Los riesgos de abandonar la dieta atlántica: «La occidentalizada tiene muchos efectos negativos en nuestra salud»

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Frutas, verduras, cereales y el indispinsable pescado forman parte de los pilares de la dieta atlántica.
Frutas, verduras, cereales y el indispinsable pescado forman parte de los pilares de la dieta atlántica. María Pedreda

Las sociedades de nutrición se reúnen en Santiago para abordar nuestra alimentación

13 nov 2025 . Actualizado a las 19:19 h.

La dieta atlántica como sinónimo de salud. Esa fue la premisa de una de las primeras mesas que se llevó a cabo en la quinta edición del Congreso de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (Fesnad), que se está celebrando en la capital gallega. Rosaura Leis, vicepresidenta de la entidad y catedrática de pediatría, indica que la dieta atlántica es característica de aquellos países bañados por el Atlántico, pero que tiene su máximo exponente en Galicia y el norte de Portugal. Si bien alerta sobre la principal problemática que se presenta hoy en día: «Nuestra población está abandonando esta dieta. En realidad, en todo el mundo se está perdiendo adherencia a patrones tradicionales que han demostrado ser saludables y sostenibles, por una dieta más occidentalizada que tiene muchos efectos negativos en nuestra salud».

El abandono de la dieta atlántica supone dar la espalda a tradiciones que se remontan a hace más de 2.000 años. «Empieza con la cultura castrense y continúa con toda la evolución de Galicia. Se caracteriza, sobre todo, por un alimentación de proximidad, de temporada, con productos mínimamente procesados, en donde juega un papel importante el pescado y otros alimentos del mar», sostiene Leis. También tienen un lugar relevante los cereales de grano entero, frutas y verduras —algunas características de la zona como los grelos o la coliflor—, la castaña como fruto seco, y el aceite de oliva para aliñado y cocinado. «Incluso la carne, nuestra ternera gallega, tiene una composición nutricional mucho más saludable que la carne roja al uso, porque son vacas que no se ceban, atadas al pecho y sacrificadas tempranamente», amplía.

Asimismo, más allá de los alimentos que comemos, también importa nuestra forma de hacerlo: «Optamos más por el vapor, cocción y guisado; más plancha y menos fritura», matiza Leis, que defiende que ese estilo de vida se implemente en la infancia, a través de la herencia familiar e incluso la formación educativa. «Los niños construyen sus preferencias alimentarias en los comedores escolares, donde debemos incluir platos atlánticos; incluso introducir una asignatura que aborde estilos de vida saludables, donde no solo se aprenda qué es la proteína, también a elegir un menú o leer un etiquetado».

En Galicia, cerca del 24,8 % de los niños de entre 6 y 15 años tienen sobrepeso y un 8,3 % padece obesidad, según un estudio llevado a cabo por la Consellería de Sanidade. «Existe un aumento importante de estas cifras, así como de las enfermedades cardiometabólicas, que ya empiezan a presentarse en la edad pediátrica y que están relacionadas con la perdida de adherencia a la dieta atlántica», asegura Leis.

A nivel cardiovascular

La implicación de la dieta atlántica a nivel cardiovascular es otro de los pilares que también se ha presentado en el congreso de Fesnad. Está siendo estudiada por el proyecto New Heart, que coordina José Ramón González Juanatey, catedrático de cardiología y jefe de este servicio en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS). Una colaboración entre dos países, Galicia y el norte de Portugal, que busca optimizar la atención cardiovascular mediante la implementación de medicina personalizada de precisión.

Uno de sus objetivos, comenta el doctor, es promover la prevención y el manejo de pacientes con hábitos saludables como la dieta atlántica. «Una de las claves de esta es que existe muy poca comida ultraprocesada y mucha real», sostiene. Y proporciona ejemplos instaurados en nuestros platos: «La patata tiene un perfil muy apropiado desde el punto de vista cardiovascular, al igual que el pescado. Esta misma semana se ha publicado en The New England Journal of Medicine que suplementar a pacientes con enfermedad renal con aceite de pescado, se ha asociado a una mejora en su riesgo cardiovascular: menos infartos y mortalidad. Son datos muy llamativos».

Saludable y sostenible

Gumersindo Feijoo, catedrático de ingeniería química y coordinador del Grupo de Biotecnología Ambiental de la Universidad de Santiago de Compostela, considera que una dieta debe ser saludable y sostenible. «De que serve tomar un produto que che baixa o colesterol se para a súa produción contaminas o planeta? Por iso agora se fala de saúde global: tanto as persoas como o entorno no que se encontran deben tela. Coñécese como a dobre “s”: saudable e sostible», reflexiona. La dieta atlántica cumple con ambas. «Os dous indicadores que se utilizan para medir se unha dieta é sostible son a pegada de carbono e a hídrica. En ambos casos, na atlántica son moi baixos. Dous quilos de dióxido de carbono por persoa. Iso é posible grazas a un elemento moi importante do noso patrón alimenticio: o peixe. A nosa flota ten uns requisitos ambientais moi altos», indica.

Feijoo enumera cinco claves para medir la sostenibilidad de los alimentos de una dieta. Las dos primeras, priorizar productos locales y de temporada. «A terceira, evitar o malgasto: ir máis asiduamente á compra para evitar que os alimentos se estraguen», dice. La cuarta, «canto menos envasado veña o que imos comprar, mellor». Y la última, fijarse en las etiquetas: «Optar polas ‘‘eco''». El experto considera que si se cumplen todas, «é moi probable que o noso patrón sexa sostible».

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.