Diez claves sobre el dolor de pies: «Muchas veces se cree que hay un callo y con el tratamiento se acaba diseminando»
VIDA SALUDABLE

Dolor, uñas deformadas o mal olor persistente son molestias que pueden estar advirtiendo de enfermedades o problemas mayores
25 jul 2025 . Actualizado a las 14:02 h.Son la base de nuestro cuerpo, nos llevan de un lado a otro, y, sin embargo, muchas veces las personas se olvidan de los pies; nos acostumbramos al dolor, al mal olor, a las uñas raras o a los zapatos que aprietan demasiado. Pero detrás de esas molestias cotidianas pueden esconderse problemas serios —algunos incluso muy graves— que podríamos evitar si escucháramos las señales. «Cualquier dolor en nuestro cuerpo debe ser consultado, sobre todo si es nuevo o no tiene diagnóstico», advierte el podólogo Navor Pereira, miembro de la junta de gobierno del Colexio de Podólogos de Galicia. Desde su experiencia clínica, nos explica los 10 signos de alarma que los pies pueden estar lanzando sin darnos cuenta.
1. Dolor en la planta del pie o el talón
Uno de los síntomas más comunes y a la vez más ignorados: «Son los dolores en la zona del talón, lo llaman las talalgias», explica Pereira. Muchas veces se deben a fascitis plantar o espolones, pero también pueden esconder problemas más complejos: «Tratadas a tiempo, no imposibilitan. Pero cuando se mantienen a lo largo de los meses, tienden a cronificarse y dificultan una vida normal, tanto laboral como deportiva», afirma el experto.
2. Uñas engrosadas, deformadas o de color amarillento
Según el especialista, el cambio de la forma o color de una uña siempre es un indicio de que algo no está bien. Si bien los hongos son una causa común, no son la única. Otras posibles razones incluyen microimpactos repetidos, el tipo de calzado usado o incluso deformidades óseas, que pueden ser benignas como exostosis o, en ciertos casos, malignas como tumoraciones.
3. Durezas o callos que provocan dolor
Los callos no siempre son lo que parecen. De hecho, pueden esconder otras patologías, como verrugas plantares, causadas por el virus del papiloma humano: «Muchas veces se cree que es un callo, se empieza un autotratamiento y se acaba diseminando. Por eso lo más importante es tener un buen diagnóstico», aconseja el podólogo.
4. Cambios de color en la piel o uñas
Tanto la piel como las uñas pueden reflejar lo que ocurre en el interior del cuerpo. «Muchas patologías ungueales van precedidas de enfermedades autoinmunes, respiratorias o cardíacas. Algunas coloraciones pueden ser indicio de un melanoma acral, uno de los más agresivos que existen», señala el podólogo.
5. Hinchazón que no desaparece
Aunque no siempre se relaciona con los pies, la hinchazón puede ser una manifestación de problemas circulatorios o inflamatorios. Según el Dr. Pereira, debe tenerse especialmente en cuenta en pacientes con enfermedades vasculares. Cualquier inflamación mantenida sin causa clara debe consultarse.
6. Hormigueo o entumecimiento
Es uno de los síntomas menos ruidosos pero más importantes; esa sensación de que «se duerme el pie» puede estar indicando neuropatía, sobre todo si se tiene diabetes. «Hay que educar a los pacientes en que no pueden confiar en sentir dolor como señal de alarma», explica el podólogo. Un pequeño corte puede pasar desapercibido y convertirse en una gran herida. Caminar descalzo o usar calzado inadecuado aumenta el riesgo de complicaciones graves.
7. Heridas que no terminan de cicatrizar
Una rozadura que no se cura, una grieta que se infecta o una ampolla que empeora, puede derivar en complicaciones serias para personas con mala circulación. «Cualquier herida puede ser el comienzo de algo más grave, como una gangrena. Por eso es fundamental hacer un cribado de la sensibilidad y circulación arterial», indica Pereira.
8. Uñas encarnadas
Una uña encarnada, aunque parezca un problema menor, puede tener consecuencias graves. Según advierte Pereira, en un paciente sano puede causar incomodidad y limitar la actividad física, pero en personas con diabetes o enfermedad arterial, podría llevar a la amputación de un dedo, parte del pie o incluso la pierna.
9. Mal olor o sudoración constante
El Dr. Pereira asegura que el mal olor puede indicar un desequilibrio, y lo principal es diagnosticar la causa, que puede ser hiperhidrosis, el uso de calzado inadecuado o una infección bacteriana. Muchas personas no consultan por vergüenza y eso solo retrasa la solución; al tratar el origen y los síntomas, suele resolverse en pocos días.
10. Deformaciones visibles
Las alteraciones como los juanetes o los dedos en garra no solo afectan de manera estética, sino que también pueden provocar molestias, dolores, lesiones dérmicas y hasta limitar la movilidad si no se tratan con un especialista. «En torno al 20-25 % de los problemas del pie provienen del calzado», agrega Pereira. Además de la genética, los tacones, puntas estrechas o zapatos demasiado ajustados pueden deformar también el pie: «Es, en nuestro día a día, uno de los grandes culpables de muchas de las patologías del pie», explica el experto.
Navor Pereira afirma que las visitas al podólogo deberían iniciarse en la infancia, atendiendo a bebés antes de que caminen y estableciendo controles anuales para pacientes crónicos según su riesgo. Asimismo, se enfatiza la relevancia de hábitos como lavarse y secarse bien los pies —especialmente entre los dedos—, usar alicates en lugar de cortauñas, evitar el calzado que apriete y consultar a especialistas ante cualquier duda.