La mala fama (inmerecida) de las verduras congeladas: «Si las compramos frescas y están en la nevera una semana, pierden propiedades»

VIDA SALUDABLE

Los profesionales defienden que son un buena opción porque facilitan llegar a la ingesta de cinco raciones de fruta y verdura
06 mar 2025 . Actualizado a las 12:51 h.A nadie le cabe duda de que las verduras son alimentos imprescindibles en nuestra dieta. Aportan fibra, minerales y vitaminas, son bajas en grasas y tienen un alto contenido en agua. Así, se recomienda, como mínimo, la ingesta de cinco raciones de estas (junto con la fruta) al día. Pero tampoco se puede negar que no siempre es fácil tener una amplia variedad en la nevera. Una, porque el precio de las verduras frescas (multiplicado por todas las veces que debemos tomarlas si seguimos las recomendaciones) no siempre se ajusta al bolsillo de todas las familias, y otra, porque cada día que pasan en el frigorífico, pierden propiedades. Un problema para quien no cuenta con disponibilidad horaria para ir a comprarlas con asiduidad. ¿Adquirirlas congeladas es una buena opción en estos casos?
Alma Palau, gerente del Consejo General de Dietistas y Nutricionistas de España, cree que la posible «mala imagen» que tenemos de ellas, está injustificada. En primer lugar, dice, porque se congelan nada más ser recolectadas. «Muchas veces, cuando compramos verduras frescas y las tenemos en la nevera una semana, ya han perdido muchos más nutrientes que si las compramos congeladas; pierden propiedades». Además, los procesos de ultracongelación industriales preservan las vitaminas y minerales que tiene la verdura fresca en ese momento.
Otro argumento que puede exponerse a favor de su adquisición e ingesta también está relacionado con el tiempo, pero en este caso, de conciliación. «Los dietistas-nutricionistas no paramos de recomendar que se consuman más frutas y verduras, pero el problema es que, a lo mejor, no puedes ir seguido a comprar o lo haces en poca cantidad porque vives solo. La verdura congelada es muy buen recurso, facilita la toma de las mismas», indica.
Sin embargo, nos cuesta ver este producto, disponible en los congeladores de todos los supermercados, como saludable. «No nos creemos que puedan contener casi tantos nutrientes como la verdura fresca. Y está claro que esta última siempre es la mejor opción, pero sí son una buena alternativa a no comerlas».
Aunque también se podría mencionar una contraindicación: «Podríamos decir que a nivel de sostenibilidad ambiental pueden ser discutibles, porque hay que invertir demasiada energía en congelar y envasar en plásticos. Por eso creo que debemos encontrar un equilibrio».
¿Todas las opciones de verduras congeladas son saludables? Guía para no perderse en las neveras del supermercado
Una de las opciones más concurridas a la hora de comprar verdura congelada es la menestra: variedad en una sola bolsa. Así, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) analizó 14 tipos de las más vendidas en los supermercados y una de sus conclusiones fue que, aunque en la lista de ingredientes se indican las verduras que contiene cada paquete, no siempre se puede saber la cantidad de cada una (es decir, el porcentaje) porque la normativa tampoco obliga a las marcas y fabricantes a indicarlo.
No obstante, la OCU optó por analizar los ingredientes de cada una en el laboratorio, haciendo una clasificación de ingredientes por presencia y precio. Tres de los más concurridos son las judías verdes, los guisantes y las zanahorias. «Estos tres ingredientes nunca faltan, constituyen la base de todas las menestras analizadas y son de los más baratos», aseguran. Le siguen la coliflor, las coles de Bruselas y las habas: «Ni especialmente caros ni baratos, se añaden en muchos productos y en cantidades variables». En tercer lugar, las alcachofas, los champiñones, los espárragos y el cardo. «Son los ingredientes que llamamos especiales, de mayor valor añadido por ser de precio más alto». Como curiosidad, el mejor puntuado de los productos analizados por la organización fue la menestra Findus De la huerta «que destaca por la gran variedad de ingredientes, muchos de valor añadido como el champiñón, el cardo y la alcachofa», seguida, por su «buena relación calidad-precio» por las de IFA Eliges y Vegecampo de Dia.
El precio de estas verduras es, indudablemente, muy inferior a las frescas. En otro estudio realizado por la OCU en el 2023 confirmaron que, por ejemplo, los guisantes congelados eran un 93 % más baratos y las judías verdes, un 71 %.
Además, la organización asegura que en las menestras analizadas en este último estudio de 2024 no se han encontrado problemas de seguridad alimentaria. «No hay residuos de pesticidas, los nitratos no son un problema y el estado microbiológico es correcto en todos los casos». Sí reconocen algunos defectos visuales, como las manchas en las zanahorias, que atribuyen a oxidaciones, los tallos en las judías verdes o pieles sueltas en las habas. Con todo, consideran que «no son muy frecuentes ni relevantes».
La otra opción para evitar el desperdicio de verduras: así se deben congelar en casa
Antes de que la compra de verduras frescas acabe por descomponerse del todo en el frigorífico, una buena opción es congelarlas en el propio hogar. En este sentido, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), recomienda congelar los alimentos lo más rápido posible y, si estos están envasados, siempre antes de sobrepasar la fecha de caducidad o consumo preferente: «Una vez congelados se detiene el crecimiento bacteriano, por lo que se alarga su vida útil y se puede sobrepasar la fecha de caducidad original que figura en la etiqueta»
En el caso de cocinar más verdura de la necesaria, lo ideal es congelarla en ese mismo día para consumirla en otro momento. Si bien no se recomienda meter alimentos calientes inmediatamente en el congelador después de cocinarlos, ya que puede afectar negativamente a otros. Es preferible dejarlos enfriar en la nevera y, posteriormente, optar por la congelación.
En el caso de que las verduras estén a punto de estropearse, la Aesan sostiene que lo ideal es cocinarlos y congelarlos, antes de tirarlos. Además, si se dividen las porciones de comida en raciones individuales, se facilitará que estos se congelen antes.
Por último, la agencia recalca que las verduras (o cualquier alimento) que ya se ha congelado y descongelado no debe volver a congelarse, « salvo que se cocinen a más de 70ºC durante al menos dos minutos».