-Se ha dado un cambio radical respecto al año pasado.
-Entonces fue muy duro, porque soy cesado en el equipo de mi ciudad; Raúl López me llamó al día siguiente para pedirme que viniera, pero le dije que quería estar dos semanas sin saber nada de baloncesto. El Breogán en mala situación... Y con la sensación de que no era tan importante entrar en play off. A mi me gusta la gente comprometida, y al acabar había que hacer tabla rasa, aun con grandes sacrificados, porque hay gente del año pasado por la que me partiría la cara, como Sabaté o Dedas.
-¿Qué tiene que ver la planificación?
-Hay años que lo planificas todo con el mismo cariño y no se consigue. Cuando acabó la pasada temporada teníamos muy claro lo que queríamos, jugadores, plazos de trabajo... Y ahí José Manuel Lombao ha hecho una adaptación fantástica, marcamos unos parámetros que se han cumplido a la perfección. Por ejemplo, hemos evitado las lesiones musculares.
-¿Qué le falta a este Breogán para ser realmente como usted quiere?
-Que estén todos. Recuperar el tono defensivo de los últimos partidos, y jugar alegres en ataque, con la facilidad que estos jugadores tienen.