Una canaria viaja 1.750 kilómetros para ver a las Tanxugueiras en Monforte

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Gabriela Caballero quedó con dos amigas de Madrid y A Estrada y se vino a las fiestas. El martes esperó horas en la Compañía para coger un buen sitio

17 ago 2023 . Actualizado a las 10:53 h.

Gabriela no había estado nunca antes en Monforte. Pero eso no es lo raro, porque vive en Tenerife y esa ciudad canaria y la capital de la Ribeira Sacra están separadas por 1.750 kilómetros de tierra y océano. Los mismos 1.750 kilómetros que esta mujer se metió esta semana entre pecho y espalda con el único objetivo de ver el concierto que las Tanxugueiras dieron en las fiestas de Monforte. No es imposible, pero sí parece difícil, que alguna de las otras miles de personas que presenciaron el espectáculo hayan hecho un esfuerzo semejante.

Gabriela Caballero es una de las muchas seguidoras que tiene fuera de Galicia el trío que está revolucionando la música tradicional gallega. Y lo suyo no viene del bum de Terra en el Benidorm Fest, sino que es previo. «No había pasado todavía lo del Benidorm Fest -explica Gabriela- cuando vi de casualidad en YouTube una canción suya, creo que del disco Diluvio». Ese disco es de finales del 2019 y en él el trío formado por Aida Tarrío y las hermanas Olaia y Sabela Maneiro anticipaban un poco de la fusión de lo tradicional con la electrónica que acabaría explotando en el 2020 con las canciones Midas, Coda y Figa.

Gabriela viajo sola esta semana desde Tenerife a Monforte, pero había quedado con la madrileña Sandra Carrera y la gallega de A Estrada Guillermina Pose, a las que conoció a través de internet y con las que comparte gustos musicales.

Las tres se plantaron este miércoles a las ocho de la tarde en la explanada de la Compañía de Monforte, donde se celebran los principales conciertos de las fiestas de agosto de esta localidad. Les quedaban más de cuatro horas de espera por delante, porque el concierto no empezó hasta las doce y media de la noche, pero no parecía importarles. Quería sitio en la primera fila y allí se hicieron notar entre los más entusiastas, ellas con una bandera arco iris, otra canaria y una más de la Comunidad de Madrid.

No estaba acostumbrada

A Gabriela aquella primera canción que oyó hace cuatro años le sonó exótica. No estaba acostumbrada a esas sonoridades. «Pero fueron llegándome —explica— y al final me enamoré de las Tanxugueiras y de su música».

Tampoco estaba acostumbrada al idioma, pero lógicamente eso fue lo de menos. Ahora ya tiene el oído acostumbrado y bromea con atreverse a hablarlo: «Todavía no puedo, pero casi».

Y que nadie piense que si viajó de Tenerife a Monforte fue porque no conseguía otro momento y otro lugar más cómodo para un concierto de las Tanxugueiras. El de esta semana fue el cuarto, el segundo en Galicia. Ya las vio el año pasado en Portomarín y esta primavera en Madrid y Tenerife.