Los expertos en sueño, en contra del cambio de hora y apuestan por el de invierno permanentemente: «Promueve un ritmo biológico más estable»
VIDA SALUDABLE

La Sociedad Española del Sueño se posiciona a favor de la supresión de los cambios horarios, propuesta por el Gobierno
20 oct 2025 . Actualizado a las 16:37 h.En la madrugada del sábado 25 al domingo 26 los relojes se retrasarán una hora. Una medida que siempre acarrea debate entre quienes defienden el horario de invierno o el de verano. El que se ha posicionado esta mañana ha sido el propio gobierno de España que, a través de un vídeo del presidente, Pedro Sánchez, ha propuesto acabar con este cambio de hora estacional en el 2026 en toda la Unión Europea, alegando el impacto en la salud que produce, al igual que la escasa evidencia científica que existe sobre ahorro energético. Una propuesta que no ha tardado en defender la Sociedad Española del Sueño (SES), que aprovecha la ocasión para recordar su posicionamiento oficial al respecto: defienden que se mantenga de forma permanente el horario de invierno (conocido como GT+1, hora del Meridiano de Greenwich más una).
El horario de invierno promueve un ritmo biológico más estable que el del verano, algo que contribuye a mejorar el rendimiento intelectual y ayuda a disminuir la aparición de enfermedades como las cardiovasculares, la obesidad, el insomnio y la depresión. Así lo defiende la SES en su posicionamiento. Por lo tanto, inciden en que este sería el más beneficioso para la población, especialmente para los grupos más sensibles a los cambios de horario y a padecer trastornos del sueño y de la salud como son los niños y las personas de edad avanzada.
Según estudios elaborados en la Universidad de Murcia, el horario de invierno en España es el que permite una mayor sincronía entre la salida del sol y el inicio de la jornada laboral y escolar; y el que propicia tener una mayor exposición a la luz solar durante esa jornada. Asimismo, facilita tener más horas de sueño y un despertar más natural que coincide con el amanecer.
En contraposición, si el establecido de forma permanente fuese el de verano (GT+2), explican en el posicionamiento, nos encontraríamos con que en algunas ciudades españolas el amanecer no se produciría antes de las 9.30 horas durante el invierno, mientras que en verano el anochecer no llegaría hasta las 22.00 horas. Según la SES, esta desincronización entre la luz y la hora, que ya se produce en los meses de verano, provoca que las personas tengan tendencia a acostarse más tarde por la noche y a despertarse más tarde por la mañana. Un desajuste que provoca que se tienda a dormir menos tiempo los días laborables y a dormir más los festivos. Una situación que puede favorecer un bajo rendimiento laboral y escolar y, de forma crónica, facilitar la aparición de enfermedades asociadas a la falta y a la mala calidad del sueño.
Por qué la SES defiende que este sea el último cambio horario
El control del sueño corre a cargo de un reloj interno situado en el cerebro que depende de factores externos como la temperatura y la luz. Según la SES, aunque el cambio solo sea de una hora, este altera el tiempo de exposición al sol durante el día y desequilibra al reloj interno, que tarda varios días en reajustarse, algo que provoca que no sea infrecuente que durante los primeros días después del cambio de hora algunas personas refieran irritabilidad, falta de concentración, bajo rendimiento laboral e insomnio. Pero sus consecuencias podrían ir incluso un poco más allá, ya que un estudio reciente de la Universidad de Stanford lo ha vinculado con un incremento de la incidencia de obesidad y de problemas cerebrovasculares.
Si el problema se cronifica y el sueño es insuficiente, desorganizado y de mala calidad durante un período largo de tiempo, se favorece la aparición de enfermedades graves como el cáncer, la enfermedad de Alzheimer, la hipertensión arterial, la obesidad, la diabetes, el infarto de miocardio, el ictus, la depresión y la ansiedad.