«Lo de las banderolas me parece hasta ofensivo, prefiero hablar con la gente»

Luis Díaz
luis díaz MONFORTE / LA VOZ

MONFORTE DE LEMOS

Katy Varela, con la Casitas de la Compañía al fondo, donde ubicaría la oficina de turismo
Katy Varela, con la Casitas de la Compañía al fondo, donde ubicaría la oficina de turismo CARLOS CORTÉS

Katy Varela busca captar el voto del PP que va a Tomé en las municipales

25 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Los relevos al frente de los partidos no suelen ser un camino de rosas. Tampoco lo fue el proceso que llevó a Katy Varela, en marzo del 2020, a la presidencia del PP de Monforte. Nueve meses antes había sido la solución de emergencia en las elecciones locales. Por el camino, la dimisión de Julia Rodríguez, el desmarque de Roberto Eireos y la espantada del que por fin parecía que iba a encabezar la lista, Miguel González Lemos. En su segunda cita con las urnas, la candidata popular juega con más experiencia y con el equipo que quiso alinear. Confía en el voto fiel y busca convencer a los indecisos para cambiar la política local. «Tomé tiene once concejales y no se nota en la calle», dice.

—Celestino Torres, José Castiñeira, Nazario Pin, Severino Rodríguez, José Tomé... ¿Va siendo hora de una alcaldesa?

—Todavía cuesta que la mujer se incorpore a puestos de responsabilidad política. No es porque lo impida la sociedad en la que vivimos hoy. Mi percepción es que las mujeres siguen llevando la mayor parte de la carga familiar. Eso no les deja, en muchos casos, tiempo para presidir un partido o ser candidatas a una alcaldía. Por suerte cada vez hay más mujeres con protagonismo en el mundo de la política. Aquí tuvimos a Raquel [Arias] de alcaldesa en Sober, y ahora está Lola [Castro] en O Courel. Yo también espero ser la alcaldesa que aún no tuvo Monforte.

—En ocasiones le han colgado el sambenito de la juventud, de la falta de experiencia.

—No soy tan joven ya. Tengo 41 años, digamos que soy de mediana edad. Es cierto que percibí prejuicios por mi juventud, entre comillas. Incluso dentro de los votantes de mi partido. Soy soltera, no tengo hijos y me gusta vestir y peinarme con aire moderno, pero también tengo el bagaje vital y la trayectoria profesional que se precisa para llegar a un puesto de responsabilidad en la gestión de una administración. Lo preocupante de todo esto es que a alguien de 41 años en Monforte se le considere joven.

—¿Hay mucho postureo en la política?, ¿da más credibilidad el traje y la corbata?

—Sé que hay un votante del PP que posiblemente por esa imagen vota al alcalde. Tomé y yo tenemos perfiles políticos completamente distintos. Pertenecemos a partidos distintos, pero no es solo una cuestión de ideología. En la política municipal eso se percibe menos. Me refiero a la forma de gestionar un ayuntamiento, a las prioridades de cada uno. Mi reto es recuperar esa fuga de votos sobre la base de aquello que consideramos prioritario.

—¿Por ejemplo?

— Para empezar, el río tiene que estar saneado. No podemos prometer una playa fluvial sin conseguir antes ese objetivo. Y después, por otro lado, llevamos como uno de nuestros pilares los servicios sociales. No solo la gestión de los recursos de atención a los mayores, sino todo lo que necesita la gente joven para poder vivir aquí,para emprender y tener familia. Por eso llevamos en el programa un plan de conciliación familiar con más plazas de guardería. Al alcalde le preocupa más —lo estamos viendo— asfaltar, abrir calles y hacer parques. A mí el de la zona C me parece feo, debería estar más en consonancia con el medio ambiente, no talar árboles como se talaron. En ese sentido, también somos perfiles diferentes.

—Su titular de la entrevista previa a las votaciones del 2019 apuntaba a que había que ir a por la mayoría absoluta. ¿Mantiene ese mismo listón?

—Cuando empiezas una campaña y te rodea gente que confía en tu proyecto tienes que salir a por todas. Tenemos una base electoral que, con los datos en la mano, nos puede dar seis concejales. Si le sumamos el porcentaje de votos que puede fluctuar, no es descabellado pensar en una mayoría absoluta. Sabemos que el reto es complicado porque tenemos al presidente de la Diputación enfrente, que ya ves la campaña de márketing que ha hecho. Nosotros tenemos que salir con expectativas altas. Somos la alternativa política, eso también tiene que influir.

