Mejorar los accesos de la A-8, misión casi imposible en Vilalba

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

LUGO

Las conexiones de la autovía del Cantábrico presentan deficiencias para las que desde hace años se piden soluciones

22 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La construcción de la autovía del Cantábrico fue un avance para el norte de la península en general en el que la capital chairega no se quedó al margen. La confluencia con la autovía Ferrol-Vilalba (AG-64) hizo de la localidad un nudo de comunicaciones a la altura del siglo XXI, aunque esa nueva dimensión llegó acompañada de unas deficiencias que se arrastran desde hace años.

Exceptuando el enlace de Martiñán, situado a unos diez kilómetros del casco urbano, otros tres de la A-8 en el municipio -situados, respectivamente, en Goiriz, Grandisca y San Xoán de Alba- han sido noticia en algún momento por la aparición de deficiencias cuya reparación sigue pendiente. No han faltado pronunciamientos ni iniciativas en el Congreso de los Diputados, pero los resultados de esas acciones aún no se han concretado.

Avanzando por la transcantábrica hacia Baamonde, el primero de los accesos con problemas es el de Goiriz, que desemboca en la N-634. Acaba cerca de casas y de un cambio de rasante, con lo que la necesidad de realizar la incorporación y la salida con precaución está más que justificada. Hace años, el Concello sostenía la conveniencia de desplazar ese acceso varios centenares de metros, acercándolo un poco a Martiñán, pero la postura no pasó de la fase inicial.

El acceso de Grandisca, confluencia de la A-8 y de la AG-64, funciona como acceso al centro urbano y al polígono de Sete Pontes, dado que la construcción de un enlace directo con el parque empresarial -un objetivo de la patronal en años pasados, que incluso fue apoyada en pleno por la corporación- sigue pendiente. En el pasado mandato Miguel Anxo Fernán Vello, diputado de En Marea por Lugo, se interesó por la posibilidad de instalar iluminación en la rotonda, cuestión que sigue pendiente.

También la situación del acceso de San Xoán de Alba entró en la agenda de los partidos. Vilalba Aberta planteó el año pasado que se construyese una rotonda, ya que el enlace acaba en la N-634 cerca de un cambio de rasante. La corporación municipal apoyó semanas después una propuesta con ese contenido, aunque los resultados no han llegado todavía.

Entre el acceso de Grandisca y el de Alba está el de O Escairo, por el que se accede al casco urbano por A Magdalena y en el que está prohibido el paso de vehículos pesados, puesto que acaba en la zona vieja, en calles estrechas.