Historia, política y el teatrillo lucense

El Bloque rendirá hoy homenaje a la República bajo el retrato del rey Juan Carlos. Bueno, a ver, hoy, en el salón de sesiones de la casa consistorial, que preside el retrato real, los Rodríguez -doña Branca y don Ignacio- presentarán, según reza la convocatoria oportunamente enviada por el Ayuntamiento- «os actos de conmemoración do Día da República, que se celebrará o vindeiro día 14 de abril». Los republicanos ediles que comparecen casi a diario ante cámaras y fotógrafos bajo el retrado de Don Juan Carlos, para informar de sus éxitos y proyectos -más proyectos que éxitos-, lo harán hoy, si los imponderables no lo impiden, para explicar a los lucenses por qué el Ayuntamiento de Lugo, tan dado a conmemoraciones, celebra este año el Día de la República. Es, quizá, preludio de un cambio en la política cultural del Concello que a partir de ahora celebrará, se supone, otras grandes fechas de la historia española. Los concejales Pazos y Eguíbar tendrán, si las cosas son como se anuncian, el apoyo moral, que no la compañía física, de su socio de gobierno, el alcalde filósofo, en esta presentación de actos de confirmación de fe republicana. El alcalde, según se ve, tiene cosas más interesantes que hacer. El alcalde recolecta votos mientras Pazos y Eguíbar rinden homenaje a la República, como su gente rinde tributo de vez en cuando al mariscal Pardo de Cela. Lugo, ciudad sin teatro, es ciudad muy teatral, como ya se dijo aquí alguna otra vez, y a los ediles Pazos y Eguíbar les gusta la cosa de la interpretación y de las tablas. Les gusta tanto que celebran una vez el Día de la República y el resto del año se explican bajo el retrado de Don Juan Carlos. -¿Por qué no cambian de escenario? ¡Vaya usted a saber! Se ve que le tienen cariño al sillón de dar ruedas de prensa, que es el sillón de la presidencia corporativa, tan inalcanzable Y está debajo del retrato real.

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