Al acto final solo asistió el Concello y algunos miembros de las asociaciones, que hicieron un balance satisfactorio: «Nos temíamos lo peor, pero hubo mucha más gente de la esperada»
20 jun 2021 . Actualizado a las 23:13 h.Termina un Arde Lucus en el que «se cumplió» para asegurar la esperanza de que la fiesta del 2022 sea el doble de grande incluso que la de un año normal. Un acto organizado por el Concello apagó la llama de la histórica fiesta acompañado de algunos representantes de las asociaciones.
A pesar de que el apagado del fuego iba a celebrarse en la Praza Maior, finalmente tuvo que ser trasladado a la Canella do Hospital para poder realizar el tradicional acto bajo una carpa porque la lluvia no cesó en todo el día. El pequeño espacio cubierto acogió como pudo la batalla entre romanos y castrexos, a distancia y sin públicos. El punto final estuvo a cargo del Concello, que no quiso adelantar la hora del evento para que no se crearan aglomeraciones. De hecho, las propias asociaciones fueron informadas este domingo. Los participantes apagaron el fuego sagrado con las ganas de que el año que viene ya se pueda recuperar la fiesta, que aunque estuvo al mínimo no perdió su espíritu.
La lluvia no dió tregua el domingo
La jornada de este domingo estuvo muy castigada por el tiempo y no superó en afluencia a la tarde del sábado, a pesar de que el domingo por la mañana es uno de los momentos grandes de la celebración. Lucus Augusti continuó ofreciendo todo tipo de actividades de oficios, mercadillos, muestras de enseres tradicionales o teatro. Pero en esta ocasión los desfiles se redujeron porque no paró de llover.
Aun así, el ambiente fue de satisfacción por parte de las asociaciones y de asombro y contento por parte de los visitantes. Muchos de ellos eran de fuera de Lugo y también de Galicia, y las restricciones no les impidieron disfrutar de los campamentos. A pesar del relativo contento, la afluencia de visitantes no fue comparable a la de ningún año anterior a la pandemia. «No hay ni un 30% de gente», afirman. Aunque la lluvia también ha sido la gran culpable : «En un Arde Lucus normal este tiempo también habría dejado a mucha gente en casa».
Poca caracterización
Lo que destacó de este Arde Lucus es la poca gente que se caracterizó de romano o castrexo. Los que sí participaron con la vestimenta adecuada alegaron que el frío habría tirado a muchas personas para atrás. «En un año normal, incluso la gente que no es de Lugo, ve a todo el mundo caracterizado, siempre va rápidamente a una tienda a comprarse algo», recuerdan desde la asociación Ara Roma. Quizá lucenses reservaron sus mejores galas para un gran Arde Lucus 2022.
Las asociaciones: «Nos temíamos lo peor, pero hubo mucha más gente de la esperada»
El Arde Lucus lleva siendo una gran celebración durante 20 ediciones porque los lucenses se han implicado en que así sea. Pero destacan los cientos de miembros de la asociaciones de recreación histórica que transforman la ciudad amurallada en Lucus Augusti. Después de una edición prácticamente virtual sin actividades, los participantes de la fiesta histórica esperaban otro año de transición sin apenas visitantes, pero se sorprendieron. «Estamos muy contentos con el recibimiento», afirmaban desde el campamento de Mercenarios Galaicos. Todas las asociaciones hicieron un balance muy satisfactorio de este Arde Lucus porque hubo «mucha más gente de la que esperábamos», como aseguraba el secretario de la Cohors III Lucensium.
Al ritmo de las treguas que dejó la lluvia, en numerosas ocasiones los campamentos acumularon a sus puertas grandes colas de manera que algunos miembros tenían que salir fuera del recinto para dejar paso a los visitantes. «De los más de cien socios de la asociación, estamos unos ocho, pero fijos solo cuatro porque a veces tenemos que salir del campamento para cumplir el aforo», explican los Mercenarios Galaicos. Las peculiares circunstancias de este Arde Lucus dejaron incluso buenas noticias, como cuentan desde la asociación Ara Roma, dedicada a sacrificios o consagraciones cuya presidenta afirma que este año hicieron más actividades que nunca. «Pudimos realizar muchos actos que fueron surgiendo y en un principio no estaban en el programa».
