Elizabeth Comen, oncóloga: «Históricamente, algunos trastornos intestinales se han considerado de naturaleza puramente psiquiátrica»

VIDA SALUDABLE

La experta revisa cómo la medicina «olvidó a las mujeres» y hace una llamada a la acción para una nueva conversación en torno a la salud femenina
21 mar 2025 . Actualizado a las 15:10 h.«No seas exagerada». Ese es el título del libro de la galardonada oncóloga, Elizabeth Comen, publicado por Temas de hoy. «Lo he escrito para ayudar a sanar el pasado médico de las mujeres y explicar por qué las viejas narrativas sobre sus cuerpos siguen persiguiéndolas hoy en día, e influyen en cómo se sienten las niñas y las mujeres». Especializada en cáncer de mama, es profesora asociada de Medicina en la NYU Langone Health. Obtuvo una licenciatura en Historia de la Ciencia en la Universidad de Harvard y un doctorado en Medicina en la Facultad de Medicina de Harvard. Hizo su residencia en el Hospital Mount Sinaí y, después, obtuvo una beca de investigación en oncología del memorial Sloan Kettering Cancer Center.
—¿Somos unas exageradas?
—El espectro de la mujer histérica se ha infiltrado en casi todos los aspectos de la salud de la mujer, incluso en la actualidad. Hay una razón por la que el título de mi libro No seas exagerada resuena en muchas mujeres. Es porque muchas de nosotras ya lo hemos oído antes. Una y otra vez, confirmo a las pacientes que sus preocupaciones médicas son reales. Su dolor es real, sus síntomas son reales, y no como pueden haber oído: «Todo está en su cabeza». En todos los ámbitos, también a día de hoy, existen pruebas ilimitadas y un creciente maremoto público que reconoce finalmente lo incomprendidas, invalidadas y, a veces, no escuchadas que se sienten demasiadas mujeres en nuestro sistema sanitario. Un estudio reciente mostraba que más de una de cada tres mujeres sentía que su médico no las creía, hacía suposiciones incorrectas o las culpaba de un problema de salud. Y en mi mundo en particular, estas experiencias pueden llevar a un grave retraso en el diagnóstico o a un diagnóstico erróneo.
—Uno de los primeros temas que trata en el libro son las operaciones estéticas. Cito una de sus reflexiones: «La historia de la cirugía plástica es, básicamente, una historia de doctores varones operando a mujeres. Pero es, sobre todo, la historia de hombres con poder para hacer bellas a las mujeres y autoridad para decidir qué aspecto tiene esa belleza». Debo preguntarle si cree que los deseos masculinos tienen mucho que ver en las operaciones estéticas que se practican en quirófano.
—Depende. Por supuesto, históricamente el campo de la cirugía plástica estaba dominado por hombres que operaban a mujeres, pero eso ha cambiado con el aumento del número de mujeres en esta especialidad. Las presiones culturales y sociales relacionadas con la vanidad se infiltran e influyen en las decisiones de las mujeres en la consulta del médico. Apoyo plenamente que las mujeres decidan hacer lo que les haga sentirse bien con su cuerpo, pero también es importante que las mujeres reflexionen sobre lo que las motiva a elegir procedimientos estéticos. No puedo generalizar y hablar por «todas las mujeres». Todas estamos motivadas por factores individuales. Invito a cualquiera que opte por la cirugía estética a que se tome el tiempo necesario para comprender qué motiva sus decisiones y encontrar un médico asociado que pueda alinearse con sus elecciones y respetarlas.
—¿Cómo ha afectado el abandono de la mujer en el ámbito cardíaco a lo largo de la historia?
—Las cardiopatías son la primera causa de muerte de las mujeres en Estados Unidos (también lo son en España). Históricamente, pero también en la actualidad, el dolor torácico de las mujeres tiene más probabilidades de ser desestimado. Las mujeres tienen más de un 50 % de probabilidades de morir en el primer año tras un infarto que los hombres. Los síntomas cardíacos de las mujeres suelen presentarse de forma diferente a los de los hombres con cardiopatías; al igual que también tenemos una biología cardíaca distinta. Desde el punto de vista de la investigación, hasta el de los servicios de urgencias, debemos comprender mejor la biología de las cardiopatías en las mujeres y mejorar nuestra capacidad para reconocerlas y tratarlas con mayor eficacia.
—Afirma que el patriarcado también ha penetrado en el tracto intestinal de las mujeres. ¿Por qué?
—Algunos trastornos gastrointestinales, como el síndrome del intestino irritable, son más frecuentes en las mujeres. Históricamente se han considerado de naturaleza puramente psiquiátrica. Hoy sabemos que existen diferencias biológicas fundamentales que, si comprendiéramos mejor, aliviaríamos más el sufrimiento de estas mujeres.
—Las mujeres tienen un 80 % de probabilidades que los hombres de sufrir una enfermedad autoinmune. Las razones no se han llegado a comprender por parte de la comunidad científica. Pero ¿cuál es su opinión al respecto?
—Cada vez sabemos más que la biología XX frente a la XY tiene un impacto fundamental en la función inmunitaria. Me alienta el trabajo que se está realizando para comprender cómo la investigación de nuestras diferencias redunda realmente en una mejor salud para todos.
—Usted es oncóloga. ¿Qué opinión tiene sobre extirpar los ovarios, el útero o ambos a una mujer para prevenir cánceres ginecológicos?
—Esto depende totalmente de cada persona, concretamente de su historial médico personal y de los factores de riesgo de cáncer.
—¿Es el vaginismo un trastorno psiquiátrico?
—No. Hay fundamentos físicos absolutos en esta presentación clínica.
—Confiesa que durante los años que revisó historias clínicas y libros de texto que conforman la columna vertebral de "No seas exagerada" lo que más le llamó la atención fue no tener o que no se recogiesen las voces de las mujeres cuyos cuerpos hicieron posible cada una de las investigaciones (que no son pocas, teniendo en cuenta que su libro tiene 11 capítulos). Si pudiera decirle algo a cada una de esas mujeres, ¿qué sería?
—Les diría que lamento profundamente el trauma inhumano que sufriste. He hecho todo lo posible por compartir y honrar tu vida lo mejor que he podido. Mi intención era mejorar la vida de muchas personas.