«Yo lo pedí, pero lo importante es que todos empezamos a preocuparnos más»

Gadea G.Ubierna LUGO/LA VOZ.

LUGO

Sánchez fue el primero en creer que la Muralla tenía opciones en la Unesco

26 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Cándido Sánchez Castiñeiras recuerda con precisión matemática cuáles fueron las fechas que influyeron de forma determinante en el futuro, ya pasado, de la Muralla Patrimonio de la Humanidad. Se remonta a 1921 para iniciar un relato en el que su papel fue significativo porque fue la primera persona que solicitó la declaración de forma oficial sobre el papel, aunque él insiste en que «lo hicimos entre todos».

-¿Cómo recuerda el proceso?

-Como algo muy largo e, insisto, de todos. Cuando llegamos al Ayuntamiento, en 1987, había un sistema de iluminación en la Muralla, que no funcionaba. Yo era concejal de Servicios Eléctricos [con Coalición Galega] y decidí ponerlo en marcha. Una parte era aérea, de la Porta de San Fernando a la de Santiago, y otra subterránea. Quise arreglarlo y solo el funcionamiento del tramo de instalación aérea durante dos horas al día le costaba al Concello dos millones de pesetas al año. Era carísimo, imposible de costear con las arcas municipales. Entonces, el 24 de julio de 1988, el PP presentó una moción para pedir fondos para la Muralla y yo añadí un punto en el que solicitaba la declaración como patrimonio mundial. Pero no fue solo esto lo importante, también empezamos a preocuparnos más por el monumento.

-¿Incluyó ese punto porque conocía la repercusión que tuvo en otros monumentos?

-No, lo hice porque ya que estábamos pidiendo más financiación para el monumento, decidí hacerlo de pleno. Quizá otros hicieron otras gestiones, pero esa es una de las que están documentadas.

-El entonces ministro de Cultura, Jorge Semprún, advirtió de que iba a ser difícil. ¿Se desanimaron?

-Todos sabíamos que iba a ser difícil. Yo recuerdo haber escrito al ministerio pidiendo apoyo para la iluminación, pero no hubo respuesta. Después presenté la proposición no de ley en el Parlamento de Galicia para que la Xunta asumiera la propiedad de la Muralla, en lugar del Estado y volvió a salir la idea de la declaración. El caso es que, después de muchas gestiones, el Ministerio de Cultura anunció 1.500 millones de pesetas para la restauración. Yo después me desvinculé de la política, así que no sé cómo se empleó ese presupuesto.

-Pasados diez años, ¿cómo ve ahora el monumento?

-Creo que lo estamos mimando todos, pero todavía hay mucho que hacer. El paseo interior, por ejemplo, prácticamente no existe. Tener la Muralla es un lujo, y no solo porque sea un monumento de 2.000 años perfectamente conservado, sino por la función que cumple de salud pública, al ser uno de los paseos más transitados de Lugo. Ahora se valora mucho, pero también sabemos que en otros momentos de la historia hubo quien la intentó tirar.

-¿Cuál cree que debe ser el siguiente paso a dar en el futuro?

-Creo que hay que trabajar para situar a Lugo como un referente a nivel mundial. Siempre me llamó la atención el concierto de Año Nuevo de Viena. Lamentablemente, en Lugo no tenemos dónde hacer un espectáculo semejante. Creo que cuando tengamos auditorio, tenemos que pensar que Lugo ha de conmemorar esta decisión y esta fecha [el 30 de noviembre] con un gran concierto que la pusiera como un referente cultural en todo el mundo.