Las dos casas que se derrumbaron tienen una treintena de herederos

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

CEDIDA

El Ayuntamiento intenta localizarlos para ejecutar el derribo de lo que queda en pie

13 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Ayuntamiento realiza gestiones para localizar al mayor número posible de herederos de las dos casas deshabitadas que se vinieron abajo el domingo en el conjunto monumental de Monforte. No parece que vaya a resultar sencillo dar con todos ellos, porque se calcula que pueden ser en torno a treinta. Una de las propiedades «esta indivisa dende hai dúas xeracións», apunta el alcalde, José Tomé.

Las dos viviendas anexas de la calle Falagueira, de bajo y una planta, se desplomaron en torno a las dos de la tarde. No hubo que lamentar daños personales, pero los escombros alcanzaron la furgoneta de un vecino. Pese a la lluvia, muchos visitantes desfilaron por esa parte del conjunto monumental durante la jornada del domingo.

Minutos después de que la Policía Local vallase la zona, un grupo de turistas se disponía a pasar por delante del lugar en el que se produjo el desplome. Los vecinos, conocedores del estado de los inmuebles, procuraban no acercarse. «Calquer día vai pasar o mesmo con outra casa que está en ruína máis abaixo», afirma uno de ellos. La edificación a la que se refiere está adosada a la muralla en la Porta da Alcazaba. Si se produjese un desplome, parte podría caer sobre la calle Santo Domingo.

El técnico municipal de urbanismo realizó durante la mañana de ayer una primera evaluación del estado de los muros que quedaron en pie tras el desplome de la calle Falagueira. Uno de ellos podría caer sobre la terraza de una casa habitada, que linda a otro lado con la casa de los Gaibor, referencia del área de influencia judía y destino habitual de visitas guiadas.

Ruina sobrevenida

El alcalde espera recibir hoy el informe elaborado por el técnico de urbanismo, que declarará previsiblemente la ruina sobrevenida de las construcciones que se desplomaron. Es un paso necesario para reclamar a los titulares la retirada de los escombros y el derribo de los elementos constructivos que siguen en pie. De momento, la calle está cortada arriba y abajo del lugar en el que se acumulan los cascotes.

Sin presión de agua junto a los depósitos, paradojas de la zona monumental

El desplome de las viviendas de la calle Falagueira parece haber colmado la paciencia de los vecinos, que reclaman desde hace tiempo una mayor atención de las administraciones al conjunto monumental. Las críticas se dirigen a Patrimonio, por lo arbitrario de las exigencias en materia de rehabilitación. Pero también apuntan al Ayuntamiento, por no instar el derribo de las edificaciones ruinosas. «Con la casa que está sobre la muralla en la cuesta de Santo Domingo cualquier día va a pasar una desgracia», se queja una residente.

La Falagueira es una calle de marcados contrastes. Junto a construcciones ruinosas hay rehabilitaciones modélicas de antiguas edificaciones que llaman la atención de los visitantes. Los propietarios de las casas restauradas, pese a ello, se sienten vecinos de segunda. «Seguimos sin una iluminación decente de zona urbana que somos, sin contenedores de reciclaje a una distancia razonable y sin presión de agua», explica un vecino.

No entra en el plan

Esta última circunstancia condiciona la eficacia de las dos bocas de riego instaladas en los extremos de la calle para hacer frente a posibles incendios en una zona en la que es completamente inviable el paso de vehículos de emergencias. Esta situación se produce, paradójicamente, en el lugar en el que se ubican los depósitos de distribución de agua al casco urbano. Los vecinos abordaron estos problemas en una alegación al plan especial. Por parte del equipo redactor, se les dijo que ese tipo de cuestiones no entraban en el plan.