«Desde el año 2000 no recordábamos una crecida así del río en Begonte»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

BEGONTE

Doce vecinos fueron evacuados en moto de agua por la subida del nivel del Ladra

23 ene 2023 . Actualizado a las 18:45 h.

Lucía González vive en Begonte a pocos metros del río Ladra. Cuando el afluente del Miño sube de nivel, ni siquiera la vía del tren puede hacer de barrera y el agua llega al garaje de su casa. Con ese conocimiento de causa, sobre el aumento del caudal tenía ayer un juicio rotundo: «Desde el 2000 no recordábamos una crecida así en Begonte».

Llevaba buena parte del día pendiente de la crecida del río, que desde su casa se ve perfectamente. Por lo observado ya el lunes por la noche, no le sorprendía el nivel del agua, algo que, por otro lado, se tomaba con una cierta dosis de resignación: «Una crecida así no la para nadie», comentaba.

Quien no se resignó fue Iris Villar, que alrededor de las cuatro y media de la madrugada vio la crecida del río, próximo ya a su casa: «Desperté, fui al baño y ya vi cómo estaba todo». Tras llamar a los servicios del 112, poco después llegaba a su casa un equipo de los bomberos del parque comarcal de Vilalba, con los que salió llevándose consigo a su hija, que pronto cumplirá 2 años, y que se fue con la familia materna, residente en el vecino municipio de Friol.

Cerca de las tres de la tarde, en esa casa hubo tres rescates, realizados por personal del GES del municipio mariñano de Cervo con una moto de agua: en el primero salieron varios enseres; en el segundo, Antonio Fernández, marido de Iris Villar, y en el tercero, los dos perros. Antonio Fernández comentaba que había estado tranquilo por la mañana, pero admitía que el nivel del agua en la planta baja había alcanzado alrededor de un metro y medio de altura y que el depósito de combustible y el sistema de calefacción estaban dañados. «Non tiven medo», decía pese a ello.

Ese rescate en tres tiempos y el de una vecina que vive a pocos metros de esa familia, en casas situadas entre la vía del tren y el cauce del Ladra, fueron los últimos de una mañana intensa para el personal de los bomberos de Vilalba y del GES cervense. En total fueron evacuadas 12 personas, de avanzada edad y con problemas de salud en algunos casos. Especialmente llamativa fue la presencia de una moto acuática para ayudar en los rescates de los afectados por la crecida del caudal del río.

Realojados en casas y hostales

Unos acabaron en viviendas de familiares y otros, alojados en hostales cercanos por iniciativa del Concello. Ayer era pronto para hacer balance, pero el alcalde del municipio, el popular José Ulla, afirmaba que también la depuradora municipal estaba afectada por la inundación. También estaba dañado, seguramente de modo irreversible, el coche que la última señora desalojada tenía aparcado frente a su casa. Cuando la convencieron para que dejase su vivienda, comentó: «El coche está muerto, ¿no?».