«Toca lo más difícil, que es ganar y esperar a que los de arriba pierdan, pero solo con triunfos se les mete presión»
21 nov 2019 . Actualizado a las 18:16 h.En Huesca esperaba una jornada de penitencia. El agobio convertía una salida asequible en una pesada obligación, yo diría que angustiosa. Se ganó. El viaje de regreso supongo que sería un alivio y el trabajo de la semana, mucho más distendido y agradable. No importa si el Levitec Huesca es un rival más o menos fuerte. El Leche Río Breogán está luchando contra sí mismo para que nadie dude de que el ascenso es un objetivo asequible. Se ganó con solvencia, pero, sin recurrir a ensaladas de números que solo marean, hay cifras elocuentes. Los celestes lanzaron 23 triples y convirtieron 14, el 61 por cierto, que es una barbaridad; cogieron 28 rebotes, 23 de ellos defensivos, lo que deja bastante claro el poco acierto de su adversario. Pero ojo, hay un apartado que preocupa especialmente. El Breo lanzó solo 6 tiros libres y los oscenses 29. Breogán cometió 30 faltas personales y el Huesca solo 17. Ya lo comentamos la semana anterior, los nuestros cometen demasiadas faltas porque son malos defensores, casi siempre llegan tarde y creo que es un problema de aptitud, lo dije y lo sigo creyendo.
Ahora es imprescindible cambiar el paso, encadenar una racha de triunfos y armarse de paciencia. Toca lo más difícil, ganar y esperar a que otros pierdan, pero solo con victorias se les puede meter presión.
El rumor de la búsqueda de un pívot es incesante y la clave parece estar en Aleksandar Marcius y su recuperación. Con el silencio más absoluto sobre su estado, no estaría mal alguna noticia al respecto. ¿No hay mercado de hombres grandes o de verdad se está esperando a que el croata se recupere? Tiempo para más errores no queda mucho y aunque se ponga énfasis en lo bien que nos va en otras facetas, será el resultado deportivo lo que determine si ha sido un buen año o un fracaso.