El ministro Óscar Puente presume de raíces gallegas: «En Galicia pasé los mejores veranos de mi vida»
LUGO
El dirigente socialista cuenta a La Voz que todos los años visita la tierra natal de su padre, que emigró desde Sarria con 15 años
18 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El ministro Óscar Puente viajó este jueves a Galicia en el AVE de la serie 106 (Avril). Lo hizo por trabajo, realizando una de las últimas simulaciones comerciales antes de la puesta en servicio del tren el próximo martes. Pero ese mismo recorrido, también en tren, ya el ministro lo hacía cuando era niño para veranear con su familia, gallega por parte de padre. Recuerda con nostalgia ese momento en el que su madre lo recogía a la salida del colegio y arrancaban rumbo a Galicia. Ahora, todos los años vuelve a la tierra que resguarda sus raíces paternas y por la que confiesa tener un especial afecto: «En Galicia pasé los mejores veranos de mi vida».
Su padre, que ahora tiene 84 anos, nació en el lugar de O Mazo, en Sarria. Fue un niño de posguerra, que creció en una humilde familia dedicada al pastoreo en pleno monte y que, con apenas 15 años, no le quedó más remedio que emigrar a Madrid. Por pura necesidad vital, como muchos otros, en busca de una oportunidad. Después se fue a Valladolid y allí formó su familia. Pero sin olvidarse de conservar y mantener con fuerza sus raíces vitales. El ministro define a su padre como un «gallego total», que aprendió a tocar la gaita y fundó una banda en Valladolid, evocando el patrimonio y la música tradicional de su querida tierra.
La familia paterna del ministro Óscar Puente se reparte por territorio lucense entre Sarria y A Mariña Lucense, puesto que gran parte de sus familiares viven en Burela, San Pedro de Benquerencia y Foz. Todos y cada uno de estos lugares esconden numerosos recuerdos de su añorada infancia y su apasionante adolescencia, etapas que además corrieron entre el campo y los animales. «Se me viene a la cabeza la imagen de mi padre con el ganado y las fotos en el carro con mi tío Xulio. Cuando pienso en Sarria me imagino los carballos, los roxós, el chorizo, la lumbre...En definitiva, la vida del campo. Con su encanto y su sabor», añade.
Pero también revive sus memorias en la costa gallega, especialmente en Foz, donde sigue habitando gran parte de su familia. «Ahí —en la costa— pasé mis veranos y viví mi adolescencia», explica. La juventud del ministro, que él mismo recuerda con nostalgia, podría ser la de cualquier jóven que conoce bien la esencia de los veranos en el pueblo. Las quedadas en la plaza, los paseos por la playa, los primos como mejores amigos, las interminables noches y, cómo no, las trastadas de las que no se libra nadie, tampoco el ministro. «Cuando le cogí el vespino a mi primo y pinché las ruedas en la puerta...», recuerda entre risas.
«Voy una o dos veces mínimo al año a Galicia»
El fuerte vínculo que mantiene —y quiere mantener— Óscar Puente con la comunidad gallega no pasa desapercibido. Confiesa que suele visitar Galicia una o dos veces mínimo al año, por ocio y también para estar con su familia. La casa en la que nació su padre ahora ya no pertenece a la familia, pero siguen manteniendo contacto con los actuales propietarios a los que sus padres visitan con frecuencia.
Rememora un viaje a Sarria, sumamente especial, de cuatro o cinco días con sus hijas. Les hicieron un homenaje y dedicaron gran parte de su tiempo a buscar la partida de nacimiento de su padre. Curiosamente, descubrieron que fue bautizado en la iglesia donde el conocido escultor Gregorio Fernández (que también acabó en Valladolid) hizo un retablo.
Galicia, un hogar
«Galicia es como mi casa, es mi tierra. No es Valladolid pero es un lugar familiar que forma parte de mi vida», dice el ministro. «Tengo 56 años, y no hubo ni uno en el que no fuese a Galicia». Además, destaca la tierra natal de su padre como un lugar hermoso y diferente: «Para un hombre de Castilla, como yo, acostumbrado a la tierra llana y a los inmensos campos de trigo, resulta muy atractivo». Tampoco se olvida de la cálida hospitalidad gallega que aún a día de hoy no deja de sorprenderle.
Muchos de los amigos que tiene el ministro en Valladolid, los conoció cuando veraneaba en Foz. Óscar Puente conserva emotivos recuerdos en Galicia desde que tiene uso de razón. Se aferra a ellos, pero con la seguridad de que no van a ser los únicos, porque si algo está claro a estas alturas, es que su corazón tiene un hogar entre los montes y las playas de Galicia.