Karen Tang, ginecóloga: «No recomiendo utilizar salvaslips todos los días»

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Karen Tang es reconocida internacionalmente como líder en el ámbito de la salud reproductiva.
Karen Tang es reconocida internacionalmente como líder en el ámbito de la salud reproductiva. Aliza Schlabach

La doctora de Harvard lamenta que «en lo relativo a la salud de las mujeres, nos centramos más en los riesgos que en las ventajas»

13 jul 2025 . Actualizado a las 12:47 h.

La doctora Karen Tang es ginecóloga y cirujana, pero también una activista de la salud femenina. Confiesa que, a lo largo de su carrera, ha escuchado en numerosas ocasiones las mismas historias: mujeres que han recorrido un laberinto de consultas sin encontrar respuestas, cuyos síntomas han sido minimizados o ignorados por los equipos médicos. 

Se graduó en Medicina y tiene un máster en Salud Pública en la Universidad de Columbia, y se formó como obstetra y ginecóloga en la Facultad de Medicina de Harvard. Acaba de publicar No es histeria (Diana, 2025), una guía con «todo lo que siempre quisiste saber sobre tu salud reproductiva (y nunca te contaron)». 

—El libro se titula No es histeria, ¿qué es la histeria?

—La palabra histeria viene de útero en griego. A lo largo de toda la historia se ha asociado con las mujeres, con algún tipo de trastorno de su cuerpo o de su mente. El motivo por el que le he puesto este título al libro es que durante mucho tiempo en lo referido a la salud femenina se creía que si te quejabas de algo era mental, o tenías ansiedad o te pasaba algo. No se sabía lo que era, pero estabas reaccionando de una forma demasiado exagerada. Muchas veces, en realidad era un problema de salud, y realmente había algo que podríamos arreglar, algún tipo de problema médico, algún tema hormonal o algo que tiene una solución y no solamente estaba en nuestra mente.

—A día de hoy, ¿cree que se ha dedicado el tiempo y la financiación suficiente a estudiar las enfermedades que afectan sobre todo a las mujeres?

—No, ni de cerca. En Estados Unidos, el principal financiador de investigaciones en el mundo, probablemente un 10% es para la salud femenina, y gran parte de ello es para el embarazo, fertilidad o algún tipo de cáncer como el de mama. La mayor parte de las enfermedades que afectan a las mujeres, como la menopausia, problemas con el período o el dolor, dolor pélvico, apenas tienen investigación. Algo de lo que me di cuenta mientras escribía este libro es que la viruela, por ejemplo, que se erradicó completamente en los años 40, tenía mucha más financiación para investigación que la endometriosis. Así que, no tenemos suficiente financiación o investigación y eso lleva a confusión. Y a que las mujeres se encuentren muy poco satisfechas con la medicina en general.

—En el libro habla del punto G, ¿por qué existe controversia sobre él?

—No está claro si es una estructura real. Algunos estudios dicen que sí, que está ahí, y es cierto que tiene unos nervios. Algunas mujeres tienen sensibilidad en esa zona, al tacto, pero aquí es cuando vemos la falta de investigación, porque no estamos del todo seguros de que sea así. Si hay una mujer que siente el punto G y es importante para ella con respecto a su satisfacción sexual, está bien. Pero también hay otras mujeres que a lo mejor, no sienten nada aunque exista estimulación ahí. Y no pasa nada, no deberían sentirse mal al respecto, que se están perdiendo algo o que están haciendo las cosas mal. Esto ocurre mucho en la salud sexual. Las mujeres sienten que si no responden de la forma en la que han oído a otras personas explicar sobre sexo, o incluso lo que han visto en vídeos, piensan que hay algo mal en su cuerpo. No. Y es curioso, porque es una pregunta que solo me hacen aquí, en Europa. 

—¿Qué son los miomas?

—Son un trastorno habitual del útero; son tumores, pero no son cancerígenos. Básicamente, son pequeñas bolas de músculo que crecen en la pared uterina que pueden provocar dolor y sangrado, incluso infertilidad si empujan la parte interior del útero. Pueden hacerse muy grandes y casi todo el abdomen puede llenarse de ellos. No sé exactamente los datos entre mujeres hispanas, pero puedo decirte que el 70 % de las mujeres blancas y el 80 % de las mujeres negras van a tener algún tipo de mioma en algún momento de su vida. Son muy habituales. 

