El fiscal pide cárcel para el gerente del Queens, el cliente que dejó embarazada a una prostituta y el médico del aborto
LUGO
El fiscal pide cuatro años y medio de cárcel para el gerente del club Queens, para el empresario que dejó embarazada a una de las mujeres que trabajaban en dicho local y para el ginecólogo que practicó el aborto. Este asunto forma parte de la llamada Operación Carioca.
De acuerdo con el relato del ministerio público, a principios del año 2009 un cliente mantuvo relaciones sexuales con una de las mujeres que trabajaba ejerciendo la prostitución en el citado club. Como consecuencia de estas relaciones, la mujer quedó embarazada en febrero o marzo de 2009. La mujer comunicó al cliente su estado, así como su deseo de seguir adelante con el embarazo.
Siempre según el fiscal, el cliente trató de convencer a la mujer de abortar, pero ella se mostró reiteradamente en contra.
A la vista de la situación, el cliente contactó, por medio de un amigo común, con el propietario del club, y solicitó su colaboración para que le ayudara a conseguir que la mujer se decidiese a abortar, «sabiendo que tendría la capacidad» de forzarla a ello.
El responsable del club, siempre según el relato del ministerio público, prevaliéndose de su superioridad sobre la mujer, así como de la situación personal de esta, la conminó a abortar. La mujer tenía entonces 18 años, no tenía familiares en España y carecía de otros medios de subsistencia.
Según la fiscalía, el responsable del club dijo a la joven que si no abortaba no podría trabajar en ese local. También indicó que él mismo prepararía todo lo necesario para que pudiese acudir a un ginecólogo, aún a sabiendas de que la mujer quería continuar con su embarazo.
La mujer y el dueño del club se citaron el 6 de abril de 2009 en una calle de Lugo y acudieron al inmueble donde el ginecólogo tenía una clínica, que, siempre según el fiscal, carecía de los permisos reglamentarios. El ministerio público señala igualmente que pese a carecer de autorización para efectuar abortos, sin contar con personal de auxilio o enfermería y sin recabar el consentimiento expreso por escrito de la víctima, puso fin al embarazo sin usar para ello anestésico alguno.
La mujer, de 18 años y sin familia en España, quería continuar con el embarazo