El avispón asiático en la Ribeira Sacra: «La velutina se va a quedar para siempre»

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Un bombero se prepara para retirar un nido de velutina en la iglesia de San Salvador de Asma, en Chantada
Un bombero se prepara para retirar un nido de velutina en la iglesia de San Salvador de Asma, en Chantada ROI FERNÁNDEZ

Pero probablemente no será un problema tan grave como en otras zonas

29 mar 2023 . Actualizado a las 19:07 h.

El avispón asiático lleva cinco años presente en la Ribeira Sacra, tiempo suficiente para saber si ha conseguido adaptarse a este terreno, a priori poco propicio para una especie que prefiere los climas suaves y húmedos. La evolución del número de nidos detectados desde el 2016 hasta ahora indica que sí y la experiencia de los apicultores también. Lo confirma tajante el veterinario y apicultor Gonzalo Calvo: «La velutina se va a quedar aquí para siempre». Pero no todo son malas noticias, porque tampoco parece que esté proliferando tanto como para convertirse en la seria amenaza que supone para los colmenares en otras áreas de Galicia.

En primer lugar, hay que aceptar que la Vespa velutina parece haber superado el problema que le suponen los inviernos muy fríos y los veranos muy secos habituales en la Ribeira Sacra. Un indicador que lo confirma es el número de nidos localizados. En el 2016, año de los primeros avistamientos, la cantidad de colmenas detectadas fue marginal. El 2017 y el 2018 fueron los años de la expansión. Y en el 2019 alcanzó el que hasta ahora parece pico.

La parte buena es que la población de velutinas en esta zona no parece estar yendo a más. Entre el año pasado y este, los partes de capturas que difunde la Xunta, muestran que ninguno de los municipios de esta zona está ya libre de esta especie. Este año ya ha aparecido algún nido en todos. Ahora bien, en los municipios que el año pasado estaban más infestados no parece haber un incremento. A salvo de lo que suceda en otoño, con las cifras actuales lo más probable es que el balance final de este año incluya una cantidad de nidos similar a la del 2019, o quizá más reducida.

Los bomberos de Monforte sí han exterminado entre agosto y septiembre más colmenas de velutina que en el mismo período del año anterior. Pero quizá esto se explique porque este año estén apareciendo más nidos en viviendas, que son los que obligan a intervenir a los bomberos.

El veterinario Gonzalo Calvo, que trabaja en diferentes puntos de la Ribeira Sacra y tiene colmenas de abejas en el municipio de O Saviñao, confirma que el avispón asiático se ha asentado a este clima y ya no cabe esperar que se marche. Pero también añade que hay razones para el optimismo. «En general -explica-, en esta parte del interior de Galicia, la presencia de la velutina no es tan agresiva como lo es en la costa». Gonzalo Calvo precisa que sí hay apicultores que han sufrido bajas significativas por culpa de este insecto foráneo, pero son los menos: «Hay apiarios situados generalmente en zonas más protegidas en las que los inviernos son menos duros que sí han sufrido ataques fuertes y para sus propietarios, sí suponen un problema serio, pero no es lo habitual».

Mantis y tejones

Este veterinario sostiene que el freno para la expansión de la velutina en la Ribeira Sacra no lo pone solo el clima. «Aquí se está encontrando con más competidores y depredadores naturales que en otras zonas de Galicia». Contrincantes de la velutina como el avispón europeo (Vespa crabro), de aspecto muy similar a la velutina, otros insectos como las mantis religiosas, las aves insectívoras o mamíferos como el tejón, que atacan los nidos construidos en la tierra, son más frecuentes en esta parte del interior que en las zonas costeras, en la que abundan más los monocultivos vegetales de eucalipto, poco propicios para la biodiversidad.

En cualquier caso, Gonzalo Calvo anima a los apicultores a no bajar la guardia. «Hay que acostumbrarse a convivir con la velutina y a ponerle las cosas difíciles», apunta. Por ejemplo, con la colocación de trampas en marzo, la época en la que las reinas salen del letargo invernal en busca de las primeras flores.