Hay una película, Demolition Man, en que en un futuro distópico todos los restaurantes son Pizza Hut, única que había sobrevivido a una «guerra de franquicias». Nos reíamos… pero ya no tanto. Si la ciudad de Lugo destaca por algo comercialmente es por la enorme variedad, cantidad y calidad de pequeños comercios que no sólo sobreviven, sino que afloran día a día. Sí, es cierto, discutibles actuaciones públicas, todopoderosas cadenas y áreas comerciales supusieron un duro golpe que las plataformas online han acentuado, pero aun así ahí están muchos de nuestros vecinos con sus negocios, resistiendo contra viento y marea.
Es falsa esa frase de que «en el centro no queda nada», como demostró el censo realizado por Lugo Monumental: 569 establecimientos con actividad sólo dentro de Murallas. La inmensa mayoría pequeños comercios y hostelería, lo que hace que Lugo destaque, aunque muchas veces los de aquí no nos demos cuenta. Y no sólo en el centro, los barrios también tienen mucha vida comercial que ojalá permanezca. El alma de las ciudades la crean sus habitantes, monumentos, costumbres… y sus pequeños locales, los que son diferentes de cualquier otro sitio y que no hay más que ahí. Cada euro gastado en el pequeño comercio redunda en empleos locales, impuestos locales…
No se trata de hacer campaña o de dar pena, se trata de usar el sentido común y evitar que algún día todos los restaurantes sean Pizza Hut.