Los concejales críticos del PSOE vilalbés piden a Vidal que renuncie al Cetal para ser candidato
LUGO
Mientras en unos municipios empiezan a perfilarse candidatos y grupos de respaldo, en otros hay apoyos que más bien esconden poca adhesión y sí bastante carga crítica. Así ocurre, por ejemplo, en Vilalba, en donde las aguas del PSOE aparecen periódicamente revueltas.
Como en otras ocasiones, los críticos con la dirección local, liderada por Eduardo Vidal, han hecho oír su voz. Los concejales Martín Seco García y Margarita e Vicente, cuyo enfrentamiento con los responsables de la agrupación local no es ninguna novedad, solicitaron ayer que Eduardo Vidal fuese el candidato el próximo año.
Lo que en otros casos podría ser un firme y explícito apoyo es aquí más bien un reto. Los dos ediles, que además dicen tener el respaldo de otros integrantes de la candidatura del 2007, emplazan a Vidal a que «asuma a forte aposta» que hizo al presentarse al cargo de secretario general de la agrupación local. Pero además dicen que el gesto de presentarse como candidato sería una decisión acorde con un mínimo «de responsabilidade e respecto».
No acaban ahí las cargas de profundidad revestidas de consejos y sugerencias, pues los críticos piden al secretario local que renuncie a su puesto actual como director del Cetal -siglas correspondientes al Centro Tecnolóxico Agroalimentario, con sede en Lugo- por considerarlo incompatible con la responsabilidad de ser candidato a la alcaldía vilalbesa. Eso, según el punto de vista de los discrepantes, sería lo correcto si realmente Vidal creyese en el proyecto.
Renuncia a las listas
Los que, en cambio, no parecen creer en el proyecto ni en la posibilidad de un consenso con el resto de la agrupación son militantes como los mencionados, puesto que han proclamado su intención de no formar parte de las listas del próximo año. Esa postura se presenta como un gesto de «coherencia» con su posicionamiento político, aunque no implica renuncia al trabajo municipal en lo que resta de mandato hasta la próxima primavera. Hasta entonces, unos y otros parecen destinados a soportarse.