—Cuando dice campaña de márketing, ¿se refiere a la profusión de banderolas en las calles con la imagen de Tomé?

—No le di importancia en su momento. Cuando hablé con el partido de eso les dije que lo fundamental para mí era hacer una campaña de tú a tú. Cuando vi ese despliegue del alcalde y la gente me lo comentaba, pensé que igual debería haberlas puesto. A mí me parece algo anticuado, excesivo en los tiempos que corren, cuando hay autónomos y emprendedores que pasan dificultades. Me parece incluso ofensivo. Preferimos hacer una campaña más sencilla, estar más en la calle, ir casa por casa. Creo que es bueno que la gente me conozca en persona. Al alcalde ya lo conocen de sobra porque lleva veinte años en política.

«Cuando algo no depende solo de la Xunta, todo se vuelve más complicado»

Katy Varela tiene palabras de reconocimiento para dos concejales que la acompañaron en la anterior corporación y que no estarán en la que salga del 28M, Roberto Eireos y Manuel Rodríguez. «Han sido cuatro años duros porque enfrente estaba un alcalde con once concejales que preside además la Diputación. Entiendo que haya compañeros que se desmotivasen por el camino», señala la candidata del PP.

—No queda un miembro del gobierno gallego que no haya venido a respaldarla.

—Estoy encantada y agradecida porque han venido y tomaron nota de las necesidades de Monforte. Todo lo que depende de ellos lo han ejecutado. Educación hizo inversiones tremendas en los centros. Sanidade sacó todas las plazas que hay vacantes en Monforte con incentivos para que se cubran. Cuando hay alguna cosa que no depende solo de ellos, sino de otras administraciones, todo se vuelve más complicado.

—¿A dónde trasladaría la oficina de turismo?

—La gestión del turismo no puede estar externalizada. Nos cuesta 200.000 euros al año y con ese dinero se puede emplear a personas cualificadas. Si los autobuses están aparcando en el Parque dos Condes, la oficina tiene que funcionar en las Casitas.

—¿Y el centro de día?

—Tenemos claro que hay que sacarlo de la plaza de abastos. Hablamos con el personal y les encantaría la zona del Malecón. El centro de salud podría llevarse a la zona en la que está el hospital, implicando a la consellería. Así liberaríamos el Malecón de tráfico y nos quedaría un edificio para el centro de día al que se podrían llevar también actividades del centro cívico.

—¿Liberar de tráfico el Malecón implica el rechazo al puente que proyecta Tomé?

—El problema del tráfico en Monforte no está en el Malecón, está en la entrada por la calle Chantada, la avenida de Galicia y el Cardenal hacia la Compañía. Ese es el tapón. Para nosotros lo prioritario es acabar la ronda urbana entre la calle Ourense y la N-120.

—¿Peatonalizaría el puente viejo?

—Hay que proteger ese monumento, pero entiendo también que haya comerciantes a los que les asuste privar de tráfico a la zona. Sería una cuestión de reorganizarlo, cambiar de sentido Santa Clara y que los conductores se acostumbren a dar la vuelta por la ronda María Emilia Casas. No veo necesario construir un puente en el Malecón.

Concejales con competencias reales

De entrada, el PP no descarta ningún pacto poselectoral. «En la política municipal todos los partidos compartimos cosas. Si nadie consigue la mayoría absoluta, tenemos que estar abiertos a hablar y llegar a puntos de encuentro para gobernar. Eso es la democracia», apunta Katy Varela.

—Se subió al barco de la política en plena tormenta, imagino que ahora agradece la calma.

—En aquel momento no tenía tiempo ni de pensarlo, había que tirar por el partido. Ya estuve en política cuando estudiaba en A Coruña. Aunque luego me centré en mi profesión, ese interés siempre estuvo ahí. Después de cuatro años, tengo a mi altrededor un buen equipo.

—¿Mejor que el anterior?

—No se trata de que un equipo sea mejor o peor, no me gusta emplear esa palabra. En el 2015 empecé a configurar la candidatura con un mes de antelación. Muchas personas que se adhirieron a ese proyecto lo hicieron por compromiso con el partido y debemos estarles agradecidos. Ahora hay un equipo con el que llevo más tiempo trabajando, hay una compatibilidad. Si realmente quieres hacer las cosas bien, no puedes ser tú solo. De gobernar, todos mis concejales van a tener competencias reales y todos van a estar a pie de calle.