Piden 4 años para un conductor por la muerte de una pareja

xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO

Estado en el que quedó el establo tras el impacto del vehículo.
Estado en el que quedó el establo tras el impacto del vehículo. ÓSCAR CELA< / span>

El coche que conducía se empotró contra un establo cerca de Vilalba

09 nov 2013 . Actualizado a las 17:00 h.

Si prospera la petición inicial del fiscal, un joven lucense podría tener que ingresar en prisión como consecuencia del gravísimo accidente de tráfico que protagonizó en la madrugada del 26 de diciembre de 2010 en Nete (Vilalba). Murió una pareja que dejó dos huérfanos. La acusación pública considera que el imputado dio positivo a alcohol y también a otras sustancias. El juicio está en espera de tener asignada nueva fecha, tras una suspensión que se produjo hace unas semanas.

El acusador público resalta en sus conclusiones provisionales que el accidente ocurrió sobre las cuatro y diez de la madrugada del día ya reseñado en el kilómetro 13 de la carretera LU-541 (Rábade a Vilalba) en la parroquia vilalbesa de Nete. En el Clio accidentado volvían a Lugo, tras una noche de marcha, el conductor y una pareja de amigos. Dice la fiscalía que el chófer tenía sus facultades psicofísicas seriamente mermadas por la previa ingesta de bebidas alcohólicas.

El acusado perdió el control del coche. Este se salió por la parte derecha de la vía, chocó contra tres árboles y seguidamente impactó contra una mesa ornamental. Por último acabó empotrándose contra un establo en el que quedó un considerable boquete.

Como consecuencia de los violentos impactos falleció Antonio Veiga Rodríguez, de 24 años, que iba en el asiento del copiloto y su pareja, Ana Belén Fernández, que viajaba en la parte trasera. Estos jóvenes habían ido con el acusado, A. L. D., con el que mantenían amistad, a una discoteca de Vilalba.

Después del percance, el joven conductor fue evacuado al hospital y, según dice el fiscal, con su consentimiento expreso y por escrito, fue sometido a la práctica de una analítica de sangre con la finalidad exclusiva de determinar la tasa de alcohol en sangre o de estupefacientes, psicotrópicos y otras sustancias semejantes.

El resultado final de la prueba que le realizaron fue de 1,62 gramos por litro de alcohol en sangre; 12,60 nanogramos por litro de benzoilecgonina (fórmula química de la cocaína) y 94,50 nanogramos por litro de diacepam, sustancia que figura en algunos medicamentos recetados para hacer frente a la ansiedad.

En su momento, la Guardia Civil descartó que hubiese hielo en la calzada la noche en la que se produjo el siniestro. Barajó como una causa del grave siniestro una presunta velocidad inadecuada. El subdelegado del Gobierno en el momento de ocurrir el percance, José Vázquez Portomeñe, refirió un posible exceso de velocidad.

Además de los cuatro años de cárcel, el fiscal también plantea que al conductor se le retire el permiso de conducir por un tiempo de cinco años. Asimismo fija una serie de indemnizaciones, entre las que destacan casi 93.000 euros para cada uno de los dos hijos menores de la pareja que quedaron huérfanos.

El ministerio Público también pide que el conductor pague 9.288 euros a cada uno de los padres de las dos víctimas mortales. Para el juicio, el fiscal solicita la presencia de los agentes de la Guardia Civil que se ocuparon de la elaboración del atestado.

El acusado no tendrá que abonar los destrozos ocasionados en el establo de Nete porque ya los satisfizo la compañía aseguradora del vehículo que conducía.

Antonio Veiga Rodríguez y Ana Belén Fernández, aún siendo muy jóvenes, llevaban varios años de relación. Como consecuencia de la misma tenían dos niños que, en el momento de producirse el grave accidente contaban con cuatro y dos años respectivamente. Tras el fallecimiento de sus padres fueron acogidos por los familiares de estos.

La pareja pasaba el día de Navidad de 2010 en su casa. En un momento dado recibieron la llamada de su amigo que les planteaba salir de marcha a una discoteca de la zona de Vilalba porque ese día tenían previsto el sorteo de numerosos regalos. Antonio y Ana decidieron aceptar la propuesta y se fueron ya entrada la noche con su amigo en el Clío. La vuelta a casa acabó en tragedia a menos de 30 kilómetros de su domicilio,

El hecho de que al día siguiente de ocurrido el percance la pareja no tuviera que trabajar fue una de las razones por las cuales se animó a salir y, además, porque tenía quien les quedara con los hijos.

Ana Belén trabajaba en una tienda en el centro comercial As Termas. Su pareja había tenido hacía años otro accidente del que consiguiera salvarse.

Al funeral, celebrado en la parroquia de Albeiros, habían asistido centenares de personas, entre ellas representantes del Milagrosa, equipo al que estaba vinculado uno de los cuatro hermanos de ella. Acudieron también residentes en Becerreá y Baralla, municipios en los que tienen sus orígenes los padres de Ana Belén.

La pareja fue invitada a ir a una discoteca en la que sorteaban regalos