De 2.300 a 21.400 euros, el coste por concello de las ayudas vitícolas

Luis Díaz
luis díaz MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Viñas en bancales junto a zonas a monte en Os Lagares, Vilachá de Salvadur
Viñas en bancales junto a zonas a monte en Os Lagares, Vilachá de Salvadur CARLOS RUEDA

En Sober supondrían un 1% del presupuesto y beneficiaría a casi el 25% del censo

10 abr 2024 . Actualizado a las 10:39 h.

El valor del viñedo en bancales va mucho más allá en Ribeira Sacra del negocio que genera la uva. La singularidad de su viticultura dio identidad a un territorio que, en buena medida gracias a esta actividad, vive un momento dulce como destino turístico. Desde esa perspectiva, el vaso puede verse medio lleno. Pero también hay argumentos para pensar que, más pronto que tarde, puede quedar vacío si no se incentiva un cultivo en desventaja por su dureza y elevados cotes. Sober está dispuesto a contribuir a la causa con ayudas municipales de 100 euros anuales por hectárea para las viñas más inclinadas. Un gesto con el que se busca que cunda el ejemplo entre administraciones con mayor capacidad presupuestaria. También podría servir de estímulo para que tomen nota otros concellos de la zona que también están en deuda con la viticultura heroica.

El municipio de Sober, con 2.178 habitantes y un presupuesto local que alcanza este año 3.344.414 euros, tiene censadas en el consejo regulador de Ribeira Sacra 214,46 hectáreas de viñedo. Del total, 183,92 hectáreas están repartidas por las parroquias pertenecientes a la subzona de Amandi, donde se dan las mayores pendientes de toda la denominación de origen en viñedos en bancales. Las 30,54 hectáreas restantes se sitúan en el cañón del Cabe, acogido a la subzona de Ribeiras do Miño, con porcentajes de inclinación sensiblemente más suaves.

Amandi y la ribera del Cabe

Conceder la ayuda de 100 euros a los titulares de todas esas viñas supondría un importe anual de 21.446 euros, menos del 0,9% del presupuesto local. La inversión parece más que justificada si se tiene en cuenta que los viticultores de Sober inscritos en la denominación de origen suman 409 entre Amandi y la zona del Cabe, lo que equivale a cerca del 25% del padrón de habitantes. El alcalde, Luis Fernández Guitián, es consciente de la importancia del viñedo para el paisaje y estaría dispuesto a hacer extensivas las ayudas a las parcelas en producción destinadas a autoconsumo que no estén inscritas en el consejo regulador de Ribeira Sacra. Con una inversión de alrededor de 30.000 euros el cupo quedaría cubierto.

Quiroga es, con 294,84 hectáreas, el municipio de Ribeira Sacra con mayor superficie de viñedo registrada en la denominación de origen. Pero este es un dato engañoso a efectos de posibles ayudas de carácter paisajístico porque solo una de sus quince parroquias vitícolas, Santiago de Augasmestas, forma parte del área delimitada por la Xunta de Galicia con la categoría de BIC. En Sober, por el contrario, entran en la declaración de paisaje cultural por la singularidad de sus viñedos las riberas de las parroquia de Amandi, Anllo, Barantes, Bolmente, Doade, Lobios, Pinol, Rosende, San Martiño de Anllo y Santiorxo.

Pantón, con riberas a los ríos Miño, Sil y Cabe, suma 185,07 hectáreas de viñedo, mientras que O Saviñao tiene 136,95 y Chantada 119,38. Son los otros tres municipios más importantes de la denominación de origen en cuanto a superficie vitícola. Y tienen en común que la inmensa mayoría forma parte del mapa del paisaje cultural delimitado por la Xunta con vistas a la candidatura a patrimonio de la humanidad. Sobre la base del importe del que se habla en Sober, las ayudas para las viñas acogidas a la denominación no superarían en ninguno de estos casos los 19.000 euros.

La única parroquia vitícola de A Pobra do Brollón, Vilachá de Salvadur, tiene 23,84 hectáreas de viñedo en denominación integradas en su totalidad en el paisaje cultural. Las subvenciones sumarían en este caso 2.384 euros, sobre un presupuesto de en torno a dos millones. Ribas de Sil tiene más superficie vitícola, concretamente 43,90 hectáreas, aunque solo la parroquia de Torbeo forma parte del área BIC.

Viñedos o tojos

El factor económico no parece ser el problema para la posible concesión de ayudas municipales para el sostenimiento del viñedo en bancales en la Ribeira Sacra. Las dudas de los alcaldes consultados apuntan al encaje de este tipo de incentivos en las ordenanzas locales. «A filosofía do que se fala en Sober compartoa e ademais ao cen por cen, pero antes de nada hai que ver como se pode encaixar nunhas bases reguladoras», dice el regidor de O Saviñao, Juan Carlos Armesto. Desde su punto de vista, el mantenimiento del paisaje vitícola constituye una prioridad. «Non é o mesmo —apunta— ver Belesar ou Doade cheo de viñas que con toxos e xestas».

Otro condicionante para la concesión de este tipo de incentivos sería la diversidad de la titularidad del viñedo, en manos e bodegas, viticultores profesionales y, mayoritariamente, particulares que los cultivan a tiempo parcial y para autoconsumo. En todo caso, los excedentes que acumulan muchas de las bodegas pueden suponer a corto plazo una prueba de fuego para la continuidad de muchas viñas en bancales. Si no hay salida para el vino acumulado, todo indica que habrá una caída en la demanda de uva.