El mensaje del retiro de Sober: Rueda exhibe estabilidad y un Gobierno cohesionado frente a la incertidumbre estatal

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

SOBER

Alfonso Rueda, charlando con parte de sus conselleiros en el pazo de Sober
Alfonso Rueda, charlando con parte de sus conselleiros en el pazo de Sober DAVID CABEZÓN

Tras el encierro de fin de semana con sus conselleiros, da prioridad a la aprobación de los Presupuestos para sustanciar las prioridades estratégicas de la Xunta

30 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Un retiro de trabajo y de puesta en común para mostrar la cohesión de la Xunta de cara a los desafíos interiores y exteriores que se avecinan en una legislatura sin convocatorias electorales a corto plazo. Esta es quizás la idea fuerza que el presidente de la Xunta quiso transmitir en su comparecencia de este domingo, tras la finalización del encierro que mantuvo este fin de semana con sus doce conselleiros en el pazo de Sober (Lugo), una reedición de aquellos encuentros monacales de Manuel Fraga, pero con el precedente más cercano del retiro del Gobierno de Pedro Sánchez en Toledo, que coincidió con el de la dirección del PP nacional en esa misma provincia el pasado mes de enero.

 Tras la reunión de fin de semana fuera del ruido cotidiano, destinada a marcar nuevos objetivos ante un curso político ya iniciado, Rueda desgranó las líneas estratégicas del consello informal arropado por todo su Ejecutivo, una imagen simbólica que contrasta con sus apariciones en solitario tras el Consello de la Xunta, en las que como mucho aparece escoltado por un miembro de su Ejecutivo para explicar algunos de los asuntos más relevantes de la agenda.

Su primera valoración en su declaración institucional sin preguntas fue precisamente para destacar esa cohesión: «Somos un Goberno unido, un Goberno que traballa de xeito transversal e por iso creo que é moi importante que esteamos xuntos, como estivemos esta fin de semana aquí expoñendo as liñas estratéxicas de cada consellería, que ao final, sumadas, son as liñas estratéxicas do Goberno». Se trata de un trabajo coral en el que «cada conselleiro e conselleira pode axudar aos compañeiros a cumprir os obxectivos», pues recordó que hay muchas medidas que implican a más de un departamento, de ahí la importancia de la transversalidad. «Somos un equipo cohesionado, que pon sempre, por enriba de todo, os intereses de Galicia e dos galegos. Aquí non haberá nin cotas nin intereses persoais», añadió, en referencia a un Ejecutivo que ya se puede decir que es de su entera confianza y que contrasta con las diferencias internas en la coalición que forma el Gobierno central.

El presidente gallego destacó el cumplimiento de las medidas que marcaron sus primeros cien días de gobierno, como la matrícula gratuita para los estudiantes universitarios, las mil nuevas plazas públicas en las residencias públicas «ou catrocentas novas vivendas das moitas que virán nesta lexislatura».

Una vez en marcha esas ideas de los cien días, toca marcar una nueva hoja de ruta, que estará caracterizada por la estabilidad política gallega —un caso único en el escenario español— frente a la incertidumbre estatal y la debilidad del Gobierno central, sumido en los vaivenes de la inestabilidad parlamentaria de la mayoría con la que se consiguió la investidura. «Non podemos parar o ritmo», aseguró Rueda, que da importancia también a los objetivos a largo plazo para tener una brújula política en tiempos de crispación y polarización. En este contexto se sitúa la aspiración de la Xunta de liderar la transición verde en España, así como el objetivo de garantizar que la gestión de la riqueza de los recursos naturales de Galicia se traduzca en «riqueza social» y «oportunidades» para los gallegos, apostando por proyectos como el de Altri si cumplen la normativa pese a la oposición frontal desde la izquierda. Y terminando, también, con «a parálise eólica». «Outros aproveitarían estas oportunidades», dijo.

El reglamento del Parlamento especifica que los años en los que hay debate de investidura no hay debate de política general o del estado de autonomía. No obstante, el próximo 8 de octubre el presidente de la Xunta comparecerá en el Parlamento para suplir ese vacío. Allí explicará la creación de la comercializadora de energía y otras líneas estratégicas de la Xunta para los próximos meses, así como los puntos claves del proyecto de presupuestos autonómicos, que se presentará una semana después para su tramitación antes que de termine octubre, con el objetivo de que puedan estar en funcionamiento a partir del 1 de enero del 2025. Frente a la incertidumbre presupuestaria estatal, con complejas negociaciones en marcha, la Xunta quiere transmitir certezas y normalidad en la gestión. «É preciso gobernar cun plan claro», remarcó, y para eso es crucial tener en marcha los presupuestos «en tempo e forma» para «amosar unha vez máis que en Galicia non hai parálise nin freos».

Alfonso Rueda defendió lo que denominó el «estilo Galicia», que consiste en gobernar «dende a planificación, a unión, a concordia e o sentidiño», así como defender «os intereses de Galicia onde sexa necesario, sen pasar por enriba de ninguén, pero sen deixar que ninguén pase por enriba de nós». Este mensaje tiene una lectura clara en clave de financiación autonómica, aunque Rueda no se refirió de forma explícita a un asunto que sin duda seguirá marcando la agenda política estatal.

Atentos a la financiación

Fuentes de la Xunta aseguraron que las eventuales movilizaciones contra la financiación singular de Cataluña que el presidente anunció recientemente no se trataron en el retiro de Sober. «Son asuntos que deben discutirse noutros niveis», dicen, en referencia a que se trata de decisiones más de partido que de gobierno. En cualquier caso, lo que sí se tiene claro es que el Ejecutivo gallego estará atento a cualquier movimiento que «rompa a igualdade territorial», avanzan las mismas fuentes.

Un experiencia «positiva» que aún no se ha decidido si tendrá continuidad

Fuentes del Gobierno gallego presentes en el retiro del pazo de Sober explicaron que todos los conselleiros valoraron «moi positivamente» la experiencia, pues pudieron tener una «visión panorámica» de la acción de gobierno, frente a los compartimentos estancos de la gestión del día a día. Para Rueda, además, fue un buen instrumento para desarrollar una de sus funciones más relevantes: la coordinación de su gabinete. De momento, no hay una decisión tomada sobre la continuidad de estos retiros en los próximos años. Pero no sería extraño que se institucionalizaran.