«Hay déficit de estos profesionales por todas partes»

Gladys Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

ANGEL MANSO

10 dic 2018 . Actualizado a las 13:21 h.

Son poco más de una veintena de alumnos, pero se están formando para cubrir las vacantes que está demandando con ansiedad el tejido empresarial gallego y nacional. Es la consecuencia de la necesidad de las empresas de dotarse de talento en lo que a la ciberseguridad se refiere. Hace un par de meses arrancaba el Máster Interuniversitario en Ciberseguridad (MUniCS). Un proyecto en el que se dan la mano la UDC y la UVigo. «Tenemos 25 estudiantes. Es un buen número para el primer año. Como esperábamos, el perfil está muy centrado en Informática y Telecomunicaciones, pero hay sorpresas agradables como un estudiante de Derecho con una fuerte formación de base en tecnologías y algunos ingenieros industriales, una formación que se adapta muy bien en este entorno», aseguran Carlos Dafonte, coordinador de MUniCS en la UDC, y Francisco J. Nóvoa, presidente de la Comisión Académica. Lo dicen con orgullo, conscientes de que se trata de una formación con gran demanda entre las empresas.

YA HAY UN «FICHAJE»

En solo unos meses de recorrido, uno de sus alumnos acaba de ser fichado por una importante compañía del sector. «Desde que empezamos, las empresas han expresado su deseo de implicarse en talleres, seminarios y prácticas. Tenemos que agradecer el interés, que también es el suyo propio, no cabe duda».

La nueva legislación de protección de datos (RGPD) les hace vislumbrar uno de esos perfiles que tarde o temprano serán necesarios. «Se ha creado el delegado de protección de datos. Nos gustaría ver a nuestros estudiantes en puestos como este. De todos modos, este es un máster de soldados, no solo tratamos aspectos de gestión de la seguridad, incidentes o legislación. La formación es técnica y muy práctica, centrada en temas de seguridad en redes, intrusiones, análisis forense o dispositivos industriales. Hay mucho trabajo de alto nivel en los servicios de TI de las empresas y ahí estos alumnos encajan perfectamente. Los soldados ascienden rápido cuando son buenos y están preparados», explican Dafonte y Nóvoa. Y es que estos docentes están viviendo uno de los grandes procesos de transformación de la universidad. Cómo la educación superior tiene que adaptarse cada vez más rápido a los nuevos puestos que está demandando el desarrollo digital. «La perspectiva de cara al empleo es muy buena. No mentimos si decimos que sí. En este momento hay déficit de estos profesionales en todas partes, incluso a nivel mundial. Obviamente, siempre habrá más ofertas en capitales como Madrid, Londres o Ámsterdam, pero aquí en Galicia hay un tejido de empresas creciendo alrededor del negocio de la ciberseguridad. Esto sin hablar del teletrabajo, cada vez más extendido entre los profesionales de nuestro ámbito. En Galicia el sector tiene vida e interés. Pronto se hará pública la primera cátedra interuniversitaria en ese ámbito, con la colaboración de un importante actor dentro del ámbito gallego».

CONOCIMIENTO Y EMPRESA

Ya en esta primera edición, el perfil de los profesores es de lo más variado. Docentes puros que se mezclan con profesionales a la vanguardia de la materia tanto en la comunidad como a nivel nacional. «Nos distingue la formación en seguridad en desarrollo software, entender la seguridad como un servicio y un negocio. Las asignaturas son en su mayoría de perfil técnico, pero hemos intentado no descuidar los temas relacionados con la gestión. Los profesores también estamos aprendiendo de una formación con un futuro innegable».

AMPLIO CONTENIDO

Desde su punto de vista de docentes, Carlos Dafonte y Francisco J. Nóvoa creen que existe un mal entendimiento sobre la relación entre ciberseguridad y mundo empresarial. Sobre qué necesitan las compañías y sobre la exposición que tienen desde los gigantes hasta las más pequeñas estructuras. «El mundo está pensando en un chico de 20 años metido en un cuarto en penumbra, con una capucha, delante de su ordenador. La ciberseguridad es mucho más: incluye aspectos probablemente inesperados, como tener un control de plagas en los servicios de informática, y otros, más esperables, como la calidad en el suministro eléctrico o planificar y controlar cómo se hacen las copias de seguridad. Aunque parezca increíble, casi la mitad de los incidentes de seguridad tienen que ver con copias de seguridad que fallan o que no se han hecho».

Además, esta formación da un salto hacia el concepto que debería tener la formación superior del futuro. Ya no hay diferencias entre campus: la UDC y la UVigo ponen de manifiesto lo necesario de aunar fortalezas. «Es un claro ejemplo de colaboración entre dos universidades, entre ingenieros de Informática e ingenieros de Telecomunicaciones. Se hace caer el telón del grelo A Coruña-Vigo», sentencian.