El alcalde anima a las bodegas a cosechar más éxitos «co mellor tinto do mundo»
21 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Veintitrés bombas de palenque, una por cada cosechero participante, saludaron ayer el día grande de la Feira do Viño de Amandi. No es para menos. El vino explica que un pueblo de algo más de trescientos vecinos viva una vez al año el caos circulatorio de las grandes urbes. Gente de toda Galicia acude a Sober cada Domingo de Ramos para poner su nota particular a la cosecha. También el jurado de la cata lo hizo. Y los mejores fueron Estrela, Val da Lenda y Viña Peón.
En los últimos años no hay oro, plata y bronce. Se dan tres primeros premios y todos contentos. Más bien casi todos, porque premios y colores son cuestión de gustos. No es el único cambio que impusieron los tiempos. El cliente de la feria también modificó sus hábitos. Pocos vienen a Sober a llevarse cajas de vino. Prueban, pagan y toman nota para cuando toque elegir marca en el restaurante o la vinoteca.
A los parroquianos les toca hacer patria en la feria. «Os viños mellores son os de Amande», insisten a todo aquel dispuesto a escucharles. Entre los vecinos del municipio de Sober entrados en años, se dice Amande. Amandi es cosa de generaciones posteriores. Entre ellas la quinta del alcalde, Luis Fernández Guitián, que animó a los bodegueros a seguir cosechando éxitos «co mellor viño do mundo».
Fue telonero de la presentadora Silvia Jato, que ahondó en su discurso en la leyenda romana del vino de Sober. Acabado el pregón el público desfilaba camino de las casetas, casi convencido de que a Rómulo y Remo también les iba el mencía.