Lugo se prepara para decir adiós al Garañón: «Haberá que coller un anaco de ladrillo, como se fixo co muro de Berlín»

Lorena García Calvo
Lorena García Calvo LUGO / LA VOZ

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La góndola cruzó la Avenida de Madrid y fue necesario cortar momentáneamente el tráfico
La góndola cruzó la Avenida de Madrid y fue necesario cortar momentáneamente el tráfico Óscar Cela

La llegada de la «megaexcavadora que demolerá el edificio generó expectación en la calle

13 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Coches de la Policía Local cortando el tráfico, vehículos con balizas, una gigantesca góndola de transporte cruzando por Fingoi... La llegada de la «megaexcavadora» que demolerá el Garañón generó ayer expectación allá por donde pasaba. Sobre todo, porque los viandantes no tenían muy claro hacia dónde se dirigía semejante aparato.

Al conocer que sobre la máquina en cuestión recaerá la responsabilidad de tirar abajo el que posiblemente sea la tercera construcción más icónica de la ciudad, tras la Muralla y la Catedral, la indiferencia inicial se esfumaba. «Haberá que coller un anaco de ladrillo, como se fixo co muro de Berlín», comentaban en tono jocoso unas chicas que veían pasar la excavadora.

Lo cierto es que el Garañón, con más de una década vigilando desde las Costas do Parque, como símbolo del feísmo y como parte de una historia judicial que lastró durante años a la ciudad, no le es ajeno a los lucenses, por mucho que los temas del comer vayan primeros en la lista de preocupaciones.

Así se explica que, durante la hora larga que estuvo cortada República Argentina para bajar la máquina de la góndola de transporte y para conducirla hasta la parcela, muchos curiosos se parasen en la acera de enfrente para comprobar qué pasaba. Hubo quien sacó el móvil para inmortalizar el momento y también algún que otro vecino de la zona que abrió de par en par las ventanas de su casa para supervisar el avance de los trabajos. Como si de un capataz más se tratase, aunque fuese sin galones.

Y es precisamente esa curiosidad la que hará que la empresa encargada de la demolición establezca perímetros de seguridad alrededor de la parcela para evitar que vecinos y visitantes se aproximen demasiado. El tópico del jubilado comprobando los avances de la obra deberá vivirse a un buen puñado de metros para cerciorarse que ningún escombro le araña.

Lo bueno del Garañón es que se ve desde buena parte de la ciudad, así que no será muy difícil ver cómo va perdiendo pisos con el paso de los días.