Galicia, de nuevo olvidada

MERCADOS

Ricardo Rubio

21 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Al correr, si el suelo está accidentado, solo miras para un lugar: tus pies. Evitar la caída es la meta; y llegar, el premio. Así estamos desde hace un año, corriendo sin levantar la cabeza. Vemos como las manchas de color van cambiando y deducimos que los escenarios mutan. En alguna ocasión vemos que otros caen, los compadecemos y seguimos. No preguntamos ni concluimos. Tendríamos que levantar la cabeza y no estamos para ello. La cabeza no soporta más presión y por ello solo busca soluciones.

La Administración central, a través de su Ley de Cambio Climático y la inseguridad jurídica que incorpora su redacción, paraliza las inversiones de las empresas situadas en espacios de concesión marítimo-pesquera. Y no pasa nada. Una parte de Pontevedra se levanta para defender la supervivencia de ENCE y la otra aplaude. ¿Y el resto? Vamos en nuestra carrera, observamos de soslayo y no queremos importar el dolor de los otros. Con ello, también ignoramos que los millones que no van para Pontevedra irán para la planta de Navia o que el secretario de Estado de Medio Ambiente es asturiano. Lo que unos desprecian, otros lo aprecian. Sigamos corriendo.

¿Fondos Next Generation? Elige Bruselas, filtra Madrid. Y ahí estás, ubicado en ese nuevo relato. Al que no puedes dedicar más tiempo porque has de seguir con tu vida, con tu carrera. Y si no te has preocupado por saber de dónde es el secretario de Estado de Medio Ambiente, tampoco lo has hecho con el de Industria. Si preguntaras te dirían que es catalán. ¿Qué importancia tiene? Aparentemente ninguna. Salvo cuando sabes que Vigo, que quiere acceder a estos fondos para montar una planta de baterías, de inversión esperada ciento cincuenta millones, tendrá que esperar a la decisión de Bruselas. Mientras, en Cataluña, el Ministerio de Industria habla de un consorcio público-privado y de varios miles de millones de inversión. El Estado aún no ha definido los criterios que regirán los proyectos tractores, pero ya sabemos que uno, el que se va a implantar en la autonomía del secretario general de Industria, en el pasado director general de Industria de la Generalitat de Catalunya, recibirá uno. Más inseguridad jurídica. Algunas voces conciliadoras hablarán de compensación a Cataluña por la pérdida de Nissan. Ya las estoy escuchando y a estas les preguntaría: ¿dónde están las compensaciones por Ence, por Endesa en As Pontes, por Naturgy en Meirama o Gamesa en As Somozas, o por la parálisis de Navantia o el despropósito de la venta de Alcoa a un trilero? Es inaudito pensar que el llamado Grupo Riesgo, pilotado por empresarios de dudosa honorabilidad, pueda estar vaciando los activos de Alcoa delante de nuestras narices. En todo caso, los sindicatos hace bastante tiempo que lo están advirtiendo. Y no quiero pensar como puede quedar San Cibrao, si bajamos la guardia. Es evidente que en los despachos de Madrid no existe quien crea que se puede compensar a Galicia. Como no existe tampoco quien constate que, si la meta es vacunar a nuestros mayores, aquí tenemos al 8 % y no al 5 % que nos han adjudicado; o que, si el objetivo es dar ayudas directas a pequeñas empresas, entonces sí nos toca el 5 % por peso y no el 2,8 % que nos han dado. ¿Qué le digo? Que soy otro de esos corredores. Que miro más para mis pies que para los suyos. Que, como usted, también intento sobrevivir, pero me niego a vivir en una tierra donde me pueden robar la cartera y, al verlo, he de dar las gracias.