Augas Santas, tradición renacida

C. Rueda / F. Albo

LUGO

Una sencilla ruta de senderismo permite conocer el singular patrimonio histórico y paisajístico de uno de los rincones más característicos del municipio de Pantón

23 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

En las proximidades del arroyo de Carabelos, en Pantón, brotan los célebres manantiales de Augas Santas. Sus aguas sulfurosas son conocidas y aprovechadas desde hace siglos y han modelado profundamente la larga historia y las tradiciones del lugar. Un trayecto de 2,1 kilómetros, de dificultad baja, permite apreciar el importante patrimonio histórico y paisajístico de este característico rincón del municipio pantonés. Para llegar al punto de partida hay que salir de Monforte o de Ferreira de Pantón por la antigua carretera N-120. A la altura de Mañente, en el kilómetro cinco, hay un desvío hacia Toldaos y la iglesia de Augas Santas, que se se encuentra a tres kilómetros del cruce.

Antes de iniciar el recorrido a pie, conviene hacer una breve visita a la iglesia de Santa María de Augas Santas, que sirve de punto de partida. El segundo domingo de septiembre, el templo es escenario de la festividad local de la Virgen de los Remedios, popular en toda la comarca. Quince días antes, la imagen es llevada en procesión hasta la iglesia parroquial de Pantón y un día antes de la romería se lleva de nuevo a la iglesia de Augas Santas, donde permanece el resto del año. Quienes se encargaban antaño de llevar la imagen eran unos porteadores elegidos mediante subasta: los que más ofrecían en la puja eran los elegidos para la labor. La subasta comenzaba normalmente a partir de un can -moneda de diez o quince céntimos, dependiendo de si era can grande o can pequeno - o dos. Hoy solo se se subasta el privilegio de introducir la imagen en las dos iglesias durante las procesiones.

Romerías y ferias

En otros tiempos se celebraba junto la iglesia una gran romería que duraba tres días. El primer día estaba dedicado sobre todo a una feria, a la que acudía la mayor parte de los entonces numerosos alfareros de Gundivós, llegando a reunirse hasta cuarenta carros cargados de cacharros de todas clases, protegidos con haces de paja para la travesía. Hoy en día sigue acudiendo Augas Santas el único alfarero de Gundivós que mantiene viva la secular tradición artesanal de esa parroquia soberina.

El itinerario empieza a partir de este santuario tomando un antiguo camino de carro que en el pasado fue la principal vía de comunicación entre Augas Santas y la capital del municipio. Al cabo de unos doscientos metros, hay que cruzar el arroyo de Carabelos por unos típicos pasadoiros de piedra y entrar en el campo de golf del Hotel de Augas Santas. Aquí el camino pierde su trazado original, pero lo recupera unos cincuenta metros más adelante, bordeando el campo de golf.

En el kilómetro 0,9 el camino empata con la carretera que lleva al balneario. En este punto hay que dejar el trazado original y desviarse a la derecha, caminando por el asfalto en dirección al hotel balneario, al que se llega después de recorrer unos quinientos metros.

Andando por el vial asfaltado otros doscientos metros y bordeando el hotel, se accede a los antiguos manantiales y a las ilustres ruinas de lo que fue el primitivo balneario de Augas Santas. Ahora hay que caminar otros doscientos metros hasta llegar a un cruce, para después girar la derecha en dirección a la actual fuente de Augas Santas, que se encuentra a trescientos metros.