Trece años de anuncios fallidos para tres kilómetros de carretera

Luis Díaz
luis díaz MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNANDEZ

Todavía quedan pendientes 850 metros del enlace entre el puerto seco y la N-120

08 nov 2019 . Actualizado a las 07:58 h.

Hace ahora trece años se daban los primeros pasos para dotar al puerto seco de un acceso con la N-120. El PSOE presidía entonces la Xunta con el apoyo del BNG. Al frente del Ayuntamiento también había un bipartito, pero con los papeles invertidos. El socialista José Tomé, actual regidor, era el primer teniente de alcalde de un gobierno del que estaba al frente el nacionalista Severino Rodríguez. Tomé llevaba las riendas de las negociaciones con la Consellería de Política Territorial y en octubre del 2006 anunciaba la inminente licitación de la redacción del proyecto para conectar la plataforma logística -todavía sin urbanizar- con la carretera de titularidad estatal.

Los presupuestos autonómicos de ese año contemplaban una partida de 50.000 euros para estudios relacionados con la redacción del proyecto. En noviembre, se licitó la correspondiente asistencia técnica, por 132.000 euros y con un plazo de ejecución de dieciocho meses. Coincidiendo con la contratación, Tomé daba a conocer una carta del presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, que garantizaba una inversión de diez millones de euros en las obras. Iban a comenzar en el 2008, en vísperas de un año en el que estaban previstas elecciones autonómicas.

En julio del 2008, el proyecto todavía estaba en fase de presentación de alegaciones y el Ayuntamiento reclamaba a la consellería una mayor permeabilidad entre el futuro acceso y las fincas colindantes. Mientras se resolvían esas diferencias, trascendieron nuevas previsiones sobre la inversión necesaria. Las obras costarían 13, 7 millones de euros, de los que 3,2 se presupuestaban para hacer frente a las expropiaciones de terrenos en los cerca de tres kilómetros que separan el puerto seco de la N-120.

Ya con el PP al frente de la Xunta, en abril del 2011 el conselleiro Agustín Hernández se marcaba un nuevo plazo. «Nos primeiros meses do 2011» la conexión estaría en marcha en ese primer tramo. A comienzos del 2011 se licitó la urbanización de la plataforma logística, cuyo proyecto había presentado Aznar en la pinacoteca del Colegio del Cardenal en julio del 2001. En el verano del 2013, sin embargo, los accesos al puerto seco seguían sin dar señales de vida.

Paréntesis de ocho meses

Fue en octubre de ese último año cuando la Consellería de Política Territorial contrató la primera fase del enlace, por un presupuesto de 5,3 millones de euros. Corresponde al tramo de 2,1 kilómetros que ahora está operativo, entre el puerto seco y la rotonda de la carretera entre Monforte y A Pobra do Brollón. La adjudicación de las obras no se tradujo en su comienzo inmediato. Todavía hubo que esperar ocho meses después del anuncio oficial para ver cómo se iniciaban los primeros desmontes en la zona.

La previsión era que el tramo más próximo al puerto seco estuviese abierto al tráfico a finales del 2015, pero a esas alturas los trabajos aún seguían en marcha. Ese año se despidió con otra mala noticia para la plataforma logística: la Xunta daba a conocer los presupuestos del 2016 y no había fondos para completar la conexión con la N-120.

Problemas por el proyecto de la A-76 y el paso a nivel de una pista del canal de regadío

Los accesos al puerto seco contemplaban inicialmente conexiones con la carretera de Lugo y la N-120. De la primera de ellas solo se licitó el estudio informativo y de impacto ambiental, que salió a concurso en abril del 2010 por 192.193 euros. La Xunta incluía los dos enlaces en el Plan de Mobilidade e Ordenación Viaria Estratéxica que debería estar concluido en el 2015. Cuatro años después, nada se sabe de la conexión con el corredor de Lugo y la que comunica la plataforma logística con la N-120 tiene aún 850 metros pendientes de un trazado de 2,9 kilómetros.

El enlace con la carretera de Lugo se postergó en un primer momento a la espera de que se definiesen los planes de modernización en los que trabajaba la Xunta. También la conexión con la N-120 podía verse afectada en un futuro por la A-76, pero en este caso el horizonte parecía bastante más lejano. Sin embargo, el trazado de la futura autovía acabó por condicionar la comunicación con el puerto seco.

Los 850 metros pendientes desembocan en un tramo de la carretera estatal por el que en principio discurrirá la autovía. Esta circunstancia obligó a la Xunta a adaptar el enlace del puerto seco a las exigencias de Fomento. El proceso de revisión del proyecto se inició a finales del 2015 y hasta el 2018 no se presupuestaron fondos para la ejecución de las obras. La Xunta reserva desde entonces 750.000 euros para la última fase de la conexión con la N-120, que a estas alturas no tiene autorización. ADIF la supedita ahora a que la Xunta costee la supresión de un paso a nivel de una pista del regadío.