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Enfermería militar: cuidar, tratar y evacuar bajo una doble vocación de servicio

Lucía Blanco
Lucía Blanco LUGO / LA VOZ

LUGO

La capitán Isabel Rojas, con la teniente Alba Márquez (a su izquierda), el coronel Juan José Fernández Arrojo y la subteniente Marta Méndez, este miércoles en el HULA.
La capitán Isabel Rojas, con la teniente Alba Márquez (a su izquierda), el coronel Juan José Fernández Arrojo y la subteniente Marta Méndez, este miércoles en el HULA. L. B.

El HULA acogió una mesa redonda sobre la profesión en las Fuerzas Armadas como clausura de las XXVIII Xornadas nacionais y XXI Xornadas Internacionais de Enfermaría

03 abr 2025 . Actualizado a las 20:14 h.

«Habéis escogido una de las profesiones más bonitas del mundo, bien trabajéis en la vía civil, en la militar o en cualquier campo». Con esta firme defensa de la profesión, la capitán del Cuerpo de Sanidad, Isabel Rojas Sánchez, destinada en la Jefatura de apoyo sanitario del Arsenal de Ferrol, comenzaba su intervención sobre la enfermería en las Fuerzas Armadas como clausura de las XXVIII Xornadas nacionais y XXI Xornadas Internacionais de Enfermaría en el HULA.

Encontrarse en un hospital de campaña, en un misión internacional, trabajar en un SAR (Servicio de Búsqueda y Salvamento Aéreo), en un centro de reconocimiento o formando parte de cuerpos de apoyo a la fuerza, como es su caso, son algunas de las salidas para estos sanitarios que deben pasar un concurso-oposición para el que ya no existe límite de edad.

En el último año se convocaron 30 plazas para el proceso de selección que se compone de pruebas aptitud psicofísica, de lengua inglesa, de un caso práctico y de conocimientos generales propios de la especialidad en el caso del ingreso directo. «Si no se entra a través de estas plazas, la alternativa es a través de la promoción interna, entrando de soldado y opositando dentro del cuerpo», detalló durante las jornadas la subteniente y gestora del área de Reclutamiento, Marta Méndez.

Tácticas de tiro y supervivencia

Tras la oposición se debe pasar una formación militar general que implica rotar por las academias de los tres ejércitos en Zaragoza, San Javier y Marín. Aprenden tácticas de tiro, supervivencia u orientación. Y hacen desde cursos de buceo y natación hasta simulaciones de cómo introducir una camilla en un helicóptero. «Ahí te das cuenta de que eres mucho más fuerte física y mentalmente de lo que pensabas», afirmó la capitán, Isabel Rojas.

A esa formación en el Ejército de Tierra, Aire y en la Armada, le sigue la instrucción en la Escuela Militar de Sanidad en Madrid durante ocho meses, que incluyen maniobras, clases, simulaciones y prácticas en el hospital militar Gómez Ulla. Entre las aptitudes que desarrollan los profesionales se encuentra la de ser capaz de trabajar en ambientes hiperbáricos, para así administrar tratamientos en accidentes de buceo; la enfermería de vuelo para tratar a pacientes en helicópteros y hemodiálisis.

«Nosotros lo que hacemos es prevenir, cuidar, tratar y evacuar si fuese necesario», agregó Rojas. Las misiones operativas forman parte del día a día en las Fuerzas Armadas, pero como en cualquier centro de salud o hospital, los enfermos militares, que están amparados bajo unos protocolos determinados, también se encargan de labores asistenciales como vacunaciones, docencia y educación sanitaria, por ejemplo, formando al personal en primeros auxilios.

La profesión exige dos vocaciones de servicio y valores implícitos como el patriotismo, el sacrificio, la disciplina o la ejemplaridad. «Son muchos días y horas que pasas lejos de casa, sin ver a tus amigos y a tu familia, y eso lo que tienes que sentir y disfrutar porque sino es así tu trabajo se resiente». Y también el compañerismo. «Yo que he estado embarcada en una fragata siete años, los compañeros que estaban allí acabaron siendo mi familia», concluyó la capitán.