Amanda López, la agricultora que cambió Madrid por Vilalba: «Para mí, el campo es un modo de vida»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

VILALBA

Amanda López cultiva hortalizas variadas en fincas de la parroquia de Goiriz.
Amanda López cultiva hortalizas variadas en fincas de la parroquia de Goiriz. PALACIOS

Cultiva hortalizas en modo ecológico en fincas de la parroquia de Goiriz

18 mar 2023 . Actualizado a las 13:59 h.

De Madrid al cielo, dice una popular expresión con siglos de arraigo. Pasando por Vilalba, podría añadir Amanda López, que cultiva hortalizas variadas y alguna fruta en terrenos de la parroquia de Goiriz. Berzas y fresas, chícharos da cova (una variedad de guisante que en los últimos años se está recuperando en la comarca chairega por iniciativa de la cooperativa Almoga, con sede en Vilalba) y ajos, acelgas y repollos crecen al aire libre, igual que un grupo de aves de la raza de galiña de Mos.

Amanda López lleva siete años afincada en Goiriz, adonde se trasladó tras haber vivido antes dos años en la capital chairega. El traslado desde Madrid se debió a razones personales, y aunque la agricultura es actualmente su medio de vida, en esa elección hubo unos criterios también existenciales: «Para mí, el campo es más que un trabajo, es un modo de vida. No tengo un trabajo, tengo una forma de vida», dice convencida.

Sea un medio o un modo de vida, lo que sí está claro es que la actividad de Amanda López tiene mucho que ver con la agricultura ecológica. Por un lado, pertenece a la cooperativa A Estruga, cuyos miembros citan la agroecología como uno de sus rasgos principales. Los integrantes, residentes en el municipio de Vilalba y en el de Xermade, llevan la mercancía, desde hace semanas, a la plaza de abastos vilalbesa, a la que acuden los martes y los viernes; además venden en mercados cercanos.

Venta de nabos

Por otro lado, los cultivos que ella realiza se desarrollan de modo totalmente natural, solo abonados con un compost que ella obtiene de plantas de la zona, ortigas y helechos sobre todo, y de residuos de las gallinas y de un asno. En esta época del año, aunque cerca ya del final de la campaña, el producto estrella es el grelo. De todos modos, su apuesta, además de los manojos de la verdura incluye la comercialización de la planta, el nabo, que vende a 1,80 euros el kilo.

Recientemente, en el mercado vilalbés, un cliente alemán vio que había nabos a la venta, hizo la compra y dijo: «Qué bien. Para la sopa». A algunos quizá les sorprenda el comentario, pero esta agricultora acude a sus raíces para interpretarlo con naturalidad: en Madrid, recuerda, es habitual echar nabos al cocido.

Esas palabras muestran algo que Amanda López subraya con interés. Si, por un lado, el producto ayuda a generar demanda en el mercado, el comprador también enriquece el proceso: «Si un cultivador vende algo, el cliente también ofrece información», afirma. Así ocurre también, dice, con el chícharo da cova, una planta que ella y otros agricultores de la zona están potenciando en los últimos años.

Mientras prepara cultivos que se irán desarrollando en los próximos meses, Amanda López recalca que la agricultura ecológica no es una moda sino algo más firme. En primer lugar, percibe que hay actualmente un mayor interés de los consumidores —los suyos son de Vilalba y de municipios cercanos y, por lo general, gente conocida— por productos naturales. En segundo, explica que así se contribuye mejor al equilibrio natural: «El cultivo ecológico respeta el suelo e intenta aprovechar todo tipo de recursos». Hasta sus semilleros, instalados en un invernadero de 500 metros cuadrados cercano a las fincas, son un ejemplo de reutilización, puesto que algunos están colocados en envases de yogur.

A gusto en el campo

Amanda López dice estar muy a gusto en Goiriz, y no añora la vida en la ciudad. Explica que si en algún momento quiere disfrutar de la oferta de ocio o de cultura de una gran urbe, coge el coche y se acerca a cualquier sitio, pero sin renunciar a esta elección: «Prefiero vivir en el sitio», dice. «Quería vivir en el campo, y tengo la ventaja de vivir en el campo», asegura.