Otras fiestas de San Ramón y Santa María a vuestro lado, unas fiestas de Vilalba que serán especiales por esta pandemia que arrastramos desde hace dos años. El covid-19 se ha convertido en una expresión habitual en nuestras vidas: cuántos seres queridos nos han dejado, cuántas almas doloridas en los hospitales, cuánto dolor en seres queridos y en personas que no conocemos pero que tenemos presentes porque a pesar de todo el dolor que ha causado esta pandemia nos ha hecho más fuertes, más sensibles y más humanitarios. Quizá podríamos pensar que estamos destruyendo este mundo poco a poco, viendo cómo la pandemia está destruyendo a los que alcanza.
Pero dejemos que la vida continúe. Permitamos que los que miran por nuestra salud sigan investigando, que la vida nos vuelva a sonreír, que este San Ramón nos traiga un año más la alegría a este pueblo, capital de la Terra Chá. Ojalá que estas circunstancias pasen pronto y que nuestra querida Vilalba refleje lo que indica en su nombre para algunos (Vila do alba, Vila do amencer) para que la pandemia quede solo en el recuerdo. Se nos dice, y a veces también decimos, que el tiempo todo lo cura, pero la herida por la falta de nuestro seres queridos siempre estará en nuestros corazones. Permitidme que os diga, queridas vecinas y queridos vecinos, que eché de menos, el año pasado, el sacar a nuestro patrón y a nuestra patrona en procesión como tantos años hemos hecho. Yo llevo unos cuantos años siendo portador en la procesión, y es algo de lo cual me siento muy orgulloso: a pesar de no ser vilalbés de nacimiento —nací en Teruel y muchos me seguís llamando Maño—, sí lo soy de adopción y siento sus fiestas como el que más. Por eso he querido compartir con vosotros estas palabras de cariño y esperanza, deseando que todo esto pase lo más rápido posible.
Mientras tanto, os pido que todos seáis —mejor dicho, que todos seamos— responsables y que sigamos teniendo la precaución que nos recomiendan las autoridades en el uso de la mascarilla y en el respeto de la distancia recomendada. Sé que San Ramón y Santa María mediarán por nosotras y por nosotros, por las vilalbeses y por los vilalbeses, y estoy seguro de que en los años venideros todo volverá a ser como antes y de que disfrutaremos con nuestras fiestas como siempre.
Os invito a recordar conmigo: nuestra animada xira, la fiesta de los mayores, la querida procesión y después el refrescante vermú, los gigantes y los cabezudos... Al final, por supuesto, esa querida comida en familia que tanto deseamos; pero también el poder juntarnos todos, los de aquí y los que están lejos y vienen en estas fiestas para estar con sus familias y amigos. Solo me queda desearos que paséis, que pasemos, un buen San Ramón y que el próximo año podamos celebrar las fiestas como siempre se celebraron: con alegría, cariño y salud.
No quiero terminar sin olvidarme de los peregrinos. Cómo iba a hacerlo si yo soy un enamorado del Camino de Santiago y he peregrinado decenas de veces a Compostela... A quienes pasáis por el Camino Norte, solos o en grupo, a pie o en bicicleta, por primera vez o repitiendo experiencia, os deseo lo mejor. Con pasión pero con conocimiento de causa, os aseguro que la ruta merece la pena y que al final notaréis que la peregrinación ha cambiado vuestras vidas. Al pasar por Vilalba, parad y comprobad la hospitalidad de esta tierra.