—La endometriosis es una patología que puede tardar mucho en diagnosticarse. Las mujeres que la padecen pueden presentar otro tipo de síntomas que no son ginecológicos, como los intestinales. ¿Cuál es la relación entre la endometriosis y este tipo de molestias digestivas?

—El lugar habitual en el que suele crecer la endometriosis es entre el útero y el colon. Cuando se lo explico a mis pacientes, siempre saco un dibujo (procede a sacar uno hecho por ella misma a rotulador). Es difícil verlo, pero este el útero. El recto está en la parte de atrás y este, se puede inflamar. Diarrea, dolor con movimiento, son algunos de los síntomas que pueden darse. La razón es porque está muy cerca del intestino y del recto, al igual que también puede causar problemas en la vejiga. De hecho, muchas personas van primero al médico de cabecera o incluso a un especialista digestivo porque tienen muchos síntomas intestinales. Se acostumbran a que les duele un poco el período, pero piensan, «bueno, a todo el mundo le duele, debe ser normal». Siempre suelo decir que si padeces unos problemas un poco «misteriosos» en el intestino, sobre todo que empeoran cuando tienes la regla o con la evolución, eso es una señal de una posible endometriosis. Especialmente si tienes menstruaciones dolorosas y dolor con el sexo. 

—¿Cómo de difícil es para las mujeres diagnosticadas con síndrome del ovario poliquístico (SOP), lidiar con este síndrome?

—Mucho, porque la gente puede tener síntomas muy diferentes. Algunas mujeres con SOP pueden no tener sangrado o durante muchos meses, ausencia de período, mientras que otras están sangrando constantemente y en grandes cantidades. Puede ser difícil averiguar qué es lo que está ocurriendo. Cuando tengamos más investigación sobre él nos daremos cuenta de que hay muchos signos que ocurren o pueden llegar a darse. Pero sí hay elementos en común. 

Las personas con SOP a lo mejor no ovulan todos los meses, por eso no tienen el período. Y si no ovulas, puede ser difícil quedarte embarazada. Además, la falta de períodos aumenta el riesgo de cáncer de útero. También hay un algo riesgo de otro tipo de patologías, como la diabetes. El 75 % de las mujeres con SOP pueden padecer esta última en algún momento de su vida. Al igual que puede influir en el peso, a la hora de perderlo, puede ser más difícil; y en el estado de ánimo. No solo es un problema con la menstruación, es del cuerpo completo. 

—Se llama síndrome del ovario poliquístico, pero puedes tener el síndrome sin tener ovarios poliquísticos. 

—Sí, y puedes tener ovarios poliquísticos sin tener el síndrome. La verdad es que es un trastorno con un nombre muy mal elegido. No tiene sentido. Se dan problemas con la testosterona que pueden provocar acné o vello facial. pero si no tienes dos de estos signos (ovarios poliquísticos, acné o hirsutismo), no tienes el síndrome. Y ojo, puedes padecerlo, que te hagan pruebas y que todo sea normal. Es difícil de explicar. Ya lo digo al principio del capítulo que dedico al SOP: no tiene ningún sentido. 

—¿Es normal tener quistes en los ovarios? 

—Sí. Casi todas las mujeres que tienen ovarios funcionales tienen quistes en algún momento de su vida. De hecho, sorprende si no lo hay. Existen muchos tipos distintos y siempre tenemos que explicar que es algo que puede provocar dolor, a lo mejor puede necesitar cirugía. Otros, simplemente desaparecen con el tiempo. 

—¿Qué es la vulvodinia?

—Es un trastorno en el que se sufre dolor en la vulva, ya sea en la apertura de la misma o por fuera. No es una enfermedad, es, básicamente, un trastorno donde una mujer siente mucho dolor que no responde a una causa conocida. Tocas la vulva y les duele. Si tienes dolores musculares, eso puede hacer que la vulva duela también. Los nervios se sobreestimulan y puede provocar dolor solo con tocar la piel. Existen tipos de vulvodinia en los que solamente duele una parte de la vulva cuando tocamos. Si alguna persona sufre mucho dolor, especialmente las que les duele con el sexo o al intentar ponerse un tampón, que vayan al ginecólogo e intenten descartar algunas cosas como una erupción, una infección, algo en la piel. Si no encontramos una causa que lo provoque, es cuando trasladamos que es vulvodinia.

