Los chavales toman la palabra

A. López / C. Cortés redac.monforte@lavoz.es

LEMOS

24 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Nada menos que 700 chavales de los colegios Divina Pastora, Escolapios, Ferroviario, A Gándara y la guardería de Caixa Galicia toman durante esta semana las ondas -de radio-, no es que se vayan a hacer surf. Hasta el viernes, a las dos y cuarto y a las tres y cuarto de la tarde, se les podrá escuchar en el 107.4 del dial de FM, la frecuencia de Radiofusión Monforte, en el espacio radiofónico que recoge las actividades de la campaña de animación lingüística Palabras no Ar, que se enmarca en el programa Bocaberta, de la Secretaría Xeral de Política Lingüística desarrollado en colaboración con la editorial Kalandraka. Los programas, sesiones de cuentos, música, talleres de oralidad y escritura creativa, prometen ser, como mínimo, divertidos. Además, y como recuerdo de su participación, los escolares se van a llevar un cedé con los programas emitidos para que puedan escucharse cuando quieran y sus colegios recibirán un lote de libros de las editoriales Kalandraka y Faktoría K. Diversión y cultura -en gallego-, la mezcla perfecta para aprender.

La mayor parte de las fiestas de fin de curso se celebraron entre finales de la semana pasada y el lunes, que fue el último día lectivo oficial. Pero todavía quedaban algunas. En Chantada, la de la escuela infantil que está en el parque del antiguo campo de la feria. Un grupo de alrededor de treinta padres, profesores y chavales se reunieron ayer en el Parque do Sangoñedo para despedir el curso con unas horas de fiesta y convivencia. Los ayudaron un dúo de malabaristas formados en la ciudad de los muchachos que hicieron las delicias de los más pequeños. Que no se pierdan las buenas costumbres. Los que también estuvieron estos días de fiesta, son los vecinos del barrio de O Convento de Chantada. Desde que hace un par de años crearon la Asociación de Veciños de San Salvador de Asma, una de las actividades que organizan el grupo es una comida de confraternidad en la que todos se reúnen en torno a una mesa. Este año no podía ser menos y el escenario no podía ser mejor, teniendo en cuenta el calor de estos días: el atrio de la iglesia parroquial.