Un taxista reveló que se legalizaban mujeres por menos de 3.000 euros

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LEMOS

Al transportista le ofrecieron comisión por cada mujer que consiguiese regularizarse

04 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Parece que lo sabía todo el mundo, menos la policía. Hasta algún taxista que tenía concertado servicios de traslado de meretrices de un burdel a otro y a sus domicilios estaba al corriente de que por dinero se conseguían los papeles necesarios para residir legalmente en España. No hacía falta mucho si se negociaba bien. Por 3.000 euros, problema resuelto. Incluso el taxista se llevaba una comisión por cada mujer que estuviera interesada en beneficiarse de los turbios negocios de la trama que la jueza Pilar de Lara puso al descubierto.

Los taxistas relacionados con el transporte de mujeres a los clubes sabían, posiblemente a la perfección, lo que se movía en torno a los burdeles de José Manuel García Adán. De hecho, hay uno imputado y otros fueron llamados a declarar y, ciertamente, parece que aportaron datos interesantes a los investigadores. No hay que olvidar que estos profesionales sabían de la existencia de fiestas fuera del Queens, de quiénes asistían, de cuántas mujeres había, de lo que se consumía y muchas más cosas. Eran ellos quienes transportaban a las meretrices tanto a la ida como a la vuelta. En su momento, la jueza pidió a los integrantes de su equipo que buscasen a los taxistas que se trasladaron a varias decenas de mujeres a unas fiestas especiales en las que, supuestamente, participaron tres altos cargos de la Xunta del gobierno bipartido. Estas fiestas se celebraron en locales de hostelería de las cercanías de Sarria y de Vilalba.

En el transcurso de la investigación, los agentes de la Guardia Civil que forman parte del equipo que dirige la jueza De Lara le preguntaron a uno de los taxistas si conocía a alguna mujer que trabajara en los clubes a la cual le hubieran pedido dinero por arreglar su documentación para regularizar su estancia en España. Respondió afirmativamente y no precisamente haciendo referencia a un único caso.

El transportista respondió que una de sus clientes le comentó que por arreglarle la documentación le cobraban 2.000 euros. Sin embargo, aclaró que a otras meretrices también les ofrecieron esta posibilidad, sin embargo las tarifas ya eran más altas. Oscilaban entre los 3.000 y los 6.000 euros.

Incluso alguien hábil para los negocios, sabiendo que los taxistas podían tener buena mano con sus clientas, le ofreció al profesional del transporte público al que la Guardia Civil le tomó la declaración, la posibilidad de participar en el negocio. «Tú me traes mujeres que quieran papeles y yo te doy una comisión. Sólo tienes que ponerlas en contacto conmigo». Esa fue la posible oferta que le hizo al taxista uno de los integrantes de la trama mafiosa. El ofertante, al parecer, trabajaba como camarero en un pub de Mariña Española.

Los investigadores sospechan que no se consiguen los papeles si por detrás no hay alguna persona relacionada con los servicios de Extranjería a distintos niveles que va abriendo puertas y facilitando papeles de manera clandestina. Por eso, la investigación no está cerrada, a pesar de que ya quedó reflejado a lo largo del sumario el funcionamiento presuntamente anómalo en algunos aspectos de las secciones de extranjería, tanto de la comisaría como también de la subdelegación del Gobierno. De hecho, hay varios policías de la sección imputados e incluso Alberto Linares Ferrer, que durante tiempo fue el responsable de la materia.