La odisea de darse un chapuzón sin pagar
![](https://i.avoz.es/default/2020/07/08/00121594233783070315105/Foto/LL9C5F3_204120.jpg)
La ciudad de Lugo sigue sin playa fluvial y apenas hay accesos para adentrarse en el Miño
lorena.garcia@lavoz.es
Darse un chapuzón tiene su complicación para los lucenses. Si uno no quiere pasar por caja, no le va a quedar más remedio que hacer gala de equilibrio para adentrarse en las aguas del río Miño o desplazarse a otros lugares. La playa fluvial sigue pendiente de convertirse en realidad tras años de debates, burocracia y promesas, y a lo largo del cauce apenas hay puntos para acceder al río. Este año, además, todo se complica por el coronavirus. Muchos prefieren quedarse cerca de casa, y A Mariña estos días tampoco es una opción.
En la ciudad de Lugo basta con dar un pequeño paseo para encontrar las dos zonas de baño más concurridas que hay en el río. Una es la privada del Club Fluvial, con sus accesos y buenos servicios, y la otra es la de Los Robles, adonde cada tarde de sol acuden a decenas de personas que quieren disfrutar del buen tiempo sin tener que abonar por meterse en el agua.
El problema de los Robles es que carece de un acceso adecuado al río y los bañistas tienen que recurrir a unas piedras y a su buen equilibrio para poder entrar y salir del agua sin incidentes. Al lado de la orilla el río está enlodado por el trasiego de la gente, pero adentrándose más recupera su color natural.
A un puñado de metros de ese acceso creado por los usuarios, se encuentra el pantalán de la Diputación, que aunque está cerrado y con carteles que prohíben el paso, sigue siendo usado por algunos bañistas para entrar al agua e incluso para tumbarse un rato al sol. Unos metros más adelante habría un tercer acceso, pero que también se encuentra inoperativo. Se trata de los escalones que empleaban los triatletas para bajar al agua, pero un árbol caído y la maleza los ha anulado. Avanzando otro puñado de metros estaría la entrada de la Escola de Piragüismo, pero esta tampoco es funcional porque no podrían convivir palistas y nadadores.
En As Saamasas hay una pequeña área en el margen derecho del río que tradicionalmente sirve a algunos bañistas para acceder al agua. También hay quien prefiere hacerlo en las inmediaciones de la Fábrica da Luz, pero para ello primero ha de saltarse un pequeño puente destrozado que da acceso a la zona.
Así las cosas, y en plena resaca de la pandemia del covid-19, disfrutar de una tarde de río en la ciudad amurallada se antoja complicado. Por eso es habitual que muchos lucenses recurran al coche para desplazarse a áreas fluviales de los municipios próximos.
![El pantalán de la Diputación está cerrado, aunque algunos bañistas acceden igual](https://img.lavdg.com/sc/vFWxfI-mA85int3R_0fcFEQ5t34=/480x/2020/07/08/00121594234501107835833/Foto/LL9C5F3_205312.jpg)
El último trámite para la playa fluvial se paralizó a causa de la pandemia
Tras años de espera, el verano del 2020 estaba llamado a ser el primero en el que la ciudad de Lugo dispondría, al fin, de la ansiada playa fluvial. Tanto fue así, que el pasado septiembre la alcaldesa, Lara Méndez, y el presidente de la Confederación Hidrográfica, Antonio Quiroga, señalaron que si nada se interponía, en primavera el Concello podría iniciar los trabajos para habilitar la zona de baño, que se ubicará en el Paseo do Miño, cerca de la pasarela de la N-VI.
Pero llegó el coronavirus, y el estado de alarma paralizó el expediente de la Confederación que suponía el último trámite burocrático antes de la licitación del proyecto. El Concello sigue a la espera del documento, por lo que habrá que aguardar hasta el próximo año para que la playa fluvial sea una realidad.
![En el área recreativa de A Magadalena, en Vilalba, llevan a cabo estos días trabajos de limpieza del cauce](https://img.lavdg.com/sc/BHHmUF6NQN1cY1QvK3rO5Zx8uFI=/480x/2020/07/08/00121594233721891926533/Foto/LL9C5F3_204033.jpg)
Vilalba limpia el cauce del río en A Magdalena
Los vecinos de Lugo no son los únicos que tienen difícil darse un chapuzón sin salir de su municipio. En Vilalba, por ejemplo, estos días se están llevando a cabo los trabajos de limpieza y acondicionamiento del cauce del río a su paso por el área fluvial de A Magdalena, por lo que los usuarios pueden tomar el sol y disfrutar del entorno, pero tienen más difícil lo de meterse en el agua.
Además, allí el Concello ha aconsejado que, en base a las recomendaciones sanitarias, y al tratarse de una zona de cauce prácticamente estancado -porque hay una presa-, es responsabilidad de los propios usuarios meterse en el río. El Ayuntamiento recomienda no bañarse, pero no lo prohíbe.
En Láncara, el Concello ha optado directamente por cerrar el área recreativa por la crisis sanitaria, de forma que por la zona solo se ven a algunos vecinos paseando. El lugar, con espacios de sol y otros de sombra, un buen acceso al agua y el cauce cristalino, era una buena opción para combatir los rigores estivales.