El águila pescadora, un visitante singular en la Ribeira Sacra

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

jose manuel sayago robles

La presencia de la especie fue detectada en el embalse de Belesar durante la realización de un censo de ámbito ibérico

22 feb 2017 . Actualizado a las 21:45 h.

Aunque su presencia en este territorio es generalmente ignorada, el águila pescadora forma parte de manera ocasional de la avifauna de la Ribeira Sacra. Durante la realización del primer censo ibérico de esta especie, el mes pasado, se registró la presencia de un ejemplar en el embalse de Belesar. El avistamiento se produjo en los alrededores de Portomarín, pero los expertos no descartan que haya más ejemplares en otras zonas de este embalse y también en los de Os Peares y el cañón del Sil.

El censo de águilas pescadoras se llevó a cabo de forma simultánea el 14 de enero en diferentes zonas de Galicia donde la presencia de estas aves ya se conocía por observaciones anteriores y en otras que se supone que pueden servirle de refugio. La iniciativa se desarrolló en diferentes puntos del litoral donde esta especie es más común, como los estuarios de los ríos Miño, Ulla y Umia y las rías de Vigo, Ares, Betanzos, Ortigueira y Cedeira. Las observaciones también se llevaron a cabo en diversos embalses y lagunas de las cercanías de la costa. En la provincia de Lugo se limitaron a las rías de Foz y Ribadeo y a los embalses de Belesar, Os Peares, Santo Estevo y San Martiño.

La realización del censo en todas estas zonas fue coordinada por la Sociedade Galega de Ornitoloxía (SGO) y se enmarcó en una iniciativa más amplia, promovida por la Fundación Migres, que se desarrolló en diversos territorios de España y Portugal

Un solo individuo

David Rodríguez Sobreira, miembro de la directiva de la SGO que participó en las observaciones efectuadas en el sur lucense, señala que el mencionado ejemplar de Belesar fue el único que se pudo avistar ese día en todos los embalses de este territorio. «Pero hay que tener en cuenta que estos embalses cubren áreas muy grandes y tienen muchos recovecos en los que pueden ocultarse otras aves», apunta.

En cualquier caso, es seguro los ejemplares que puedan verse en otros parajes del Miño o del Sil son aves de paso, ya que esta especie no nidifica en ninguna parte del territorio gallego. «Las águilas pescadoras solo vienen a Galicia durante la temporada de invierno y lo más probable es que todas las que se ven por aquí procedan del norte del continente», señala el ornitólogo.

La dieta de estas rapaces, como su nombre indica, se compone básicamente de peces, aunque se ha comprobado que en ciertos casos también pueden cazar algunas aves de pequeño tamaño. Por ello sus visitas se concentran sobre todo en las áreas litorales, donde les resulta mucho más fácil encontrar sus presas habituales. Pero algunos ejemplares también puden desplazarse a los embalses del interior, donde la perca americana y otras especies piscícolas les proporcionan una fuente de alimento.

Una de las rapaces más extendidas por el mundo, reintroducida hace poco en Andalucía

El águila pescadora (Pandion haliaetus) es una de las aves rapaces más extendidas por el mundo y está presente en todos los continentes, con la excepción de la Antártida. El cuerpo del animal mide hasta sesenta centímetros de altura y la envergadura de sus alas puede aproximarse a los 170 centímetros. Hasta comienzos del siglo XX anidaba y se reproducía en algunas zonas costeras de la Península Ibérica, pero las poblaciones permanentes acabaron por desaparecer y su presencia se redujo a los ejemplares invernantes llegados del norte de Europa. En los últimos años, no obstante, se consiguió reintroducirla como especie nidificante en los parques naturales de Los Alcornocales -en Cádiz- y Marismas del Odiel, en Huelva.

 

Seguimiento de las migraciones

Para conocer la procedencia de las águilas pescadoras, los ornitólogos observan las anillas que los investigadores de diversos países colocan a algunos ejemplares. Para ello no es necesario capturar las aves. Son anillas grandes con códigos numéricos que se pueden distinguir con telescopios terrestres o fotografías con teleobjetivo. Estos códigos indican dónde fue anillada el ave.