Edgar Cloos: «As actuacións de balde nas festas foron o triunfo dunha revolución xuvenil»

LEMOS

El pregonero fio el pistoletazo de salida de las patronales de Monforte con un discurso inspirado en su juventud
12 ago 2023 . Actualizado a las 16:35 h.«Sen trompetilla e sen que as miñas palabras comecen co: ‘de orde do señor alcalde faise saber». Con estas palabras saludó a los asistentes el pregonero de las fiestas patronales de Monforte el exmagistrado y hasta su reciente jubilación presidente de la Audiencia Provincial de Lugo Edgar Amando Cloos Fernández. «Son fillo, esposo, pai, irmán e tío de monfortinos. A miña vida estivo e está enraizada profundamente en Monforte, a onde non deixei de vir con moita periodicidade estivera traballando en Cataluña, nas Rías Baixas ou en Lugo», dijo Cloos.
«O meu máximo orgullo —prosiguió en su discurso— , imposible de escindir pola procedencia, é a miña familia, que tamén é a de Mariel, a miña muller, e todos estamos impregnados dese monfortinismo do que falo. O único membro da miña familia que non era monfortina era a miña nai, que era alemá de orixe, pero que exercía de monfortina ata as entrañas».
Los padres de Edgar Cloos eran Guillermo Fernández Otero, alcalde de Monforte entre 1958 y 1970, y Ana Cloos, hija del ingeniero alemán Friedrich Wilhelm Cloos, vicecónsul alemán en esta localidad en la etapa en la que estuvo al frente de la explotación minera del lugar de Freixo. Edgar Cloos rememoró alguna «liorta familiar» protagonizada por su madre cuando a su padre le ofrecían algún destino fuera de Monforte: «Ela dicía que onde ían estar mellor que en Monforte». El inicio del pregón que dio este viernes en Monforte, por otro lado, fue un guiño al del discurso que ofreció con ese mismo motivo Guillermo Fernández Otero en agosto de 1963.
Mejor después de la jubilación
Edgar Cloos había recibido en los últimos años varias invitaciones para pregonar las fiestas de Monforte. A las primeras, por parte del exalcalde Severino Rodríguez y de su concejala María Xosé Vega, se sumaron luego otras del actual regidor, José Tomé. Hasta su reciente jubilación, Cloos prefirió declinarlas por entender que como juez era su obligación pasar lo más desapercibido posible. «Quizais tivera unha visión decimonónica desa profesión, pero en todo caso era a miña», aclaró ante el público reunido frente a la casa consistorial. En su discurso repasó recuerdos de la niñez y de su juventud en Monforte. Las tertulias en el taller de calzado de Manolo Chotán, o con Berto Cachaldora, en la ferretería que aún existe en la calle Doctor Casares.
Añoranzas de un Monforte cuya vida veraniega giraba en torno al río y en compañía de amigos «dos de sempre» que en algunos casos ya no están, como «os meus moi queridos Paco Pacón e Pedrito Luaces». Edgar Cloos repasó las primeras y casi siempre temerarias clases de natación en el Cabe, las empanadillas de carne del Espía que en realidad eran de cebolla, los vinos en la Rosa de la Estación o los primeros escarceos amorosos en la desaparecida discoteca Sésamo, de la que lamentó la triste desaparición del mural de Xabier Pousa que decoraba la pared de la barra.
El pregonero tuvo palabras de recuerdo para personajes entrañables de aquellos tiempos, con una mención especial al malogrado Arsenio, «que era capaz e cantar unha ranchera ao mesmo tempo que dirixía o tráfico nun cruce». Eran tiempos elitistas en la enseñanza que se impartía en el Colegio de los Escolapios y también en la programación de las fiestas patronales, con actuaciones de pago en la pista del jardín y gratuitas en el «polvorín» de la plaza de la Compañía. Aquellas diferencias, señaló el pregonero, terminaron «polo triunfo dunha revolución xuvenil».
Hoy todos los conciertos son de entrada libre y las fiestas de Monforte constituyen «un referente non só na provincia de Lugo, senón en moitos lugares de Galicia», dijo el alcalde, José Tomé tras agradecer a Cloos que aceptase la invitación municipal para ejercer de pregonero.