Un viaje por los viñedos de toda la Ribera Sacra sin salir de las orillas del Cabe

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

MONFORTE DE LEMOS

Imagen del taller enólogos por un día, en el que el público elaboró sus propios vinos
Imagen del taller enólogos por un día, en el que el público elaboró sus propios vinos CARLOS RUEDA

El Festival do Viño de Monforte se afianza como la gran cita de la denominación de origen

08 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

De mañana, al poco de abrir los puestos, el ambiente es más tranquilo en el Festival do Viño da Ribeira Sacra. Aún tardarán algo en llegar los «profesionales» que aprovechan esas horas relajadas para catar a sus anchas y hablar de los vinos con sus elaboradores. La caseta de la bodega Abadía da Cova está pegada a la de Adega Guímaro. Celsa Moure y Pedro Rodríguez las atienden en ese momento de relax. Hablan del éxito de los Gin Toni´s, del mérito de reunir tanto público un concierto tras otro con el mismo repertorio. Y sale a relucir un restaurante de A Coruña que ambos conocen y que solo despacha desde su apertura raxo y tortilla. Nunca cambió la carta y aun hoy hay que hacer cola para comer. Una metáfora aplicable al despunte del festival que se celebra a orillas del Cabe, en el paseo del Malecón.

El acierto en la elección del emplazamiento y la calidad del montaje han contribuido al afianzamiento del festival clausurado ayer en Monforte, que este año llegó a su sexta edición. «Ten unha imaxe que non hai nas outras feiras. Hai un investimento importante detrás e iso nótase moito», comenta César Enríquez, tercera generación de Adega Cachín. El festival reflota la idea que surgió a comienzos de la pasada década de los 90 de impulsar una muestra conjunta de la denominación de origen que cubriese el hueco que dejaban las ferias de las diferentes subzonas. Pero los continuos cambios de enfoque y de ubicación acabaron por frustrar la iniciativa del consejo regulador, que cobra nueva vida ahora bajo la batuta municipal. «Esta mostra conxunta da Ribeira Sacra reforza a imaxe do sector vitícola e dun destino turístico que está de moda e que xira, entre outras cousas, entorno á cultura do viño», apunta el alcalde, José Tomé.

Los bodegueros también ponen mucho de su parte. El catálogo que ofrecen en la actualidad es más sugerente del que ofrecían hace treinta años, cuando la totalidad de la producción se centraba en tintos jóvenes de mencía. Aunque siguen siendo mayoría en los puestos del festival, y se mantienen como vinos de referencia de la denominación de origen, la diversidad se abre paso en los puestos del Festival do Viño. Hay blancos con y sin madera, godellos y blancos plurivarietales, tintos de merenzao, rosados de caíño... Vinos diferentes que tienen su público.

«Este godello está elaborado en depósitos de granito, tiene más salinidad, más frescura», explica Jorge Feijoo, de la bodega de Teixeira Adega Vella, a un grupo de visitantes que recalan en su puesto. A base de olfatear y probar el vino, acaban por encontrar esa mineralidad que les trata de transmitir su autor. Feijoo tiene en su puesto un expositor con los 17 tipos diferentes de vino que elabora, y no escatima explicaciones sobre cada uno de ellos. Sabe que la promoción es venta a la larga, la otra clave del festival de Monforte.