Retrasos y peligros siguen presentes en los viajes a las playas

Xosé María Palacios Muruais
xosé marÍA PaLACIOS VILALBA / LA VOZ

LUGO

Obras aún pendientes y deficiencias aparecen en trayectos a A Mariña

03 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El comienzo del mes de julio supone un aumento de los viajes que se realizan, sobre todo en fines de semana, de Lugo y de municipios del interior hacia la costa de A Mariña. Sin embargo, esa situación, apreciable fácilmente en días como el de ayer, primer sábado del mes de julio, no se libra de inconvenientes que se arrastran desde hace años.

Obras aún pendientes, con ejecuciones que empezaron hace años y que aún no han llegado a su fin, y lugares con deficiencias que también llevan años presentes sin que se les haya buscado solución aparecen en los viajes que tienen como destino las playas mariñanas, muy frecuentadas por residentes de otras zonas de la provincia en la época estival.

lentitud

Un embudo de Moncelos a Abadín. Las obras de los ocho kilómetros del tramo final de la LU-113, que va de Rozas a Abadín, son casi una parte habitual del paisaje de la esa zona de la Terra Chá. La carretera, que supuso en su momento una alternativa para acortar el viaje de Lugo a A Mariña frente al itinerario por Rábade y Vilalba, tiene tramos en los que ya se ha mejorado el firme, pero también lugares en los que aún se circula por una calzada deteriorada y con una señalización horizontal muy gastada. Las obras incluyen cambios del trazado en algunos puntos y un enlace con la autovía del Cantábrico (A-8) en las afueras de Abadín; sin embargo, esa conexión aún no esta disponible.

carencias

Sin autovía de Abadín a Lourenzá. La LU-113 termina en Abadín. El tráfico puede circular hasta el acceso a la A-8 y tomar la autovía hasta A Xesta o incorporarse ya directamente a la carretera Irún-Santiago. Pero en cualquiera de los dos casos luego tiene que circular algo más de 20 kilómetros por la N-634 al no estar aún acabados tres tramos de la transcantábrica. En Mondoñedo hay un tramo de concentración de accidentes.

AVANCe

Un leve respiro por la A-8. La autovía permite circular de Vilanova a Cruz do Lobo (Barreiros), lo que evita el paso por tres núcleos (Pousada, Vilamar y Celeiro de Mariñaos) con negocios y viviendas a ambos lados de la N-634. La conexión de la N-634 con la A-8 se realiza actualmente en las afueras de la capital laurentina, tras un breve recorrido por la LU-153.

peligro

Curvas y un cruce afectan a la N-640. Las curvas de Couto de A, situadas en Ramil (Castro de Rei), han sido escenario de varios accidentes. La circulación hacia Foz o Barreiros por esa vía implica pasar por el cruce de Paraxes, en donde se toma la LU-120 para entrar en la LU-122 unos centenares de metros después. El cruce tiene una visibilidad limitada por la cercanía de una curva. La LU-122 se mejoró sustancialmente hace unos diez años, pero en las proximidades de Cruz da Cancela pueden aparecer reses cerca de la calzada. En Vilanova de Lourenzá se puede tomar la autovía, pero tras haber cruzado el casco urbano de la localidad.

mejorA

Más kilómetros por autovía hacia Viveiro. La conclusión de la autovía Ferrol-Vilalba permite, desde hace casi año y medio, hacer por autovía aproximadamente el 60% del viaje Lugo-Viveiro (Lugo-Baamonde por la A-6, Baamonde-Vilalba por la A-8 y Vilalba-Cabreiros por la AG-64). Sin embargo, el paso por la LU-540 (Cabreiros-Viveiro), que se mejoró notablemente en los últimos años, supone atravesar el alto de A Gañidoira, escenario de diversos accidentes a los que no ha sido ajena la presencia de ganado salvaje.

COMPLICACIÓN

Sin alternativa en el centro viveirense. Un recorrido con final en las playas viveirenses o vicedenses requiere cruzar buena parte del casco urbano de la ciudad del Landro, falto de una variante que aleje el tráfico del centro. Antes de la entrada en Viveiro, en el cruce de la LU-540 con la LU-161 a la altura de Landrove, hay además una intersección de escasa visibilidad.