El hijo del Athletic lanza al Lugo

Marcos Pichel LUGO/LA VOZ.

LUGO

Gorka Azkorra, quien fuera una de las perlas de Lezama, encuentra la continuidad necesaria para desplegar todo su potencial futbolístico a las órdenes de Quique Setién

14 dic 2010 . Actualizado a las 17:37 h.

Visto lo visto, el Lugo parece invitar a sus rivales, jornada tras jornada, a una sesión de baile. El último en sufrir en sus carnes el vendaval rojiblanco fue el Celta B, anteayer. En ese encuentro, despuntó, por encima del sobresaliente general, el delantero vizcaíno Gorka Azkorra Trueba. Considerado uno de los elegidos para triunfar en el Athletic de Bilbao de mediados de la década, perla de Lezama, en la grada de Barreiro se escucharon comentarios del tipo: «Este sí que nos vendría de perlas para el Celta».

Gorka Azkorra es un típico exponente de la cantera del Athletic. Pasó por todas las categorías del club, desde los infantiles, y se convirtió en león al debutar con el primer equipo en un partido de UEFA, ante el Trabzonspor, en septiembre del 2004. Tenía 21 años y entraba al campo nada menos que por Ismael Urzaiz. Dirigía al equipo Ernesto Valverde, y con él disputaría cinco partidos en Primera.

Uno de sus entrenadores, en el Bilbao Athletic y en el Baskonia, fue Edorta Murúa. «Era uno de los llamados a ocupar la delantera del Athletic, junto a Llorente. Desde siempre, apostamos por él. Por eso llegó al primer equipo», dice Murúa, hoy uno de los responsables de la dirección técnica del Atlético de Madrid. ¿Se imaginan una dupla Llorente-Azkorra? ¿Dos tipos de 1,90 metros y 90 kilos? Que tiemblen los defensas.

«Facilidad para marcar»

Murúa recuerda muy bien a Azkorra: «No tuvo la suficiente fortuna. Siempre destacó por su facilidad para marcar goles, por su gran complexión física, pero sobre todo, por su coordinación». Y su explosividad, como si de un esprinter se tratase, que le obligó a seguir un plan para trabajar su resistencia a la velocidad. Murúa resalta, por encima de todo, su tesón: «Él solo, se quedaba una hora después de los entrenamientos a trabajarla».

Le faltó la continuidad en el último paso para amarrarse a la txamarra rojiblanca. Continuidad y confianza, dos palabras clave en la trayectoria del jugador. «Cuando tuvo continuidad, cuando se le dio la confianza, demostró su capacidad», explica Murúa.

Y parece haberla encontrado seis años después de su salida de Bilbao, en Lugo. Eso, y el fútbol que más se adecúa a sus características. Nada de pelotazo arriba, sino control, distribución y disparo. «Mejoró con la cabeza, pero ante todo, es un rematador con el pie; con su potencia, es imparable», dice Murúa. El Celta B lo pudo comprobar.

Hoy, uno de los que mejor lo conoce es Fran Soto, preparador físico de los lucenses: «Es espectacular verlo arrancar. Es muy explosivo, muy potente. En esta categoría hay muy pocos futbolistas como él. Llama la atención su físico, pero lo mejor es su capacidad para jugar; entiende el fútbol muy bien».

Poco a poco, en cuanto ha encontrado sus mejores sensaciones, («tenía unas molestias en los 'isquios' que le frenaban un poco», cuenta Soto) Azkorra ha dado muestra de lo que es capaz. El preparador continúa con su elogio: «Juega bien de espaldas, con el pie... Es una referencia». Marca goles -lleva ocho- y también los da.