—¿Se deben utilizar salvaslips para el flujo vaginal?

—No, a mis pacientes no les recomiendo que los utilicen todos los días. Pueden generar infecciones porque mantienen la humedad cerca de la piel y la vulva. Hay que tener en cuenta que la parte de atrás es plástico y este complica la salida de la humedad. Si una mujer sufre infecciones recurrentes, las empeora aún más. Úsalo cuando tienes la regla está bien, pero para el flujo diario, no. Lo mejor es, simplemente, ropa interior de algodón. Es más, en algunas mujeres, el uso de salvaslip provoca más flujo. 

—¿El síndrome premenstrual es simplemente una molestia?

—No, es mucho más. Son problemas del estado de ánimo, como sentirte triste, enfadarte con facilidad, estar irritable. Luego a nivel físico puedes tener dolor en el pecho, hinchazón, problemas para ir al baño. Sobre todo si te sientes muy deprimida o con mucha ansiedad, hasta el punto en el que afecta a tu trabajo, eso es lo que llamamos trastorno disfórico premenstrual. 

—¿Puede ser grave?

—Sí, en algunas personas se vuelve muy grave y además viven cómo se minimiza su problema en consulta. A veces no solo es necesario un profesional ginecológico, también un terapeuta o psiquiatra, porque hay tratamientos para el trastorno disfórico premenstrual. 

—Se habla mucho sobre los anticonceptivos hormonales en España. ¿Qué mitos cree que existen sobre ellos?

—Sí, también está sucediendo en Estados Unidos, especialmente en las redes sociales. Muchos contenidos solo están difundiendo miedo sobre los anticonceptivos hormonales, diciendo que son peligrosos, que provocan cáncer o infertilidad. Ayer hablaba con una amiga que es doctora en Inglaterra y justo me decía que también está sucediendo lo mismo allí. Todo el mundo llega a consulta y se niega a utilizar anticonceptivos hormonales, incluso el DIU, que no tiene prácticamente hormonas. Esta percepción es muy peligrosa, porque son buenas opciones para evitar un embarazo. Además, muchos métodos anticonceptivos se toman para controlar trastornos como el premenstrual. Después hay quien dice que si tomas anticonceptivos desde los 18 años hasta los 40, que tu fertilidad empeora. No, lo ha hecho porque tu edad ha aumentado. Es más, tomarlos tiene beneficios. 

—¿Cómo cuáles?

—Es cierto que se puede dar en menos del 1 % el aumento de cáncer de mama, pero no llega ni al 1 %. En cambio, disminuye el riesgo de cáncer de útero, ovario e incluso puede reducir el riesgo de cáncer de colon. Así que, en general, los anticonceptivos hormonales reducen el riesgo de cáncer. Cuando existe una historia familiar con esta enfermedad, los solemos recetar como prevención. También disminuye el riesgo de osteoporosis. Pero en lo relativo a la salud de la mujeres nos centramos mucho en los riesgos, pero no en las ventajas. 

—¿Mucho de lo que hemos hablado hasta ahora sería considerado histeria en épocas pasadas?

—Probablemente. Hay un capítulo sobre la historia en el libro y es fascinante ver lo que opinaban sobre la salud femenina en el pasado y a lo largo de la historia. Hubo momentos en los que prácticamente todo era histeria. No solamente la salud ginecológica, si sentías mucho dolor o si tenías algún trastorno mental, simplemente le llamaban histeria y ya está. Básicamente, todo lo que no sabían lo que era, le llamaban histeria. Hay tantas cosas en la salud femenina, que incluso para el día de hoy es difícil para las mujeres, porque los profesionales no tienen tiempo o no reciben la formación adecuada... Parece que una locura que haya durado tanto tiempo, pero en algunas cosas no hemos avanzado tanto.

—¿Puede dar un ejemplo que se dé a día de hoy?

—Claro. Muchos médicos siguen diciéndole a las pacientes que para tratar la endometriosis tienen que quedarse embarazadas. Es cierto que con los cambios hormonales te sientes mejor, pero esa no es la respuesta. No puede ser el único tratamiento que se ofrece a la paciente. 

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.