La A-56, la autovía de Lugo a Ourense que sigue olvidada

Suso Varela Pérez
Suso Varela LUGO / LA VOZ

LUGO

Tramo de la autovía A-56 abierto en el otoño del 2020
Tramo de la autovía A-56 abierto en el otoño del 2020 Santi M. Amil

La Xunta reclama al Gobierno que al menos dé continuidad a los únicos 9 kilómetros abiertos en Carballedo para que tenga una funcionalidad real para los conductores

06 oct 2023 . Actualizado a las 19:05 h.

La autovía entre Lugo y Ourense, la A-56, sigue siendo la gran olvidada cuando se habla de las infraestructuras que tiene pendientes de ejecutar el Estado en Galicia y, en concreto, en la vertebración del interior de la comunidad. Además, ambas capitales y provincias gallegas cumplen un axioma negativo, y es que no hay dos provincias colindantes en España en las que no exista una autovía o autopista que las una, salvo Lugo y Ourense.

La Consellería de Infraestruturas, a preguntas del parlamentario del BNG Iago Tabarés, acaba de reclamar al Gobierno que comience a priorizar algunos tramos de esta autovía pendiente y, en concreto, el que da continuidad a los únicos 9 kilómetros que se han inaugurado y que circunvalan A Barrela (Carballedo). En concreto, reclaman que se agilicen los trámites para construir el tramo San Martiño-Cambeo.

En la respuesta parlamentaria de la Xunta al diputado del BNG, que reclamaba al gobierno gallego más implicación en esta autovía, aunque la competencia es estatal, recuerdan que la A-56 es una autovía planificada hace veinte años (ya estaba en el Plan Galicia del 2003), y que contaba con una inversión prevista de 525 millones de euros, de los que solo se han ejecutado unos 50, o lo que es lo mismo, el 9 % del total.

Obras paradas en Ourense

La consellería indica que la variante norte de Ourense, el primer tramo de la A-56, y que se encuentra en obras, «ten como finalidade canalizar os tramos da futura A-76 (Ourense-Ponferrada) e de servir como variante dos tramos urbanos N-120 e N-540». Indica la Xunta que esta variante fue licitada el 13 de octubre del 2021, «estando adxudicadas as obras pero na actualidade practicamente sen avances».

Tramo de la autovía A-56 abierto en el otoño del 2020
Tramo de la autovía A-56 abierto en el otoño del 2020 Santi M. Amil

Pero la consellería de la que es titular Ethel Vázquez incide en su respuesta en que ha solicitado al Gobierno que más allá de ejecutar las obras de la variante de Ourense o de avanzar en los proyectos pendientes de todo el trazado entre Lugo y la capital de las Burgas, priorice el tramo de San Martiño a Cambeo, para de esta forma dar continuidad al único tramo abierto, y que a día de hoy es un oasis de 9 kilómetros en el medio de Galicia y que no cumple la función de conectar ambas ciudades.

Único tramo abierto

El único tramo en funcionamiento, el de A Barrela-San Martiño, entre las provincias de Lugo y Ourense, se puso en servicio en octubre del 2020, después de más de diez años en obras (estuvo paralizada entre los años 2010 y 2015). A día de hoy apenas tiene una media diaria de vehículos cercana al millar. Y es que estos 9 kilómetros no cumplen la función de unir Lugo y Ourense, siendo solo utilizada por los conductores que quieren ir desde Lugo hacia Vigo y Portugal o viceversa, a través de una carretera autonómica por Cea y luego cogiendo la autovía de Santiago a Ourense, cerca de Ribadavia. 

«O desenvolvemento desta autovía é unha cuestión que se está a reclamar en todas as reunións que se producen entre a Xunta e o Goberno, xa que se trata dunha actuación fundamental para as comarcas de Lugo, A Ulloa, Chantada, Sarria, Terra Chá, Terra de Lemos e Ourense», señala la consellería en la respuesta a Tabarés, del BNG.

«Nestas reunións estase a solicitar o pulo das obras da A-56, co avance inmediato do tramo San Martiño-Cambeo, que outorgue funcionalidade ao tramo San Martiño-A Barrela, único tramo en funcionamento, e co avance dos proxectos Quintela-A Casilla e A Casilla-Cambeo, que dan continuidade á variante Norte de Ourense», indica la consellería.

La demanda de una autovía entre Lugo y Ourense es histórica. En sus informes de infraestructuras, enviados a Xunta y Gobierno, la Confederación de Empresarios de Lugo, la reclama como prioritaria para poder vertebrar el interior de Galicia y, sobre todo, como conexión de las empresas de Lugo y de A Mariña con el sur de la comunidad y Portugal. «Esta autovía tendría un importante impacto en el transporte de mercancías», apunto la CEL.

Cuando hace dos años se dio a conocer la propuesta de la patronal de la construcción, Seopan, que reclamaba una carretera entre Lugo y Ourense con el sistema de 2+1 en vez de una autovía, el ingeniero César García Cordovilla, recordaba la relevancia que tendría para la economía de Galicia la construcción de la A-56, porque no solo era una vía que vertebraba el interior de la comunidad, si no que podría formar parte de un corredor de alta velocidad que uniese Francia y Portugal a través de Lugo.

«La construcción de la A-56, entre Lugo y Ourense, no debe contemplarse exclusivamente como una conexión sin más entre estas dos poblaciones. Es necesario incluir el proyecto en un ámbito global más amplio, considerándolo como un tramo que conformaría parte de un itinerario completo por autovía, desde el sur de Francia y resto de Europa, (Irún) hasta el sur de Galicia y norte de Portugal, a través del interior de las provincias de Lugo y Ourense, fundamental para el estímulo del transporte por carretera en dicha zona y en consecuencia la mejora de su economía competitiva», señalaba hace dos años Cordovilla.

La realidad actual de la A-56 es que se trata de una autovía en suspenso. Salvo la citada variante norte de Ourense, que permite más la circulación interna de la ciudad que un tramo real de autovía, por el momento poco se sabe de ella, más allá de declaraciones de intenciones del Gobierno de querer seguir con ella en la medida en que disponga de fondos. En los presupuestos del Estado de los últimos años solo recogió partidas testimoniales.

Sí hay trámites avanzados en los tramos de la provincia de Ourense, pero en cambio, en los lucenses, desde Carballedo, no hay nada. Hace años, las declaraciones de impacto ambiental de los trazados por Chantada, Taboada, Ventas de Narón y Guntín quedaron caducadas, con lo que los proyectos son papel mojado. Por ello el Gobierno tendrá que comenzar casi desde cero.

Tramo de la autovía A-56 abierto en el otoño del 2020
Tramo de la autovía A-56 abierto en el otoño del 2020 Santi M. Amil

Por otra parte, además de las reclamaciones empresariales para tener una autovía que haga competitiva a las empresas, hay que tener en cuenta otras variables que inciden en la urgencia de contar con la A-56. Por un lado el lamentable estado de conservación de la N-540 en la provincia de Lugo, y que a pesar de llevar varios años con tramos llenos de baches, el Ministerio de Transportes aún no ha ejecutado obras de reforma. Y por otra parte, que Ourense se ha convertido en la gran entrada del AVE a Galicia, mientras que Lugo carece aún hoy de una conexión ferroviaria y por carretera con garantías de seguridad, comodidad y rapidez.