Calzadas

Antón Grande

LUGO

16 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El Ayuntamiento de Lugo peatonalizará la Calzada da Ponte con el fin de regenerar un entorno histórico. La idea no es mala, ya que todo lo que sea regenerar espacios y hacerlos más cómodos y habitables para los ciudadanos, será bienvenida.

Pero claro, la idea en este caso lleva un añadido, regenerar un entorno histórico, y para ello, habría que dejar la Calzada en su estado inicial. Esta vía, usada ya por los romanos según parece, tenía hasta no hace muchos años la estructura típica de una calzada, es decir, bloques de piedra en el centro para que caminasen los peatones y empedrado a ambos lados por donde pasarían entonces los carros.

Sin embargo, hace unos años, unos vecinos de la zona, entendidos en arte, decidieron por su cuenta y riesgo asfaltar una parte de la Calzada, lo que constituyó el primer atentado a este resto romano. Ahora se pretende regenerar el entorno histórico, pero eso no se hace solamente prohibiendo la circulación de vehículos, sino regenerando ese entorno histórico en su totalidad. Aunque no hay que sorprenderse porque otro tanto ha sucedido con la antigua Calzada de Paradai, que traía a los viajeros procedentes del Camino Norte y en la que su estructura original ha sido sustituida, cómo no, por negro chapapote, símbolo de la civilización moderna y destructiva. La Calzada da Ponte será, si la lógica y el buen sentir no lo remedian, un entorno histórico sin historia patente, aunque no debemos preocuparnos, pues ya estamos acostumbrados: tenemos la rúa do Teatro sin teatro. Esto sí que es nuevo urbanismo basado en la fe: creer ciegamente en lo que no vemos.

Pero existió, que conste.