Fija el 2021 como plazo límite y estima que en el 2027 se lograría recuperar el río
10 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.El Plan Hidrológico de la cuenca Miño-Sil incluye como actuación «básica» en su período de vigencia la mejora de los sistemas de depuración de aguas residuales en Monforte. La necesidad de ampliar la planta de tratamiento ubicada en Piñeira figura recogida en el capítulo dedicado al análisis de la situación de las masas de agua en mal estado, en el que también se aborda el alcance del programa de medidas correctoras que deberían llevarse a cabo antes del 2021. El documento del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente cifra el coste de las obras en diez millones de euros, pero no entra en detalles sobre la financiación.
La necesidad de ampliar con urgencia la capacidad de la estación de tratamiento de aguas residuales aparecía reflejada en el anterior plan hidrológico, que caducó en el año 2015 sin que se concretase actuación alguna para corregir los vertidos al Cabe. El plan actual incorpora este y otros proyectos encaminados a reducir la contaminación del río, como el plan de mejora de la red de saneamiento que comenzará a ejecutarse el próximo año gracias a un convenio entre el Estado, la Xunta y el Ayuntamiento. En el caso de la depuradora, activa desde hace 27 años sin apenas reformas, se limita a definir su ampliación como una medida «pendiente de inicio».
El Plan Hidrológico en vigor para la cuenca Miño-Sil sitúa como principal causa del mal estado de las aguas del Cabe los vertidos «sin tratamiento adecuado» que se producen fundamentalmente en Monforte. Los indicadores sobre este río empeoran respecto al anterior documento del ministerio, aunque los términos que se utilizan son un tanto ambiguos. El «estado ecológico» del Cabe, «bueno» en el plan 2009-2015, se convierte en «moderado». Por su parte, el «estado químico» de las aguas pasa de «bueno» a «no alcanzar el bueno». En conjunto, el «estado global del río» se define ahora como «peor que bueno».
Diagnóstico más optimista
En todo caso, y siempre que se lleven a cabo las medidas correctoras que detalla el documento, resultaría factible «alcanzar el buen estado ecológico y químico» de las aguas del Cabe en el horizonte del 2027. El diagnóstico del Plan Hidrológico es menos optimista para otros ríos de la zona, mayoritariamente arroyos que sufren vertidos directos de los núcleos de población por los que discurren.
Un convenio entre el Estado y la Xunta que quedó en nada
La ampliación de la depuradora de Monforte estuvo a punto de convertirse en realidad en el año 2009. La entonces ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, firmaba con el Gobierno bipartito de la Xunta en febrero de ese año un protocolo para la financiación de las obras dentro del Plan Nacional de Calidad de las Aguas. El acuerdo, del que nada más se supo, fijaba el año 2015 como límite para realizar el proyecto.
La obra acapararía toda la inversión municipal en diez años si se pagase con fondos propios
En diez millones de euros cifra el Plan Hidrológico de la cuenca Miño-Sil el desembolso necesario para la adecuación de los sistemas de tratamiento de aguas residuales de Monforte. No especifica si se trataría de una ampliación o de levantar una nueva planta. Tampoco entra a valorar un hipotético reparto de gastos entre las diferentes administraciones. Esta última fórmula permitirá acometer las mejoras en la red de saneamiento incluidas en el plan de vertidos, que se costean con arreglo a un convenio entre el ministerio, la Xunta y el propio Ayuntamiento.
El programa de medidas correctoras para las masas de agua en mal estado detalla únicamente que la depuradora es una instalación «de competencia municipal». Pero el alcalde, José Tomé, carga las tintas en la imposibilidad de acometer con fondos propios una obra de esa magnitud. El presupuesto municipal es de algo más de doce millones de euros y el capítulo de inversiones se sitúa en un millón de euros. «Supoño que non pretenderán que pasemos dez anos como mínimo dedicando todo o investimento a ampliar a depuradora», dice Tomé.
Del convenio que firmaron en el 2009 la ministra Elena Espinosa y el conselleiro Manuel Vázquez, responsable de Medio Ambiente en aquella etapa, no volvieron a recibirse noticias en el Ayuntamiento. Tres años después, su sucesor en ese departamento, Agustín Hernández, sacaba a relucir de nuevo el proyecto. En una respuesta parlamentaria, El Gobierno gallego incluso habló de una inversión prevista de siete millones de euros.