muy fino, o una manta zamorana? Pues obviamente, la camisa de lino porque es mucho más delgada. Es un tejido con menos cuerpo. Así de sencillo. Y luego, existen las arrugas por la gravedad o gravitacionales, que se forman cuando los tejidos se van descolgando. Estas pueden ser a nivel facial, como las que aparecen en el surco nasogeniano, el pliegue de amargura;  otras que se producen en la zona de la ojera, e incluso, las de encima del codo o de las rodillas.

—¿Cómo se relacionan con la flacidez de nuestra piel?

—Si perdemos colágeno, elastina y grosor cutáneo, la piel es mucho más proclive a arrugarse, por eso son los componentes que con el tiempo se pierden y por eso nos arrugamos más. Las pieles más expuestas al sol, como sufren también mayor deterioro, lo están en mayor medida. 

—¿Y una mala vida?

—También los malos hábitos, como puede ser la falta de sueño, el tabaquismo, una alimentación escasa en proteínas y antioxidantes, todo lo que sea una mala vida hará que la persona tenga más arrugas porque la piel está más deteriorada.

—¿Cuáles son las que primero aparecen?

—Las que vemos más precozmente son las del contorno de los ojos, porque es una piel fina y con un excesivo fruncimiento, es una arruga de expresión. También las de debajo de los ojos, porque es una piel distensible, de mala calidad por así decirlo, muy fotoexpuesta. Las arrugas del cuello, porque es una piel delgada, soleada, poco protegida y encima la flexibilizamos continuamente, y más ahora con los móviles. Es un tipo de arruga que se ve ahora cada vez más. La arruga del canalillo, en el escote, por dormir de lado, y el peso de las mamas hace que se produzca una doble entre los pechos. Incluso, existen arrugas provocadas por dormir, porque descansamos de lado y parte de la cara se ve desplazada contra la almohada y, de nuevo con ello, tenemos otra doblez.

—¿Cómo se trabajan una vez lo hacen?

—Lo que existe, sobre todo, contra las arrugas de expresión es relajar la musculatura responsable, lo cual es fácil cuando utilizamos toxina botulínica en el tercio superior: entrecejo, patas de gallo o arrugas de la frente. E incluso, hay zonas donde la toxina se puede utilizar como en las bandas platismales del cuello o el pliege de amargura. Otro antídoto antiarrugas es rellenarlas en cierta medida, como hacemos con las de código de barras. En este tipo se produce en una zona que va perdiendo tejido elástico, está continuamente expuesta a fruncimiento, más en algunas personas que en otras, y con la menopausia se acentúa debido a la carencia de estrógenos. Curiosamente, los varones tienen menos código de barra porque el anclaje del pelo de la barba hace que esa zona esté mucho más densa y resistente al fruncimiento. Para este tipo se pueden utilizar los ácidos hialurónicos de muy poca proyección y poco densos, para rellenarlas y reforzar la zona. Igualmente, se utilizan los láseres en el contorno de los ojos, de los labios, en las arrugas de las mejillas con una renovación cutánea que, al crear una herida controlada y una nueva piel más fuerte, más resistente, puede mejorar la zona.

—Y, ¿en cuanto a cosméticos?

—Hay veces que la gente utiliza cremas ricas en colágeno, por ejemplo. Es cierto que el colágeno es difícil que penetre, aunque la tecnología va haciendo innovaciones, no dejan de ser cosméticos. Pero ese efecto humectante hace que la piel atrape un poco de agua y que la arruga se vea menos. Realmente, los principios ideales para las arrugas son los antioxidantes por la mañana y, por la noche, la utilización de retinoides. Estos últimos son transformadores cutáneos, estimulan la formación de componentes dérmicos y epidérmicos, y ayudan a mejorar la calidad de la piel. Esto hará que sea más resistente a su fruncimiento y que mejoren las líneas más finas. Aquellas más profundas o gravitacionales deben ser tratadas de otras formas. Ahí lo ideal sería trabajar la flacidez con diferentes técnicas, o bien rellenos en las zonas de anclaje, o hilos tensores o ultrasonidos focalizados. Al final, lo más importante de todo esto es un buen diagnóstico.

—¿Cree que la gente tiene miedo a envejecer? Es una crítica que a veces se da en redes. 

—No es que la gente no quiera envejecer, sino que a nadie le gusta el deterioro. En ningún sentido, tanto en el plano físico, como de las funciones sensoriales, motoras y obviamente de nuestra apariencia externa. Me parece totalmente lícito intentar prevenirlo e intentar mantener la mejor apariencia a lo largo de la vida, porque vivimos muchos años y posiblemente nuestra mente esté todavía muy activa, se sienta joven, y el cuerpo lleva toro camino. Por eso creo que hay sentido común. Ir a profesionales especializados en este tema. El dermatólogo es el principal porque conocerá la piel como ninguno, y la combinación de técnicas. Es decir, no solo recurre a técnicas inyectables, sino trabaja rock la aguja.Trabajar con la prevención. La fotoexposición no deja de ser la agresión externa, junto con la contaminación, los malos hábitos, que más justifica la aparición de arrugas. Por eso, si nos protegemos del sol, protegeremos la piel. Hay que asesorarse. Me parece bien que la gente consulte ante las primeras arrugas para evitar que vayan a más. Habrá cosas que puedan mejorar como los hábitos, como por ejemplo, utilizar un sujetador que cuente con un refuerzo entre las mamas para que no se produzcan las arrugas del canalillo; utilizar mesoterapia, una cosmética adecuada o educarlos en protección solar. Es decir, la prevención y el tratamiento sensato del envejecimiento me parece adecuado. Los tratamientos estéticos están ahí para responder a las necesidades del individuo.

Lucía Cancela
Lucía Cancela
Lucía Cancela

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.