La garnacha tintorera, el secreto menos conocido del otoño en la Ribeira Sacra

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LUGO

Las hojas de esta variedad en regresión, también llamada alicante, aportan los tonos rojos al viñedo en esta época

20 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El otoño viene a ser para la viticultura extrema el más difícil todavía. Un festival cromático que convierte las ya de por sí impactantes viñas en bancales en lienzos de intensos y variados colores enmarcados por los cañones del Sil y el Miño. Verdes, amarillos, rojos, naranjas, ocres o marrones van pintando las hojas antes de que su caída deje desnudas las vides. Allí donde predomina el rojo, el paisaje gana en vistosidad.

Pocos saben que se debe a una variedad de uva, en retroceso desde hace años que sobrevive en mayor medida en las riberas del Miño. Hablamos de la tintorera, también denominada alicante, un híbrido obtenido en 1885 por el francés Henri Bouschet procedente del cruce de petit bouschet y garnacha.

La llegada a finales del siglo XIX de la devastadora plaga de la filoxera, un diminuto insecto que destruía las cepas al atacarlas desde la raíz, obligó a reconstruir desde cero el viñedo europeo. Las variedades de cultivo tradicional en Galicia cedieron el protagonismo a otras importadas, como el jerez o palomino, entre las blancas, o la tintorera o alicante, en las tintas.

No era un cambio caprichoso. Aunque daban vinos de menor finura, las vides foráneas eran más productivas y resistían mejor las plagas en tiempos en los que ni abundan los tratamientos fitosanitarios ni había recursos económicos para hacerse con los que pocos disponibles: sulfato de cobre y azufre en polvo.

Solo «autorizadas»

Desde la puesta en marcha de la denominación de origen Ribeira Sacra —con la consiguiente apuesta por la calidad y singularidad de los vinos con esa contraetiqueta— alicante y jerez quedaron relegadas a la categoría de variedades «admitidas», y no «preferentes». Se limitaba así su presencia en los vinos para favorecer su paulatina sustitución por otras cepas, principalmente mencía y godello, más acordes con los gustos imperantes. Aún quedan, sin embargo, huellas más o menos visibles de su presencia.

En el caso de la tintorera no se puede disimular. Del mismo modo que oscurecía los espesos ribeiros de antaño servidos en taza de porcelana, pinta de un rojo intenso las hojas de las vides antes del letargo invernal. Hay otras variedades que pueden desarrollar cierta tonalidad rojiza en las hojas antes de su caída, matiz que en algunos casos puede ser inducido por carencias o enfermedades de la vid. Pero el rojo característico de la tintorera es inconfundible por su intensidad, y contrasta con los amarillos y ocres propios de la mencía.

La garnacha común se diferencia de la tintorera en el color de la hoja en otoño y también en el fruto. La uva de alicante es una de las pocas que tintan cuando se exprime el jugo. En otras variedades, el mosto no adquiere color hasta el proceso de fermentación y debido al contacto con los pigmentos de las pieles.

Referente francés

En el libro A colección de vides da Estación de Viticultura e Ecoloxía de Galicia (Evega), editado por la Xunta en el año 2011, alicante, tintilla y garnacha común aparecen como sinonimias de la garnacha tintorera, de la que se dice que es una «variedade moi estendida despois da filoxera nas terrazas do Sil e Miño e na comarca do Ribeiro en Ourense». Como fuente se cita el libro del geógrafo francés Alain Huetz de Lemps Viñedos y vinos del noroeste de España, publicado en francés en 1962 y del que hay una edición parcial en gallego desde el 2019 editada por Medio Rural.

La otra referencia documental de la colección de vides de Evega son los datos recopilados en la primera mitad del pasado siglo por el ingeniero agrónomo Nicolás García de los Salmones, autoridad en la materia que cita la presencia de esta variedad en las provincias de A Coruña, Lugo y Ourense. En el catastro vitícola de 1983, por otro lado, consta que ocupaba un 8,56% de la superficie de viñedo en la provincia de A Coruña, un 8,44% en Lugo, un 8,44% en Pontevedra y un 50,29% en Ourense.

En la actualidad, además de en Ribeira Sacra, la tintorera o alicante aparece como variedad autorizada en los reglamentos de las denominaciones de origen Ribeiro y Valdeorras. La indicación geográfica protegida Viño da Terra Val do Miño, por otra parte, la cataloga como «secundaria». La superficie de cultivo supone un 18,97% del total del viñedo en Galicia. Según las cifras de Evega, en el 2011 había 36,39 hectáreas en A Coruña, 559,94 en Lugo, 4.518,22 en Ourense y 722,16 en Pontevedra.

Los técnicos de esta estación científica la describen como variedad de brotación precoz y maduración media, sensible al mildiu pero resistente al oídio y a la botritis. «Posúe baixo nivel enolóxico na nosa rexión, é utilizada fundamentalmente en viños plurivarietais para achegar a outras variedades acidez e cor», señalan los autores de la catalogación editada por la Xunta.

El plan de calidad de los vinos gallegos impulsado en 1986 por la Consellería de Agricultura concluía que la tintorera era entonces la variedad más abundante en Galicia. Ocupaba 11.700 hectáreas, lo que suponía un 37,5% del total. En los últimos años salieron al mercado dos vinos elaborados al cien por cien con tintorera. Uno de la bodega de Quiroga Lar de Ricobao, con la marca La Denostada y la firma del enólogo Luis Buitrón. José Luis Mateo, de Quinta de Muradella, también experimentó con un tinto de alicante en su bodega de Monterrei, aunque en este caso fuera de la denominación.